martes, 7 de noviembre de 2023

Escenas Míticas: Especial Épicas - El último mohicano

 


   El estreno de la nueva película de Ridley Scott, “Napoleón”, nos sirve de excusa perfecta para renovar un ciclo ya tratado anteriormente en el blog pero que precisa de una actualización, el de las películas de corte histórico épico. Y porque no, me sirve como excusa también para volver a disfrutar de unos cuantos peliculones y analizarlos en base a mis conocimientos actuales. De tal manera veremos que hay características que se repiten en todos estos títulos: batallas, romance, tragedia y música. Y esa será la guía.




   No obstante, antes situemos la historia como debe ser. La película es una adaptación homónima de la obra literaria de James Fenimore Cooper. Ni mucho menos era ni la primera ni la única vez que se adaptaba a la novela. Ya se hizo en 1909, 1911, 1920, 1936 y 1947. Incluso en 1976 ya estuvo a punto de ser nuevamente adaptada. Sin embargo, fue la de 1992 a cargo de Michael Mann, quien tomó como referencia la versión de 1936, la que ha quedado en la retina de los espectadores.



   Y desde aquella han pasado más de treinta años. La historia tiene como trasfondo a la Guerra de los Siete Años, entre Francia e Inglaterra por el control de las colonias en Norteamérica, lo que les llevó a los primeros a pedir ayuda a los nativos americanos y a los segundos a los colonos establecidos en el lugar.



   En ese periodo histórico se planteaba la novela pero es que además se basa en una historia real, que fue la captura y rescate de tres chicas, Jemina Boone y las hermanas Callaway, secuestradas por los indios Cherokee y liberadas por un grupo liderado por el padre de Jemina. De todos modos, hay que decir que la adaptación a película conllevó significativos cambios en relación al texto original. Por cierto, sólo uno de los personajes realmente existió, el coronel Munro, el resto son inventados para la causa.



   A los cuales interpretaron un Daniel Day Lewis que ya venía con uno de sus Oscars bajo el brazo por “Mi pie izquierdo” y que preparó el papel como buen actor de método que es, pasando un tiempo solo en la montaña, cazando, construyendo una canoa, practicando para usar un hacha mohawk y viviendo de lo que da la tierra. Esto ocasionó que se identificara tanto con el personaje que cuando terminó el rodaje le costó despegarse de él sufriendo claustrofobia y alucinaciones cuando estaba en lugares cerrados.



   Le acompañó una Madeleine Stowe maravillosa, que nunca ha estado tan bella como en esta película, y que inicialmente rechazó el papel creyendo que sería una película de acción, lo que llevó a los productores a plantearse ofrecérselo a Andie McDowell. Finalmente convencieron a Stowe asegurándole que la historia era básicamente un romance. De hecho, demostró tener una química espectacular con Day Lewis, lo cual se transmite en pantalla. Aunque también hay otro romance entre líneas, que se une a la parte de tragedia, entre el hermanastro de él, Uncas (Eric Schewerg) y la hermana de ella, Alice (Jodhi May), porque mueren en la parte final prácticamente juntos.



   Por cierto, el papel del Mayor Duncan, interpretado por Steven Waddington, estuvo a punto de ir, atención, para Hugh Grant. Eso delante de las cámaras, tras ella un Michael Mann que ya había hecho películas tan interesantes como “Ladrón” o “Hunter” (primera aproximación al personaje de Hannibal Lecter) pero que era más conocido en el mundo de la televisión por la creación de la serie “Corrupción en Miami”. Después de esta “El último mohicano”, vendría en la que considero su mejor película de largo y probablemente la mejor película de acción que he visto,  “Heat”.



   Mann sometió al reparto a maratonianas sesiones de rodaje, con la escenas de hasta veinte repeticiones por toma, que multiplicaron el presupuesto. Además de tener que rodar, en muchas ocasiones, durante noches enteras. El cineasta terminó entregando a los productores un montaje de casi tres horas, el cual le instaron a reducir en vistas a una mejor taquilla. Finalmente se estrenó una versión de 112 minutos. Años más tarde se promocionó otra de 117, con la aprobación de Michael Mann para la explotación doméstica.



   La cosa fue bien, a pesar del aumento de presupuesto, que se fue hasta los 40 millones de dólares, pero se recaudaron cien más, en total 143. Además, tuvo muy buenas críticas. Sin embargo, fue ninguneada en los Oscars, solo nominándola al mejor sonido, el cual ganó. La maravillosa banda sonora de Trevor Jones y Randy Edelman, una de las más reconocibles melodías de la historia del cine, solo se llevó una nominación al Globo de Oro. Pero vamos, que también se ignoró su fotografía. Personalmente me parece una gran película, más de aventuras que de épica histórica, con un ritmo excepcional y una música inolvidable.



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