domingo, 15 de julio de 2018

Tenemos que hablar de Kevin



   FICHA TÉCNICA

Película: Tenemos que hablar de Kevin.
Dirección: Lynne Ramsay.
País: Reino Unido.
Año: 2011.
Duración:: 110 min.
Género: Drama, thriller.
Interpretación: Tilda Swinton, Ezra Miller, John C. Reilly, Jasper Newell, Siobhan Fallon, Ashley Gerasimovich, Rock Duer, Alex Manette, Leslie Lyles, Kenneth Franklin, Paul Diomede.
Guión: Lynne Ramsay (Novela: Lionel Shriver).
Producción: Jennifer Fox, Luc Roeg, Bob Salerno.
Música: Jonny Greenwood.
Fotografía: Seamus McGarvey.
Distribuidora: Oscilloscope Laboratories.

   CRÍTICA

   SINOPSIS: Una mujer decide tener un hijo. Pero desde su nacimiento las cosas no van como esperaba. El niño demuestra una hostilidad muy alta con ella y esa relación se irá perpetuando a lo largo de los años hasta su adolescencia.
   LO MEJOR: ¿Un psicópata nace o se hace? Pues en este caso lo es desde el minuto uno de partido. Y para colmo, tiene como víctima predilecta a su propia madre. Ahora aquí entramos a dilucidar que fue antes si el huevo o la gallina. ¿Está el hijo vengándose de ella porque percibe desde el mismo momento del nacimiento que no le quiso? ¿O acaso ella no le quiere porque precisamente percibe que su hijo es un ser puramente maligno? En este último caso se muestra en parte el sentimiento de culpabilidad que siente como madre y que, por otra parte, también la acusa la sociedad de haber engendrado semejante ser. Sin embargo, yo me inclino más bien sobre que es un profundo retrato de la maldad innata inherente en ciertos personajes que campan por nuestra realidad social. El tema de las masacres estudiantiles a manos de adolescentes ya se ha tratado varias veces, pero en este caso es desde un punto de vista totalmente diferente, el del propio asesino y desde su propio nacimiento. En eso tiene mucho que ver la especial visión de su directora Lynne Ramsay, que con una narración no lineal y poniendo particular énfasis en la generación de sensaciones a través de estridentes sonidos y colores como el rojo, omnipresente por todas partes, nos hace un desgarrador lienzo abrumadoramente perturbador e incómodo, en definitiva, “malrollero”. Y para ello no duda en mezclar las claves del drama, el thriller y el terror psicológico.
   Interpretación: Si Tilda Swinton no está considerada una estrella se debe a dos razones: no responde a los cánones de belleza adecuados y no gusta de las superproducciones taquilleras y si más un cine más de autor e incluso independiente. Sin embargo, la considero una actriz excelente, de esas que raya en la matrícula de honor. Aquí vuelve a demostrarlo con una actuación soberbia. Pero atención al nuevo Flash de “La liga de la justicia” (que tan gracioso es allí), Ezra Miller. Da auténtico miedo en cada una de sus apariciones. Llega a causar verdaderos escalofríos. Ojo que la versión de Kevin de niño con Jasper Newell tampoco se queda atrás. El otro es John C. Reilly, pero sinceramente, no tiene un rol destacado.
   Escena (spoiler): La Tomatina del prólogo podría ser una metáfora de la masacre que no pierde la oportunidad de introducir por primera vez el rojo simbolizado, como luego se va a ir confirmando, la sangre, la cual salpica la vida de Eva (Swinton) y que tanto empeño tiene en sacudirse. Kevin es insufrible casi desde el nacimiento. Que hasta llorando es más insoportable de lo normal, como cuando la madre le lleva al lado de una obra para no escucharle. Llama la atención que todos los desprecios ya de niño de Kevin se interrumpen un solo día que está enfermo. O que, en un arranque de ira, la madre le rompa un brazo, pero el niño no la delate. No obstante, la tragedia ya se mascaba con el accidente del ojo de la hermana. Y se confirma con la escalada de violencia final, con el asesinato del resto de la familia y la masacre en el instituto.
   LO PEOR: Quien haya visto algo más de Ramsay, como es lo último “En realidad nunca estuviste aquí”, ya sabe que no son precisamente películas de un ritmo alto. Son filmes lentos y además con un aire “rarito”, nada que ver con las reglas estéticas comerciales habituales.
   CITAS: “Mamá era feliz antes de que naciera el pequeño Kevin. ¿Lo sabes? ¡Ahora mamita se despierta cada mañana deseando estar en Francia!”. “Toma, puedes sumar todo eso, dado que crees ser tan inteligente”. “Que estés acostumbrada a algo no significa que te guste. Tú estás acostumbrada a mí”. “¿Por qué no sabría el contexto? Yo soy el contexto”. “Pensaba que lo sabía. Ahora no estoy tan seguro”.
   REFERENCIAS: Adapta la novela homónima de Lionel Shriver. Aunque se trata el tema de la violencia juvenil en grandes matanzas en centros escolares, está lejos del enfoque de “Elephant”, y me recuerda más a retratos de la maldad propiamente demoníaca de “La profecía” o “La semilla del diablo”.
   CONCLUSIÓN: 7’5. Un profundo retrato de la maldad innata inherente en ciertos personajes que campan por nuestra realidad social.
  


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