No podía ser de
otra manera que ante el estreno de la versión a imagen real de “Ghost in the
shell” y las noticias de una posible película de “Mazinger Z” (aunque es cierto
que no se especifica si será en animación o no), nos pusiéramos manos a la
obra para repasar algunos de los animes que han pasado a live-action. Sin duda,
éstas dos son las adaptaciones más esperadas, pero veremos otras anteriores.
Sin embargo, la
que hoy nos ocupa es el propio anime de “Ghost in the Shell” de 1995, dirigido
por Mamori Oshii, quien se basó en el manga homónimo de Masasume Shirow que estuvo siendo publicado entre 1991 y 1997. Además, incluyendo ésta y el remake,
son ya cuatro películas las realizadas sobre el tema, sin olvidar una serie
desarrollada durante dos temporadas. Y por supuesto, un videojuego producido
para las diferentes plataformas en materia de consolas.
La película es
una excelente muestra de dos de los pilares temáticos sobre los que se sustenta
el género manga; la acción y la violencia. Sin obviar el tono marcadamente
erótico, plagado de desnudos de su personaje principal a lo largo de todo el
metraje desde casi el minuto uno. Parece ser que en la versión a imagen real
actual han sido lo suficientemente hábiles para esquivar este escollo.
¿Y cómo lo han
conseguido? Desde luego no era viable que, en una versión para su explotación
comercial, la protagonista estuviera desnuda más que vestida, sobre todo
tratándose de una estrella como Scarlett Johanson. Lo han resuelto, dándole un
aspecto más puramente androide, mostrando generosamente la figura y curvas de
la actriz, pero sin llegar a hacerlo de forma explícita.
Pero resumir el
film como acción, violencia y erotismo seria no hacerle ninguna justicia. ”Ghost in the Shell” es mucho más, es una película seria, transcendental,
filosófica y hasta poética. Una profunda reflexión de lo que significa ser
humano y, sobre todo, lo que significa tener alma. Y la posibilidad de que una
maquina pudiera llegar a tener una.
Cuenta con un
estilo narrativo propio, bastante alejado de otros animes, en especial,
respecto al ritmo, mucho más pausado. No hay ni un solo diálogo dejado al azar.
Ni una frase de relleno, con una pronunciada intención de darle al guión un
sentido existencial, con referencias en grandes pensadores como Kant, Hegel,
Descartes o Schopenhauer; tono muy evidente en algunos monólogos.
Me ha sacado
una sonrisa, por no decir una carcajada, al leer en redes sociales que, ante la
visión de los sucesivos tráileres, la película copiaba los efectos de cámara de
“Matrix”. No amigos, es completamente al revés, fueron los hermanos Wackowski
(reconocido por ellos mismos) quienes copiaron (homenajearon) varios detalles
como la lluvia digital, los tiroteos a cámara lenta y demás. No solo “Matrix”,
se aprecian influencias en “Los sustitutos”, “Avatar” o “Inteligencia
artificial”.
De hecho,
“Ghost in the Shell” es todo un referente del cine ciberpunk que si a alguien
debe algo es la ambientación y el tono de “Blade runner”.
La adaptación
actual está dirigida por Rupert Sanders, quien ya ofreció una versión muy
distinta de la convencional en “Blancanieves y la leyenda del cazador”. Parece
ser que lo que ha pretendido es adaptar toda la saga y no solo la película de
1995. Por cierto, que la elección de Scarlett Johanson causó en un principio
cierta polémica. Nada que no le ocurriera ya a Tom Cruise como Lestat o Heath
Ledger como Joker; con el resultado que ya conocemos.
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