Sin duda
alguna, está en la lista de películas directamente descendientes de la gran
madre de todas las que combinan androides e inteligencia artificial, “Blade
Runner”. Pero quizá sea una de sus alumnas más aventajadas, y eso que es
relativamente reciente, 2014, por ir un par de pasos más allá en cuanto a
profundidad que sus compañeras imitadoras del ya clásico de Ridley Scott.
Hay similitudes
más que evidentes. De hecho, consiste en la construcción y, sobre todo,
perfeccionamiento en una IA, a base de someterla al test de Touring, lo que
puede recordar bastante a los test que aplicaba Rick Deckard (Harrison Ford) de
actitud y respuesta emocional para descubrir replicantes. Lo curioso es que
aquí, lo que se pretende es entrenar es IA para burlar cualquier test y no ser
detectado.
Es por aquí
donde “Ex machina” empieza a tener su identidad propia. Donde plantea dilemas
morales, éticos y, en mayor parte, lógicos. Es decir, diseñar una maquina tan
perfecta como para, no solo engañar, sino superar al propio ser humano, y con
ello, poner en tela de juicio nuestra propia existencia, no parece la mejor
idea.
Hay una premisa
en ciencia, y más concretamente en tecnología, si podemos hacerlo se hará. Pero
quizá deberíamos pensar en si debemos. Claro que el avance tecnológico es tan
imparable como para quizá incluso implicar que nosotros mismos creemos a
nuestro ejecutor. De hecho, en la película se plantea que la IA puede ser y
será el siguiente paso evolutivo de este planeta, que deje a la humanidad como
seres primitivos.
Porque la era
de los robots, apenas unos meros autómatas, ya pasó para dar turno a las
inteligencias artificiales, diseñados para evolucionar por sí mismas, y que de
tomar conciencia de sí y tomar como objetivo principal la preseveración de su
propia existencia o el simple deseo de vivir, a través del aprendizaje del ser
humano como modelo, puede ser lo realmente peligroso. En el film, cuanto más toma de los hombres más manipuladora y conspiradora se vuelve.
Todos estos
dilemas se encuentran perfectamente desarrolladas en el argumento, en una clara
apuesta por la ciencia-ficción reflexiva y filosófica más que en la acción,
que si tiene toques de fábula de terror. ¿Pues acaso no son los androides los
monstruos de Frankenstein de la era moderna?
El artífice de
todo ésto es Alex Garland, que encima debutaba en la dirección pero que como
escritor es autor de obras muy interesantes. Como, por ejemplo, la novela “La
playa”, adaptada por Danny Boyle y con quien además trabajó como guionista en
“28 días después” o “Sunshine”. Otros guiones destacados escritos por Garland
ha sido el de “Nunca me abandones “y “Dredd”. Por el de “Ex machina” fue
incluso nominado al Oscar. No lo consiguió, pero el film si logró el de
efectos especiales.
El trío
protagonista está especialmente inspirado, formado por Domhnal Gleeson, Jason
Isaacs y Alicia Vikander. Mención más recalcada para ésta última, que lanzó a
la actriz sueca, consiguiendo varios premios por su actuación. Un año más tarde
lograría el oscar como actriz de reparto por “La chica danesa”. Después
participó en “Jason Bourne”, Operación Uncle” y ahora encarnará a la próxima
Lara Croft.
La película obtuvo excelentes
críticas y reconocimientos. Costó tan solo 15 millones de dólares y obtuvo 36
en taquilla, que con la escasa promoción que tuvo no está nada mal.
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