jueves, 21 de junio de 2018

El extraño



   FICHA TÉCNICA

Película: El extraño.
Dirección: Na Hong-jin.
País: Corea del Sur.
Año: 2016.
Duración: 156 min.
Género: Thriller, intriga, terror
Interpretación: Hwang Jung-min, Kwak Do-won, Chun Woo-hee, Jo Han-cheol, Jun Kunimura, Jang So-yeon.
Guión: Na Hong-jin.
Producción: Suh Dong-hyun, Kim Ho-sung.
Música: Jang Young-gyu, Dalpalan.
Fotografía: Hong Kyung-pyo.
Distribuidora: 20th Century Fox.

   CRÍTICA

   SINOPSIS: En una pequeña localidad coreana, se están produciendo unos extraños asesinatos rituales. La naturaleza de los crímenes y las supersticiones del lugar apuntan a un anciano extranjero y a un supuesto poder sobrenatural. Por lo que deciden llamar a un chamán.
   LO MEJOR: Mi interés por el cine oriental comenzó con el género de terror japonés, que tan de moda se puso, propiciando varios remakes americanos; y el wuxia chino, especialmente si estaba dirigido por Zang Yimou. Pero de un tiempo a esta parte he de reconocer que el cine coreano les ha pasado a ambos por la derecha tanto en calidad como en riqueza temática, dando excelentes directores como Pak Chan-UK, con joyas como “Oldboy”. El no sometimiento a la dictadura comercial de la taquilla les ofrece una libertad creativa superior, que vuelcan en atrevidos argumentos, permitiéndose el lujo de mezclar géneros sin ningún complejo y dando lugar a varias películas dentro de la misma. Es justo lo que ocurre con este film, cuya primera mitad es un thriller policiaco de asesinatos en serie con un tono de comedia casi paródico pero que en su segunda mitad se torna en un intensísimo suspense camino del terror sobrenatural más escalofriante. De tal manera que si globalmente podría tratar la manida premisa del enfrentamiento del bien y del mal, su submultitemática muestra una riqueza de elementos poco habitual, tocando áreas más sociales, como la preocupación por los depredadores sexuales en zonas rurales, la confluencia de varias religiones o la xenofobia (en este caso contra los japoneses). Asesinatos, posesiones, brujería, zombis, leyendas y el mismísimo diablo, todo cabe en esta impactante película, violenta, incómoda y perturbadora. Con una magnifica fotografía, un sucio maquillaje y, en ocasiones, un montaje brillante, como en el sucesivo traspaso de culpabilidades de sus cuarenta minutos finales.
   Interpretación: Reconozco que me cuestan bastante las interpretaciones de actores orientales. La mayor parte de las veces me parecen exageradas. Mucho más cuando hay cierto tono cómico. Pero también he de reconocer que, aún cuando en un principio opinaba exactamente eso del protagonista, Hwang Jung-min, la evolución de su personaje desde un patoso, tonto y cobarde policía rural hasta decidido y desesperado padre de familia, me ha sorprendido. Buen trabajo secundario para el “villano”, Jun Kunimura.
   Escena (spoiler): Es de esas películas que dejan varias escenas sin explicaciones y dan lugar a finales abiertos. Abre con una donde el “japonés” coloca una lombriz en un anzuelo. Luego nos daremos cuenta de que eso simboliza que lo que va a pescar es un alma. Los escenarios de los crímenes están verdaderamente bien recreados. Pero es a partir del ritual de exorcismo donde, a raíz de un tramposo montaje, se nos hace creer que los dos chamanes se están enfrentando en la distancia. Cosa que no es así. Ambos estaban conchabados y, en realidad, el contratado por la familia estaba intentando llevarse el alma de la niña y el japonés estaba zombificando a otro personaje. Aunque pareciera que estaba siendo atacado por el primero. Es ahí donde entra la chica de blanco, que si está a punto de matarle. La primera vez que la vemos, está tirando piedras al policía, metáfora bíblica. Su identidad queda en el aire, pero lo que queda claro es que tiene poder de enfrentarse a los chamanes. Como cuando obliga a retroceder al farsante, haciéndole escupir sangre. Quizá sea un ángel, pero lo que si se sabe es que es humana, lo cual demuestra cuando toca al protagonista. Sin embargo, el japonés no lo luce nunca. En ese brutal final donde se transforma en diablo lo podemos confirmar. El desenlace trágico de la familia sería algo inaudito si fuera una película americana. Antes tenemos un homenaje al género zombi con el enfrentamiento al grupo formado por el padre.
   LO PEOR: Entiendo que la apuesta inicial por cierto tono de comedia era premeditada para sorprender con un brutal giro de timón hacia la mitad, pero la idea era bastante arriesgada pues hay escenas que llegan al ridículo y corres la suerte de desconectar al espectador que no tenga la paciencia necesaria. Más si cabe cuando el metraje se va a más de dos horas y media, también excesivo este punto.
   CITAS: “Todo empezó cuando llegó ese hombre japonés”. “Todo el mundo habla del él, por algo será”. “¿Recientemente han tenido contacto con alguien con quien no debían?”. “Si le ves repetidas veces por ahí, lo más probable es que esté acechando, para chuparte la sangre”. “El solo ha echado el anzuelo y usted ha tenido la mala suerte que su hija lo mordió”.
   REFERENCIAS: Esas partes de humor rozando el ridículo me han recordado a “The host”. El director Na Hong-jin tan solo tiene dos películas anteriores, pero son “The chaser” y “The yellow sea”. Y tiene algunos aires a “Encontré al diablo” y “Memories of murder”.
   CONCLUSIÓN: 7’5. El cine coreano se atreve con todo. Mezcla géneros y temáticas de forma perturbadora.



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