Está considerada uno de los grandes fracasos de taquilla de la historia del cine como otros monumentales proyectos tales como “Cleopatra” o “Las puertas del cielo”. Pero indiscutiblemente es el gran fracaso de la década de los noventa y de alguna manera, marcó a aquellos que participaron en ella.
Y mira que se estrenó el mismo año de otra de las películas que fue vendida como otro gran fracaso, casualmente, también con gran parte del rodaje sobre el agua. Estoy hablando de “Waterworld”. Sin embargo, ésta costó 170 millones y a la postre logró 260, lo cual indica que tampoco le fue tan mal. Es que “La isla de las cabezas cortadas” costó 100 millones y solo consiguió 18.
Y sinceramente
tampoco es que lo entendiera. Un servidor si fue a verla y confieso que me lo
pasé muy bien pues cumplía con todo lo que se le puede pedir a una película de
aventuras, con todos los tópicos del genero de piratas. Altas dosis de
entretenimiento y bastante espectáculo.
El caso es que ya decíamos cuando hablábamos de “Piratas del Caribe, la maldición de la Perla Negra” que hasta llegar esta saga, que supuso una excepción, el subgénero “piratas” no había sido demasiado provechoso para sus productores. Ya el proyecto de Roman Polanski “Piratas” de 1986, tan solo nueve años antes de la que hoy comentamos, se llevó un considerable batacazo.
Y mira que tenía visos de haber sido un éxito. Su director, Renny Harlin, venia de firmar dos auténticos taquillazos y que con el tiempo se han quedado como clásicos del cine de acción, como son “La jungla 2” y “Máximo riesgo”. Por tanto, el director finlandés venia con todo el beneplácito del éxito.
Sus películas posteriores a esta peripecia del mundo de la piratería fueron “Deep blue sea”, “Memoria letal” (de nuevo con Geena Davis, de la cual era pareja), “Driven” y “El exorcista, el comienzo” (sustituyendo a Paul Schrader). Películas que tampoco es que estuvieran mala respuesta de cara al público pero que no llegaron, ni mucho menos a lo que fue “Máximo riesgo”. Y desde aquí todo fue caída libre.
Y el reparto no estaba nada mal. Geena Davis, con un Oscar a cuestas como secundaria en “El turista accidental”, venia, como su marido por esos tiempos, con sendos éxitos con “Thelma y Louise” y “Ellas dan el golpe”. Y de aquí, tras “Memoria Letal “cayó en proyectos de mucho menor calado.
Frank Langella
estaba considerado como un actor de reparto de bastante nivel. Aunque él se
salvó de la quema y tras esta película continuó trabajando tanto o más y mejor.
No así, Matthew Modine, que sin ser una gran estrella tuvo que sustituir a
alguien que, si lo era como Michael Douglass, quien rechazó el papel por
considerarlo muy próximo al de “Tras el corazón verde” y su secuela “La joya
del Nilo”.
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