Pero también estaba claro que no podían repetir la fórmula. Había que cambiar el escenario, ver al personaje en otras circunstancias e, incluso, profundizar en porque Rambo es así. De tal manera que recibe el indulto para realizar una misión casi suicida en el Vietnam del que regresó. Con este argumento tocaban el tema de los prisioneros americanos que quedaron abandonados en terreno asiático. Cuidado, de pasada, que no es para nada una película reivindicativa.
De hecho, es más una película bélica que de acción, aunque, en este caso esos dos géneros van de la mano. De lo que se trataba era de ver a Rambo en su apogeo. De paso, vemos el motivo de sus secuelas psicológicas, mostrándonos cómo es torturado y como debió de haberlo sido anteriormente. Además, si en “Acorralado” no mataba a nadie (intencionadamente al menos), aquí no se cortaba. Matar vietnamitas y rusos no estaba tan mal visto y se cobró un total de 61 víctimas.
Curiosamente, Ted Kotcheff, un año después de dirigir “Acorralado”, realiza una película con un argumento muy similar en cuanto hacer una misión de rescate de prisioneros. En este caso trataba de un comando de soldados, también de élite, formado por Gene Hackman, Robert Stack y Patrick Swayze, entre otros. Se llamó “Más allá del valor” y se estrenó en 1983. “Rambo 2” lo hizo en 1985.
Pero para la secuela prescindieron de Kotcheff y contrataron al director greco-italiano George Pan Cosmatos, que contaba en su haber con una película bastante interesante, de suspense y acción, “El puente de Casandra”. Tras rodar “Rambo 2”, repitió con Sylvester Stallone en uno de sus films más famosos e icónicos, “Cobra”. Supuso otro rotundo éxito de taquilla, pero director y actor no volvieron a trabajar juntos a pesar de lo provechoso de su sociedad.
Cosmatos estrenó en el 89 una película de argumento muy similar a otra de ese mismo año, lo que provocó la inevitable comparación, “Leviathan” era la suya y “Profundidad 6” la otra. Ambas sobre un monstruo marino. “Leviathan” recaudó más en taquilla pero perdió dinero en cuanto al presupuesto invertido. Algo parecido le pasó cuando estrenó “Tombstone”, muy cercana a “Wyatt Earp”. Sin embargo, está vez ganó la partida y fue la otra la que fue un fracaso. Murió en 2005 aunque llevaba inactivo desde 1997.
Pero ¿Y cómo le fue a “Rambo 2”? Pues realmente bien. Costó algo más que la primera, casi diez millones, más del doble que la primera parte. Y es, a día de hoy, la película más taquillera de toda la saga, con 300 millones de dólares de recaudación. Eso sí, la crítica no fue muy amable con ella, lo cual le importó muy poco al público. Y es considerada uno de los títulos más icónicos de Stallone.
El cual,
entre medias de la primera y la segunda parte, hizo una comedia bastante mala
con Dolly Parton, “Rhinestone”, intentando desencallirse un poco, cosa que no
consiguió, al igual que en sus otros dos intentos posteriores con comedias como
“Oscar” o “Alto o mi madre dispara”. En el reparto de “Rambo 2” volvió a
acompañarle Richard Crenna como el Coronel Trautman. Lo completaban Charles
Napier (una de las víctimas de Hanníbal Lecter en “El silencio de los corderos”)
y Julia Nickson, una belleza oriental nacida en Singapur y
nacionalizada en Estados Unidos que debutaba, qué años más tarde acompañó a otro actor mítico del género de acción, Chuck Norris, en "Juntos para vencer". Y que recientemente se la ha podido ver en un papel secundario de "Ready player one".
Norris sería repescado precisamente por Stallone para su saga “Los mercenarios”, en esa recopilación de viejas glorias de la acción que llevó a cabo. El título original de dicha saga no era ese, sino “ The expendables” (los prescindibles). La idea le surgió a Stallone precisamente de “Rambo 2”, concretamente de una frase donde él mismo decía que había sido elegido para la misión porque era “ prescindible”.
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