Ya puedo imaginarme las redes sociales inundadas de críticas hacia los remakes. Que como se osa tocar un clásico como “Los siete magníficos”, que si es innecesario, que si no hay ideas nuevas . . . Si alguien me puede explicar en que perjudica un remake al clásico pues le pido que lo haga. ¿Acaso el remake borra de la historia del cine al original? Todo lo contrario, incluso puede picar la curiosidad de las generaciones actuales y que se acerquen al clásico. Además, lo puedes ver o no. Si te gusta bien y si no, el otro no te lo va a quitar nadie. Es que me parece absurdo.
Pero es que, para colmo, tanta ofensa por realizar el remake de esta película cuando precisamente “Los siete magníficos” es un remake de “Los siete samuráis” de Akira Kurosawa, trasladando al western un clásico japonés como también hiciera Sergio Leone con “Yoyimbo” en su “Por un puñado de dólares” y Walter Hill más tarde con “El último hombre”, protagonizada por Clint Eastwood y Bruce Willis respectivamente.
No le salió nada mal el experimento a John Sturges, el autor
de títulos como “El último tren a Gun Hill”, “La gran evasión”, “La batallas de
las colinas del whisky” y “Estación Polar Zebra”. Tanto fue así que el propio Kurosawa, entusiasmado con la versión
americana le regaló una espada samurái a Sturges.
El reparto estaba repleto de caras conocidas, algunas
habituales en el western, Yul Bryner (que se autohomenajearía en este papel en
“Almas de metal” de Michael Crichton), Charles Bronson (“Hasta que llegó su hora”),
Eli Wallach (“El bueno, el feo y el malo), Steve McQueen y James Coburn, otro
fijo en el género y Vince Vaughn.
El argumento tuvo una estructura que se repitió en muchas películas posteriores hasta nuestro presente. El hecho de realizar la formación de un equipo con especialistas en distintas disciplinas para lograr algo casi imposible. Una serie de mercenarios que se redimen ayudando a una serie de personas abusadas y reprimidas. Osea como en cualquier episodio de “El equipo A”.
También para el remake, un director de cierto nombre, Antoine Faqua reúne un buen elenco de actores con nada menos que Denzel Washinton, Ethan Hawke, Chris Pratt, Vincent D´onofrio y Peter Sarsgaard. Sinceramente no creo que supere a la versión de 1960 pero con que al menos me resulte entretenida me parecerá suficiente y desde luego iré al cine sin ánimo de estúpidas comparaciones.
Quizá Sam Peckinpah quiso rendir homenaje a esta película con un final en el que unos pocos se enfrentaban a muchos en un duelo suicida y que daba lugar a un macro tiroteo que acababa con las vidas de la mayoría. Bueno, ya sabemos que Peckinpah se dio un festín de tiros y sangre muy superior a ésta con "Grupo salvaje".
Es
un clásico legendario, incuestionable e imprescindible. Tuvo una serie que se
mantuvo durante dos años. Y varias secuelas, más bien infames. La música debe
ser de las más silvables del séptimo arte, más aún si cabe cuando fue incluida
en el anuncio comercial de la marca de cigarrillos Marlboro.
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