Hubiera
sido una buena propuesta para ver en familia en Halloween. Porque
evidentemente es una película para todos los públicos. La original
se basaba en los pasajes del terror de los parques de atracciones,
concretamente los de Disneyworld. Y esa es la sensación que me ha
creado la de estar viendo uno para niños. Porque tiene bastante tono
infantil y de comedia. En ese sentido de estar haciendo una
adaptación de una famosa atracción, y de
la misma casa, me lo pasé mejor con “Jungle Cruise”. No
obstante, tiene sus aciertos, como el de cambiar radicalmente el
argumento de este remake respecto a su antecesora de 2003 y hacer una
historia nueva. Además, tiene un buen reparto que demuestra tener
muy buena química. Aunque casi lo mejor son los cameos de Jamie Lee
Curtis y Winona Ryder, por cierto, dos iconos del terror en sus
distintas vertientes. Y el apartado visual está bastante bien
cubierto, aun cuando tras pasar cinco minutos de terminar la
película, resulte difícil recordar alguna escena realmente
impresionante en cuanto a espectáculo. En definitiva, peli
entretenida y simpática de corte familiar, que se deja ver a pesar
de que claramente le sobra metraje (como media hora). Vamos que
tampoco es que esperara ninguna obra maestra. 5’5.
A
pesar de que no soy ningún entusiasta de las películas de sustos,
defendí (poniendo un listón muy bajo, eso si) la primera parte
porque me pareció que tenía una ambientación muy lograda. Y esta
está en la misma línea. Pero como toda secuela que se precie pues
quiere ofrecer más de todo, aunque prime más la cantidad que la
calidad. Muchos
así lo creen, pero el nivel de una película de terror no se
cataloga por el número de sustos. Para ponerte una imagen en la cara
y subirte el volumen hasta el infinito y más allá no hace falta
talento. Es lo que diferencia las películas del “Warrenverso”
dirigidas por su creador, James Wan, de las que no, que él acompaña
esos sobresaltos con
una puesta en escena que los utiliza como culminación de una
secuencia de suspense bien construida. No se limita a acumular set
pieces una detrás de otra. Llega un momento que agota por
repetición. Además, argumentalmente no aporta absolutamente nada
porque es la secuela de un spin off que ejerce como precuela y ya
sabemos que Valak sigue existiendo en el presente. Así que debería
haber una tercera parte y en la escena postcréditos nos dan la pista
de por donde pueden ir los tiros. Por lo demás, visualmente está
bastante bien e incluso en ciertos momentos resulta espectacular, con
una Taissa Farmiga en plan superheroína. Entretiene porque tiene un
buen ritmo y siempre están ocurriendo cosas. Pero, ¿cuantos sustos
le
hacían falta a películas
como “Tiburón”, “El exorcista”, “El resplandor”,
“Alien”, . . . para entretener?. 5’5.
Madre
mía. Lo voy a decir otra vez. Madre mía. Como es posible que esto
haya llegado a estrenarse en cines. A ver, no es que esperara un
presupuesto a lo “Megalodón” pero, en fin. Por cierto, este
también es un megalodón, pero si quieres verlo pues miras el cartel
de la película o le das al pausa en las dos apariciones que tiene en
pantalla. Porque en las múltiples pasadas que hace por delante de la
cámara apenas se percibe que narices has visto pasar. La mayor parte
del tiempo los personajes se lo pasan hablando en una plataforma
petrolífera. Por resaltar algo positivo, al menos intenta proponer
un argumento diferente, envolviendo la historia de mitología (ese
era el camino) y dando un mensaje ecologista, criticando las grandes
multinacionales explotadoras y el poco o nulo respeto por la
naturaleza. Claro que el guion no ayuda mucho a darle coherencia.
Para muestra un botón, el protagonista deja a su mujer cañón y sus
hijos (uno de ellos una adolescente) tiradas en un pueblo rodeadas de
hombres que se las comen con los ojos, mientras se va a currar, eso
si, le deja encargado al del bar que les eche un ojo. Y como eso
otras cosas. Tan solo le pedía que me entretuviera. Es serie B, de
la cual soy fan, pero por los pelos no baja incluso de esa categoría.
Si vas a hacer esto pues aplícale cierto tono de humor, como las
películas de pirañas, y lo conviertes en una pseudoparodia. 3.
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