FICHA TÉCNICA
Película: Tenemos
que hablar de Kevin.
Dirección: Lynne Ramsay.
País: Reino Unido.
Año: 2011.
Duración:: 110 min.
Género: Drama, thriller.
Interpretación: Tilda
Swinton, Ezra Miller, John C. Reilly, Jasper Newell, Siobhan Fallon, Ashley Gerasimovich,
Rock Duer, Alex Manette, Leslie Lyles, Kenneth Franklin, Paul Diomede.
Guión: Lynne
Ramsay (Novela: Lionel Shriver).
Producción: Jennifer
Fox, Luc Roeg, Bob Salerno.
Música: Jonny Greenwood.
Fotografía: Seamus McGarvey.
Distribuidora: Oscilloscope
Laboratories.
CRÍTICA
SINOPSIS: Una
mujer decide tener un hijo. Pero desde su nacimiento las cosas no van como
esperaba. El niño demuestra una hostilidad muy alta con ella y esa relación se
irá perpetuando a lo largo de los años hasta su adolescencia.
LO MEJOR: ¿Un psicópata nace o se hace? Pues en
este caso lo es desde el minuto uno de partido. Y para colmo, tiene como víctima
predilecta a su propia madre. Ahora aquí entramos a dilucidar que fue antes si
el huevo o la gallina. ¿Está el hijo vengándose de ella porque percibe desde el
mismo momento del nacimiento que no le quiso? ¿O acaso ella no le quiere
porque precisamente percibe que su hijo es un ser puramente maligno? En este último
caso se muestra en parte el sentimiento de culpabilidad que siente como madre y
que, por otra parte, también la acusa la sociedad de haber engendrado semejante
ser. Sin embargo, yo me inclino más bien sobre que es un profundo retrato de la
maldad innata inherente en ciertos personajes que campan por nuestra realidad
social. El tema de las masacres estudiantiles a manos de adolescentes ya se ha
tratado varias veces, pero en este caso es desde un punto de vista totalmente
diferente, el del propio asesino y desde su propio nacimiento. En eso tiene
mucho que ver la especial visión de su directora Lynne Ramsay, que con una
narración no lineal y poniendo particular énfasis en la generación de
sensaciones a través de estridentes sonidos y colores como el rojo,
omnipresente por todas partes, nos hace un desgarrador lienzo abrumadoramente perturbador
e incómodo, en definitiva, “malrollero”. Y para ello no duda en mezclar las
claves del drama, el thriller y el terror psicológico.
Interpretación: Si Tilda Swinton no
está considerada una estrella se debe a dos razones: no responde a los cánones
de belleza adecuados y no gusta de las superproducciones taquilleras y si más
un cine más de autor e incluso independiente. Sin embargo, la considero una
actriz excelente, de esas que raya en la matrícula de honor. Aquí vuelve a
demostrarlo con una actuación soberbia. Pero atención al nuevo Flash de “La
liga de la justicia” (que tan gracioso es allí), Ezra Miller. Da auténtico
miedo en cada una de sus apariciones. Llega a causar verdaderos escalofríos.
Ojo que la versión de Kevin de niño con Jasper Newell tampoco se queda atrás.
El otro es John C. Reilly, pero sinceramente, no tiene un rol destacado.
Escena (spoiler): La Tomatina del
prólogo podría ser una metáfora de la masacre que no pierde la oportunidad de
introducir por primera vez el rojo simbolizado, como luego se va a ir
confirmando, la sangre, la cual salpica la vida de Eva (Swinton) y que tanto
empeño tiene en sacudirse. Kevin es insufrible casi desde el nacimiento. Que
hasta llorando es más insoportable de lo normal, como cuando la madre le lleva
al lado de una obra para no escucharle. Llama la atención que todos los
desprecios ya de niño de Kevin se interrumpen un solo día que está enfermo. O
que, en un arranque de ira, la madre le rompa un brazo, pero el niño no la
delate. No obstante, la tragedia ya se mascaba con el accidente del ojo de la hermana.
Y se confirma con la escalada de violencia final, con el asesinato del resto de
la familia y la masacre en el instituto.
LO PEOR: Quien haya visto algo más de Ramsay,
como es lo último “En realidad nunca estuviste aquí”, ya sabe que no son
precisamente películas de un ritmo alto. Son filmes lentos y además con un aire
“rarito”, nada que ver con las reglas estéticas comerciales habituales.
CITAS: “Mamá
era feliz antes de que naciera el pequeño Kevin. ¿Lo sabes? ¡Ahora mamita se
despierta cada mañana deseando estar en Francia!”. “Toma, puedes sumar todo
eso, dado que crees ser tan inteligente”. “Que estés acostumbrada a algo no
significa que te guste. Tú estás acostumbrada a mí”. “¿Por qué no sabría el
contexto? Yo soy el contexto”. “Pensaba que lo sabía. Ahora no estoy tan seguro”.
REFERENCIAS: Adapta la novela
homónima de Lionel Shriver. Aunque se trata el tema de la violencia juvenil en
grandes matanzas en centros escolares, está lejos del enfoque de “Elephant”, y
me recuerda más a retratos de la maldad propiamente demoníaca de “La profecía”
o “La semilla del diablo”.
CONCLUSIÓN: 7’5. Un profundo retrato de la maldad innata inherente en ciertos
personajes que campan por nuestra realidad social.
No hay comentarios:
Publicar un comentario