Escenas Míticas: Viajes espaciales - Gravity

   Es de esas películas de las que la gente me ha dicho que era un auténtico coñazo. Quizá por ello la vi sin ninguna pretensión. Pero al terminar de verla, mi opinión fue que era una de las experiencias visuales mejor rodadas que había visto. Es de esos films que habría jurado que lo había dirigido alguien tipo Ridley Scott o similar. De ahí el mérito de Alfonso Cuarón.

   Y he aquí un fabuloso ejemplo de lo que decía antes. La dificultad de la escena es superlativa. Fijáos en la cámara, los fragmentos del impacto y los protagonistas se mueven por la pantalla en 360 grados.  Y si ésto lo ves en el cine, en pantalla grande y 3D (es lo mejor en este formato desde "Avatar") pues ya flipas.

   Seamos claros, la inclusión de George Clooney en el reparto no puede justificarse de otra forma que por motivos comerciales, es decir, por el gancho publicitario que produce ver su nombre en los títulos de crédito. Que no se me entienda mal, lo hace bien pero el papel es muy escueto.

    Es cierto que hay muchos momentos de reflexión en la película pero no es menos cierto que también los hay de verdadera tensión. Y lo que destacaría en comparación con otras películas del mismo corte es el elevadísimo nivel de realismo. Nada es gratuito, todo tiene su lógica natural y pasa porque es posible que pase.

   A quien le hubiera parecido poco con el primer accidente provocado por el impacto con la basura espacial, aquí tiene otro, si cabe, más espectacular. La cámara vuelve a moverse magistralmente, y a pesar de la confusión del momento, se aprecia perfectamente, lo que representa doble mérito por parte del director.

   Sandra Bullock hace una de las mejores interpretaciones de su carrera y a punto estuvo de ser premiada con su segundo oscar. Tened en cuenta que carga con el peso de la película mayoritariamente en solitario. Y resulta totalmente creíble  y convincente.
   En definitiva, una gran película, un ejemplo que podría ponérsele a muchos directores de como rodar una escena. No perderse el tema musical final que acompaña a la protagonista durante su entrada a la atmósfera.