FICHA TÉCNICA
Película: La mejor oferta.
Título
original: La migliore offerta.
Dirección y
guión: Giuseppe Tornatore.
País: Italia.
Año: 2013.
Duración: 124 min.
Género: Drama, romance.
Interpretación: Geoffrey Rush (Virgil), Jim Sturgess
(Robert), Donald Sutherland (Billy), Sylvia Hoeks (Claire), Liya Kebede
(Sarah).
Producción: Isabella Cocuzza y Arturo Paglia.
Música: Ennio Morricone.
Fotografía: Fabio Zamarion.
Distribuidora: Filmax.
CRÍTICA
SINOPSIS: Un
agente de subastas y experto en arte de mucho prestigio, recibe el encargo de
una joven muy misteriosa de tasar las antigüedades de la casa que ha heredado
de sus padres. La chica tiene una enfermedad psicológica que la impide salir de
la casa. Lo cual mantiene intrigado al tasador.
LO MEJOR: Si os menciono el nombre de Giuseppe
Tornatore, involuntariamente aparecerá el título de “Cinema Paradiso “en el
subconsciente colectivo. Pues bien, olvidaros de ella, porque aquí el director
italiano se sale, y de que manera, de su cine habitual para ofrecernos un
thriller de intriga más propio del mercado anglosajón. Dado el resultado, a un
servidor le habría gustado que Tornatore hubiera probado en más ocasiones con
estas excursiones, sin desmerecer su obra más habitual, claro está. Más si
cabe, teniendo en cuenta que además se ocupa de un maravilloso guión
perfectamente trenzado, atado y ejecutado, y por tanto la creación de la
historia es enteramente suya. Pero es que, a su inspiradamente académica dirección,
debemos sumar una espléndida fotografía responsable en gran parte de una
acertada ambientación que recupera esa magia cultural del arte
característicamente italiana con la sofisticación más internacionalizada como
agente moldeador. Su primera hora y media es un ejemplar ejercicio de intriga
con la original idea de no mostrar a uno de los personajes centrales de la
trama visualmente y transportándonos en los hombros del protagonista
compartiendo su curiosidad y fascinación por su enigmática identidad. Y
resultan brillantes las simbologías en el paralelismo de la evolución de la
trama con la construcción de un peculiar autómata y la alegoría a la ambición
humana y el manipulador uso que dan tanto unos como otros a la palabra
falsificación.
Interpretación: La actuación de
Geoffrey Rush es sencillamente soberbia. Claro que buscar una interpretación de
este actor mediocre es una labor completamente inútil. Rush nos invita a
acompañarle en la elaboración de la transformación de su personaje con una
enorme expresividad exenta de excesos gestuales. Lo de Sylvia Hocks también es
de nota teniendo en cuenta que se pasa media película tras un teléfono o una
pared y no tenemos más que su voz para apreciar su interpretación. Es difícil
hacerlo mejor estando fuera de cámara, pero tampoco es que no se defienda
cuando por fin está en plano, mostrando su peculiar belleza. Jim Sturggess no
es que esté mal, es que era muy difícil estar a la altura de los dos
protagonistas. Y Donald Sutherland aportando sus gotas de talento en un
personaje más importante de lo que a priori parece.
Escena (spoiler): No es película de
escenas marcadamente identificables, sino que funciona más como un conjunto. Si
podemos apreciar momentos con mayor énfasis como la llamada de Claire (Hooks)
cuando esta Oldman (Rush) realizando el inventario, donde se da cuenta que está
en la casa. O cuando le critica por llevar el pelo tintado. Cuando se esconde
tras una estatua para espiarla. Y otra en la que finalmente es descubierto.
Tras la fase de cortejo, tenemos la desesperación de ella y a su vuelta la
escena de cama entre ambos. Y como no, la paliza a Virgil que hace salir a
Claire. El gran golpe viene a su vuelta de subasta donde confirma dolorosamente
que ha sido robado y engañado por todos los que consideraba amigos y por su
amada. De alguna manera, el estafador había sido estafado.
LO PEOR: Al final “la cabra tira al monte” y
Tornatore introduce una fase de romance exento de intriga y, aunque
justificada, corre el riego de que el espectador crea que hasta ahí ha llegado
el interés inicial. No es así, vuelve a coger las riendas del misterio para
acabar la historia brillantemente, pero inevitablemente ésto sea una sensación
general de irregularidad.
CITAS: “-
¿Cómo es vivir con una mujer? - Es como participar en una subasta, nunca sabes
si la tuya es la mejor oferta”. “Siempre hay algo auténtico oculto en
toda falsificación”. “- Se le da muy bien hablar sin llegar a decir nada".
- Lo tomaré como un cumplido”. “Cuando piensas que ya la has conquistado es cuando descuidas la estrategia”. “El amor por el arte y saber sujetar un pincel no te convierten en artista”. “Supongo que el sentir cierto interés por una persona engendra necesariamente la convicción de que es hermosa”. “Todo puede falsificarse. La alegría, el dolor, el odio, la enfermedad, la recuperación... hasta el amor”.
- Lo tomaré como un cumplido”. “Cuando piensas que ya la has conquistado es cuando descuidas la estrategia”. “El amor por el arte y saber sujetar un pincel no te convierten en artista”. “Supongo que el sentir cierto interés por una persona engendra necesariamente la convicción de que es hermosa”. “Todo puede falsificarse. La alegría, el dolor, el odio, la enfermedad, la recuperación... hasta el amor”.
REFERENCIAS: Podría dar varios
títulos, pero tal vez daría demasiadas pistas a aquellos que no la hayan visto.
Si diré una que me parece que tiene cierto parentesco en el desarrollo de la
relación de los personajes, “Los impostores”, de Ridley Scott, y quizá tenga
algunos toques de intriga del estilo de Hitchcock.
CONCLUSIÓN: 8.Tornatore se sale de su cine habitual y, hay que
decir que, lo hace brillantemente.
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