martes, 24 de septiembre de 2019

Escenas Míticas: Saga Rambo - Rambo III




   Parece una tontería y quizá lo sea pero al menos considero la evolución de los títulos de las sucesivas secuelas algo curioso. La primera se llamó “Primera sangre”, en España “Acorralado”. La segunda “Rambo, primera sangre 2”, en España “Acorralado 2”. Y la tercera “Rambo III” a secas, incluso aquí. Y la cuarta, “John Rambo”, con la coletilla en eEspaña de "vuelta al infierno". Poco a poco el nombre propio del personaje se ha ido apropiando del título de cada película a medida qué evolucionaba la saga. La quinta se llamará “Rambo, última sangre” en referencia a la película original y dando a entender el final definitivo.




   Evidentemente, cada entrega de esta saga no es que haya tenido guiones demasiado elaborados. Todo lo contrario, son más bien simplones. Básicamente, consiste en poner a su personaje principal en una situación de guerra y supervivencia y verle pegar tiros, alguna flecha, pilotar algún vehículo y pronunciar algún que otro diálogo resultón. Pero al menos han tenido el detalle de cambiarle de escenario.



   Un aspecto interesante. Del bosque nevado en suelo estadounidense pasó a la jungla vietnamita y después al desierto afgano. Tres países y tres tipos de paisaje. En la cuarta parte volvería a la jungla pero la birmana esta vez. Para la quinta parte, Rambo está hecho todo un cowboy en su rancho y despliega sus artes sociales en suelo mexicano contra los cárteles. Hay que reconocer que hay variedad de entornos en esta saga.


 
   Pero en esta tercera parte le tocaba Afganistán y su conflicto armado entre los rebeldes muyahidines que se resistían en la ocupación soviética. La película no esconde, y un diálogo del Coronel Trautman así lo confirmaba, el paralelismo entre lo que supuso para los norteamericanos luchar en suelo y terreno vietnamita y lo que supone para los soviéticos hacerlo en el afgano. “Éste es vuestro Vietnam”. En fin, claramente colocan a sus rivales clásicos como superpotencia mundial, Rusia (antes Unión Soviética) como villanos totales.



   Y es que en los ochenta no eran pocas las películas americanas que tomaban este punto de vista. Y ya en la anterior entrega, “Rambo II”, coloca un superior soviético por encima de los vietnamitas que llevaban el campamento de prisioneros estadounidenses. Para remate, al final de “Rambo III” se incluía una dedicatoria a los guerrilleros muyahidines por su valor y lucha. Curiosamente, el ejército soviético se retiró de Afganistán diez días antes del estreno de la película, el 15 de mayo de 1988.



   El guion que coescribió el propio Stallone, basó su principal aliciente en la relación paterno-filial entre sus dos personajes principales, el Coronel Trautman y Rambo, haciéndoles incluso luchar codo con codo. Sin embargo, aunque quizás es el episodio más espectacular, con numerosas escenas de combate de vehículos (helicópteros y tanques entre ellos), personalmente la considero la más floja merced a una serie de sobradas que incluso rayan en lo ridículo.



   Pero esta secuela tuvo varias despedidas. Una de las más dolorosas fue la del compositor de la famosa melodía original, Jerry Goldsmith. Para él fue su última participación en la saga pues nos dejaba en 2004 a la edad de 75 años, cuatro antes del estreno de “John Rambo”, dejando un legado de 18 nominaciones al Oscar, ganando uno de ellos por “La profecía”, y dejando las músicas, entre muchísimas otras, de películas como “Star Trek”, “El planeta de los simios”, “Alien, el octavo pasajero”, “Desafío total” y un largo etcétera.



   En el reparto, por supuesto, se mantenía el insustituible Sylvester Stallone que alternaba “Rockys” y “Rambos” mientras metía entre medias películas como “Cobra”, “Yo, el halcón”, “Tango y Cash” y “Encerrado”. También repetía Richard Crenna, pero se despedía del personaje. El actor murió en 2003, pasando su última etapa profesional en el campo de la televisión. El Coronel Trautman sería su papel más recordado.



   La película tuvo mayormente malas críticas y los pocos que la defendieron. Solo se agarraban a su capacidad de entretenimiento por la gran cantidad de acción desplegada. Pero poco le importó eso al público que la colocó como la segunda más taquillera de la franquicia, cosechando 190 millones de dólares, habiendo invertido 63. En 1990 se la consideró la película más violenta, con 108 muertos. 

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