FICHA TÉCNICA
Dirección y guión: Sofia
Coppola.
Países: USA y Japón.
Año: 2003.
Duración: 105 min.
Género: Drama.
Países: USA y Japón.
Año: 2003.
Duración: 105 min.
Género: Drama.
Interpretación: Bill
Murray (Bob Harris), Scarlett Johansson (Charlotte), Anna Faris (Kelly),
Giovanni Ribisi (John), Akiko Takeshita (Srta. Kawasaki), Catherine Lambert
(Cantante de jazz), Fumihiro Hayashi (Charlie), Akiko Monou (P Chan), Kazuyoshi
Minamimagoe (Agente de prensa), Kazuko Shibata (Agente de prensa).
Producción: Sofia Coppola y Ross Katz.
Música: Brian Reitzell y Kevin Shields.
Fotografía: Lance Acord.
Producción: Sofia Coppola y Ross Katz.
Música: Brian Reitzell y Kevin Shields.
Fotografía: Lance Acord.
Distribuidora: Focus
Features.
CRÍTICA
SINOPSIS: Dos
personas se encuentran en Tokio por distintos motivos. Uno es un actor de capa
caída que está publicitando una marca de whisky. Otra es una joven e
inteligente mujer a la que su marido fotógrafo deja abandonada todo el día.
Ambos se sienten solos y perdidos hasta que se conocen y conectan.
LO MEJOR: Recuerdo la mala espina que me dio la
primera vez que la vi cuando asistí sorprendido al comienzo de la película con
un largo plano del culo en ropa interior semitransparente de Scarlett Johanson.
Sin embargo, seguramente si os dijera que ese encuadre responde a una obra de
un pintor fotorrealista llamado John Kasere, quizá podáis atisbar que en este
film las cosas no están tan claras como parecen. Y todo responde al
personalísimo estilo artístico y estético de su directora, Sofía Coppola. Pero
yendo más al meollo de la historia, el film trata principalmente de dos grandes
temas: la soledad y el existencialismo. Porque nos presenta dos personajes que,
a pesar de estar en una ciudad cosmopolita, rodeados de gente por todas partes,
algo muy frecuente en la sociedad de hoy en día, se encuentran completamente
solos, tanto física como intelectualmente. Dos seres perdidos entre las dudas
de que son, que quieren ser y que quieren hacer. Desorientados por la situación
de sus respectivos matrimonios que, aunque en diferentes momentos temporales,
son paralelos. Coppola explota su relación de compañía y complicidad jugando al
borde de la delgada línea roja que separa la amistad y el romance, obligándonos
a interpretar sus múltiples y reveladores silencios, que dicen más que sus
inteligentes diálogos, y a desentrañar sus profundas miradas. Todo en un
escenario donde se respira el colorido de Tokio por doquier potenciado por una
excelente fotografía.
Interpretación: La química de los dos
protagonistas es absoluta y es el pilar principal y casi único en el que se
apoya la película. Pero es que a nivel individual ambos están sensacionales.
Mención especial para Bill Murray, en la que con total seguridad es la mejor interpretación
de su carrera, explotando su vena sarcástico-cómica a las mil maravillas, pero
con una sensibilidad como nunca se le había visto. Scarlett Johanson es una
actriz que tiene muchísimo más talento del que los blockbuster tipo
“Vengadores” la dejan demostrar y las que explotan sus espectacular físico. Sin
embargo, nunca se la vio más bella que en el delicioso papel de Charlotte en
este film cuando no era la estrella que es hoy.
Escena (spoiler): Ya he comentado la
escena de introducción. Están especialmente graciosas las partes de los
diferentes rodajes del spot publicitario y las sesiones de fotos. El primer
encuentro Murray-Johanson tiene cierta magia. El encuentro de Scarlett y su
marido (Giovani Ribisi) con una ridícula amiga de éste, Anna Faris, delata la
amplia diferencia intelectual entre Charlotte y el mundo de su marido. Son muy
interesantes las escenas del karaoke, especialmente cuando canta ella,
contemplada por Bill Murray. Quizá la mejor secuencia es cuando los dos
consiguen dormir el uno junto al otro, pero solo tocándole un pie. La doble
despedida es emocionalmente intensiva. Primero con la mirada de Bill Murray
cuando confirma que ya no la volverá a ver. Y después la verdadera despedida
con beso final, que es una de las más tristes y dolorosas que recuerdo.
LO PEOR: No son pocos los trazos de la película
en los que parece que no pasa nada, que no avanza la historia. Pero aquí lo
importante es la palabra “parece”. Esto es por la tendencia de Sofía Coppola a
los planos contemplativos y al desarrollo lento.
CITAS: “El
día más aterrador de tu vida es el día que nace tu primer hijo. Tu vida, la que
conoces, se acaba, y nunca volverá; pero luego aprenden a caminar y a hablar y
quieres estar con ellos, y acaban convirtiéndose en las personas más deliciosas
que conocerás en toda tu vida”. “Cuánto más sabes quien
eres y lo que quieres, menos te afectan las cosas”. “Estoy organizando una
fuga de presos, y busco un cómplice. Primero hay que salir de este bar, luego
del hotel, luego de la ciudad y luego del país”. “Descanso de mi mujer, olvido
el cumpleaños de mi hijo y gano dos millones de dólares por anunciar un whisky,
en lugar de hacer una obra de teatro”. “Nunca volvamos aquí jamás, porque nunca
será tan divertido”. “- No te vayas. Quédate conmigo. Crearemos una banda de
jazz”.
REFERENCIAS: Sofía Coppola se llevó
todos los premios a los que estuvo nominada por el guión original, incluido el
Oscar, al cual también optó como directora, a la vez que la película y la
interpretación de Bill Murray. Se supone que debería estrenar el remake de “El
seductor” en 2017. Pero “Lost in translation” es su mejor película y nunca ha
vuelto a ese nivel, aunque yo recomendaría un título anterior, “Las vírgenes
suicidas”. En el plano de la soledad tiene nexos con “Her” en la cual
curiosamente también colabora Scarlett Johanson, aunque solo sea con su voz.
CONCLUSIÓN: 8.Una maravillosa historia sobre la soledad y la búsqueda de complicidad en la línea roja que separa la amistad del amor.
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