Vaya
por delante que sigue teniendo un nivelón y que precisamente por eso
quizá el listón se lo pongo más alto, porque considero que esta
serie está entre las mejores que hay actualmente. Y en base a ello
esta tercera temporada me ha bajado un poco. Teniendo en cuenta que
es un producto que arriesga mucho en cuanto a su forma de narrar la
historia, me da que todo ese reconocimiento, todos esos premios, les
ha dado más seguridad en experimentar diferentes formatos de
narración. En esta temporada han tirado más por la profundización
individual de los personajes y eso lo han hecho de forma excepcional.
Los conocemos más y mejor, y eso es bueno. Pero . . . a costa de
frenar la trama colectiva, que prácticamente no avanza nada, lo cual
también se ha visto afectado en el ritmo. Lo que antes era pura acción
(si, aunque sea sobre la forma de llevar un restaurante), hasta el
punto de llegar a ser agotadora para el espectador en cuanto a la
tensión continuada que exhibían, se ha vuelto lenta, muy reflexiva,
más cercana al drama pausado. Paradójicamente, se ha alejado de la
cocina, apenas hay escenas de ver el restaurante en marcha, que
personalmente era lo que más me gustaba. Ojo, sigue teniendo
episodios de una calidad brutal, aprovechando maravillosamente a los
actores invitados recurrentes. Los de Jon Bernthal y el de Jamie Lee
Curtis son buenísimos, pero también es cierto que otros se me han
atragantado, y eso no me había pasado antes. Y para colmo han dejado
la temporada a la mitad. Tengo la sensación de que son muy
autoconscientes de lo buena que es la serie y quizá se han apartado
del camino aunque esto puede ser circunstancial. 7.
Tiene
narices que cuando se menciona a Brie Larson, se haga referencia
constantemente a su papel en Marvel, lo cual confirma que a los
intérpretes que pasan por allí no les viene bien en absoluto a
nivel profesional, si a su cuenta bancaria. Porque esta chica es muy
buena actriz, no una virtuosa, pero si con talento cuando tiene un
papel para sacarle partido, como fue el caso de “La habitación”
y como es este caso. Hay que dejar claro, porque inicialmente puede
llevar a confusión, que la historia no se basa en una real. El libro
que adapta, que en realidad se titula “Lecciones de química”, de
Bonnie Garmus, se inspira en alguna mujeres que contribuyeron a la
igualdad de oportunidades profesionales y de educación pero no en
ninguna en particular. Es decir, Elizabeth Zott no existió. Aunque
hubiera estado bien. Si parece ser que la escritora se basó en
varias de sus experiencias personales, lo cual quiere decir que en
cierto modo, hay un sentido autobiográfico. Hasta el punto de que,
como pasa en la serie, tuvo oposición masculina para la propia
publicación de la novela. Esa frustración y posterior lucha por
conseguirlo se traslada a su personaje principal, que no deja de ser
un elemento reivindicativo para mostrar el machismo que bloqueaba
profesionalmente a la mujeres en los años cincuenta. La miniserie
funciona en ese aspecto y también en su fase de romance, contando
con la excelente “química” de Lewis Pullman con Brie Larson,
pero no es su única virtud. El guion es muy bueno, lleno de diálogos
brillantes, y no es para nada lineal. Uno de sus aciertos es cambiar
el enfoque y el ángulo desde el que nos cuentan cada episodio,
bastante originalmente en varias ocasiones. 7’5.
No hay comentarios:
Publicar un comentario