Parece una
tontería y quizá lo sea pero al menos considero la evolución de los títulos de
las sucesivas secuelas algo curioso. La primera se llamó “Primera sangre”, en España
“Acorralado”. La segunda “Rambo, primera sangre 2”, en España “Acorralado 2”. Y
la tercera “Rambo III” a secas, incluso aquí. Y la cuarta, “John Rambo”, con la coletilla en eEspaña de "vuelta al infierno". Poco a
poco el nombre propio del personaje se ha ido apropiando del título de cada
película a medida qué evolucionaba la saga. La quinta se llamará “Rambo, última
sangre” en referencia a la película original y dando a entender el final
definitivo.
Evidentemente,
cada entrega de esta saga no es que haya tenido guiones demasiado elaborados.
Todo lo contrario, son más bien simplones. Básicamente, consiste en poner a su
personaje principal en una situación de guerra y supervivencia y verle pegar
tiros, alguna flecha, pilotar algún vehículo y pronunciar algún que otro
diálogo resultón. Pero al menos han tenido el detalle de cambiarle de escenario.
Un aspecto
interesante. Del bosque nevado en suelo estadounidense pasó a la jungla
vietnamita y después al desierto afgano. Tres países y tres tipos de paisaje. En
la cuarta parte volvería a la jungla pero la birmana esta vez. Para la quinta
parte, Rambo está hecho todo un cowboy en su rancho y despliega sus artes
sociales en suelo mexicano contra los cárteles. Hay que reconocer que hay
variedad de entornos en esta saga.
Pero en esta
tercera parte le tocaba Afganistán y su conflicto armado entre los rebeldes
muyahidines que se resistían en la ocupación soviética. La película no esconde,
y un diálogo del Coronel Trautman así lo confirmaba, el paralelismo entre lo
que supuso para los norteamericanos luchar en suelo y terreno vietnamita y lo
que supone para los soviéticos hacerlo en el afgano. “Éste es vuestro Vietnam”.
En fin, claramente colocan a sus rivales clásicos como superpotencia mundial, Rusia
(antes Unión Soviética) como villanos totales.
Y es que en los ochenta no eran pocas las películas americanas que tomaban este punto de vista. Y ya
en la anterior entrega, “Rambo II”, coloca un superior soviético por encima de
los vietnamitas que llevaban el campamento de prisioneros estadounidenses. Para
remate, al final de “Rambo III” se incluía una dedicatoria a los guerrilleros
muyahidines por su valor y lucha. Curiosamente, el ejército soviético se retiró
de Afganistán diez días antes del estreno de la película, el 15 de mayo de 1988.
El guion que
coescribió el propio Stallone, basó su principal aliciente en la relación paterno-filial entre sus dos personajes principales, el Coronel Trautman y Rambo,
haciéndoles incluso luchar codo con codo. Sin embargo, aunque quizás es el
episodio más espectacular, con numerosas escenas de combate de vehículos
(helicópteros y tanques entre ellos), personalmente la considero la más
floja merced a una serie de sobradas que incluso rayan en lo ridículo.
Pero esta
secuela tuvo varias despedidas. Una de las más dolorosas fue la del compositor
de la famosa melodía original, Jerry Goldsmith. Para él fue su última
participación en la saga pues nos dejaba en 2004 a la edad de 75 años, cuatro
antes del estreno de “John Rambo”, dejando un legado de 18 nominaciones al Oscar, ganando uno de ellos por “La profecía”, y dejando las músicas, entre
muchísimas otras, de películas como “Star Trek”, “El planeta de los simios”,
“Alien, el octavo pasajero”, “Desafío total” y un largo etcétera.
En el reparto,
por supuesto, se mantenía el insustituible Sylvester Stallone que alternaba
“Rockys” y “Rambos” mientras metía entre medias películas como “Cobra”, “Yo, el
halcón”, “Tango y Cash” y “Encerrado”. También repetía Richard Crenna, pero se
despedía del personaje. El actor murió en 2003, pasando su última etapa
profesional en el campo de la televisión. El Coronel Trautman sería su papel
más recordado.
La película
tuvo mayormente malas críticas y los pocos que la defendieron. Solo se agarraban
a su capacidad de entretenimiento por la gran cantidad de acción desplegada. Pero
poco le importó eso al público que la colocó como la segunda más taquillera de
la franquicia, cosechando 190 millones de dólares, habiendo invertido 63. En
1990 se la consideró la película más violenta, con 108 muertos.
muy buena
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