Esta entre las tres mejores películas de uno de los grandes como es Sam Peckinpah, junto con “Perros de paja” y “La huida”. Además, el director filmó otros buenos westerns como “La balada de Cable Hogue” o “Pat Garrett and Billy the Kid”. Pero como no va a estar “Grupo salvaje” entre lo mejor de su filmografía si que está considerada entre las mejores películas del oeste de todos los tiempos. Algunos dicen que la mejor.
Se dio la casualidad de coincidir el mismo año de estreno (1969) de “Dos hombres y un destino” y chocar frontalmente con ella en la respectiva ceremonia de los oscars donde le arrebató sus dos únicas nominaciones al guión principal y la banda sonora. Tampoco cosechó en taquilla el éxito aplastante de su competidora, pero claro, es que la película de Peckinpah tenía ciertas peculiaridades que ahora que ahora pasaremos a analizar.
Aunque la película cosechó excelentes críticas y a la postre haya quedado como un clásico de leyenda que incluso supera al resto de propuestas de western de la época, lo cierto es que la película se vio envuelta en una espectacular polémica a razón de uno de los rasgos más característicos del cine de su director: la extrema violencia. Teniendo en cuenta la época y el género que trataba, el público se escandalizó con la cantidad de muertos y sangre que se ponían en pantalla catalogando la película de una “carnicería sin sentido”.
Sin embargo, es que nada más lejos de la realidad. Si es cierto que hay generosas cantidades de sangre, disparos y muertos en la película y que superaba a cualquier otro western que se hubiera hecho jamás y se hiciera después. Tan solo “Soldado azul” poseía una violencia similar. Además, Peckinpah filmaba los tiroteos con su característica cámara lenta, por lo cual le acusaron de recrearse en los detalles más escabrosos.
Además, el montaje ya es que no tenía absolutamente nada que ver con una película del oeste sino con cualquiera de la época. Peckinpah utilizaba muchísimos cortes en todas sus películas, lo que suponía una forma de montar los filmes anticipada a su tiempo. Para que os hagáis una idea, una película normal tenía alrededor de 500 o 600 cortes. “Grupo salvaje” tenía casi 3500. Lo que es lo mismo, unas seis o siete veces más de lo normal.
No se acaban ahí las diferencias con el western clásico hasta la fecha. Sam Peckinpah se alejaba del tono crepuscular de los cincuenta con títulos como “Solo ante el peligro”, “Veracruz” o “Winchester 73”. O más posterior como “Los siete magníficos”. También del subgénero dentro del propio western que estaba de moda en los 60 y 70 de la mano de Sergio Leone, el "spaguetti", con títulos como “El bueno, el feo y el malo”, “Hasta que llegó su hora”, “La muerte tenía un precio” y “Por un puñado de dólares”.
El reparto fue impresionante, aunque curiosamente no fueron las primeras opciones para el director ni se encontraban en los mejores momentos de sus respectivas carreras. Pero finalmente todos los actores ofrecieron un nivel excelente. Estos eran William Holden (la primera opción era Lee Marvin), Ernest Borgine, Robert Ryan y el habitual de Peckinpah, Ben Johnson.
“Grupo salvaje" es una película especial, con personajes
nada ejemplares, perdedores llenos de matices en busca de una redención final
que se traduce en esa espectacular masacre final. Otra curiosidad y paralelismo
con “Dos hombres y un destino” es que el título de la película en ingles era
“Wild bunch” que es justo el nombre de la banda de Butch Cassidy y Sundance
kid.
Por cierto, Sam Peckinpah es una de las influencias más
importantes de Quentin Tarantino que es quien ha resucitado ahora el género
volviendo a emplear una violencia extrema.
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