Decir
que está basada en hechos reales es un poco hacer trampa porque en
todo caso sería inspirada en una teoría, ya no una de las
conspiranoias favoritas de todos los tiempos sobre si se llegó a la
luna o no, sino sobre si se preparó un montaje sobre el alunizaje del
Apolo XI como plan B por si la cosa fallaba. No obstante, es todo
ficción, de hecho, solo es la excusa para poner en marcha una
screwball comedy, es decir, una de esas comedias románticas de
guerra de sexos que triunfaron tanto en las décadas de los años
treinta y cuarenta. Es más, uno de los aciertos de la película es
que parece cine de otra época. No solo porque evidentemente está
situada temporalmente en 1969, y la recreación de aquel tiempo esté
muy lograda, sino porque la dirección es pretendidamente clásica,
muy elegante y a la vez divertida. Pero si por algo funciona, porque
lo hace, es por sus dos protagonistas. Especialmente ella. Que mal le
hacen a las carreras de los actores el meterse en franquicias de
superhéroes. Lo dice un aficionado a ese cine. Pero es que es
verdad, no les hace bien. A sus cuentas bancarias si. Pero
desaprovecha el talento de intérpretes que se ven enfrascados en
sagas que duran demasiados años. Lo hemos visto con Robert Downey
Jr. Y se puede ver con Scarlett Johansson. Mira que me gusta de Viuda
Negra pero en películas con esta es donde se la ve actriz de verdad.
Y la química que tiene con Channing Tatum la hace lucir más. La
única pega de la peli es que quizá se va un poco de metraje. Un
poquito. 7.
Habitualmente
los biopics de cantantes se hacen muy enfocados hacia los fans. Ya
sean un mero homenaje que les rinde pleitesía como “Bohemian
Rhapsody”, que se metan más en harina como “Rocketman” o
“Elvis”, o ya que directamente sean polémicos como “The
Doors”. Pero es que resulta que los protagonistas de este no
tienen fans. Por tanto, la película cuenta más como fue el caso de
estos “cantantes”, de su fugaz
éxito y de su caída. Básicamente porque fue una estafa que se
tragó hasta el apuntador. Yo recuerdo esto, lo viví, aunque no
demasiado como fan. No obstante, lo que me parece interesante de la
película es el subtexto que hay detrás y la reflexión que hace
sobre nuestra actualidad. En cuanto a lo primero, lo curioso es como
nos retrata como público y como sociedad, tremendamente influida por
el marketing, por la imagen, por lo visual. Porque resulta que a los
que cantaban de verdad, a los que ponían la voz de esos temas que
rompieron records de ventas, a esos no los hizo caso ni dios cuando
los quisieron promocionar. Y eso dice mucho de nosotros como
consumidores. Y en cuanto a lo segundo, lo paradójico es que a estos
los masacraron por ser unos farsantes, pero no lo eran más que
muchos de los que hoy modulan su voz con el Auto-Tune y encima se les
aplaude. A Rob Pilatos y Fabrice Morvan les habría venido muy bien.
7.
Está
basada en un hecho real y precisamente lo llamativo es que esto
pasara de verdad. Porque se acusó a una mujer, Rose Gooding, de
enviar cartas insultando a varios vecinos de una localidad costera
inglesa, aunque concentrándose en una, Edith Swan. No solo es que me
llame la atención que se pueda detener a alguien por hacer eso,
estamos hablando de los años veinte (madre mía si los de esa época
vieran lo que hacemos nosotros en las redes sociales), sino porque se
hizo absolutamente sin ninguna prueba, lo que retrataba también la
hipocresía de esa sociedad. Es tan ridículo que la película
directamente está tratada desde la comedia. Y menos mal porque si
no, la manera de tratar a la acusada, los motivos para considerarla
culpable y la forma de proceder de la policía, serían bastante
dramáticos. Lo que hace que, sin llegar a ser nada del otro mundo,
resulte divertida, gracias especialmente a algunos brillantes
diálogos pero, sobre todo, a la inspiración de dos actrices que
siempre que las veo me parecen magníficas. Aunque en este caso,
viéndolas enfrentadas entre si, en la trama y como duelo
interpretativo, he de decir que Olivia Colman está un poco por
encima de Jessie Buckley. Ambas bien secundadas por Anjana Vasan.
Ellas son las que mantienen la función en pie, porque el culpable de
la intriga principal de la película quizá se rebele demasiado
pronto. 6’5.
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