A
ver que excusa va a poner esta vez Elizabeth Banks, que ante las
críticas de su anterior película, acusó a todo el mundo de
machista y demás. Y eso que a mí su versión de “Los Ángeles de
Charlie” me había parecido entretenida. Pero aquí ha perdido la
oportunidad de marcarse una gamberrada de verdad y no la ha aprovechado. Porque lo que si
marca la película es la indefinición. A veces parece para adultos,
otras para todos los públicos, luego vuelve a hacer burradas, . . .
En mi opinión debería haber seguido por el camino que se propone
inicialmente, con mucha sangre y gore, y haber evolucionado hacia una
comedia de terror. En su lugar se vuelve una comedia . . . familiar.
A ver, no voy a decir que no sea divertida, te ríes, tiene algunas
secuencias buenas, como la de la casa del guardabosques o la de la
ambulancia, pero en la parte final me pensaba que estaba viendo “El bosque de Tallac” (la de Jackie y Nuca, si). Además, tiene una
falta de ritmo evidente, ha habido ratos que hasta se me estaba
haciendo larga (y dura 95 min). Lo de los personajes vamos a dejarlo
porque son tan idiotas que no necesitan un oso enfarlopado para que
los mate, son perfectamente capaces de matarse solos. Que pena que
este fuera el último papel de Ray Liotta. Por cierto, lo de que está
basada en hechos reales vamos a dejarlo también. Un oso se comió un
montón de cocaína y se murió, ya está. No se puso a atacar a gente
ni nada de eso. 4.
Ver
a Nicholas Cage como Drácula era muy tentador. Este tío tiene mi
más sincera admiración. Mucha gente critica el declive de su
carrera en los últimos años y es normal porque tiene algunos
títulos muy difíciles de tragar. Pero es un trabajador incansable,
sigue teniendo talento cuando le dejan y una gran capacidad para
reírse de si mismo. Aquí está en su salsa, con libertad para
desplegar su festival de expresiones faciales y se nota que
pasándoselo en grande. Aunque no es el protagonista (que es otro
Nicholas, Hoult para más señas, que está digamos aguantable) si
es la atracción. La que no lo está, o más bien es que no puedo con
ella es Awkwafina. Lo siento pero no. El guion tampoco es que sea una
maravilla, por mucho que venga coescrito por Robert Kirkman (The
Walking Dead), de hecho, es un sinsentido continuo en el que vale todo
con tal de ponerle al espectador unas cuantas escenas de acción, con
peleas que son bastante buenas, la verdad, y repletas de sangre y
gore. Aunque es sangre digital y a mí esto como que me sigue
pareciendo muy falso. No obstante, son tan burras estas secuencias
que tengo que confesar que me he divertido. Con eso y la presencia de
Cage se salva la película, que por otra parte cuando no está en
pantalla, la cosa baja pero mucho. 6.
Vaya
por delante que el remake que hizo Alexandre Ajá me pareció
divertidísimo, una experiencia erótico-sangriento-festiva que
funcionaba perfectamente como cine de esparcimiento con el único
objetivo de entretener. Hay que recordar que aunque la recordemos más
terrorífica, la propia “Piraña” original ya era una
parodia/homenaje exploitation de “Tiburón”. Pero aquella tenía
a un tal Joe Dante como director, el remake a Ajá y esta a . . .
aquí parece que no haya nadie al volante. Quiere llevar todo lo que
había funcionado en su antecesora mucho más allá. Todo es más
absurdo, más gore (no, en eso no supera a la anterior) y el número
de desnudos femeninos gratuitos es mayor. El problema es que se
olvida de dos elementos importantes. Que una comedia no es poner una
idiotez detrás de otra sin ton ni son. Y que si quieres hacer una
comedia de terror, tiene que haber comedia pero también terror, y
ahí falta la habilidad en la puesta en escena de los directores
mencionados antes. Y eso que la idea de llevar la acción a un parque
acuático (nada original, por cierto) tenía su interés. Lo mejor, la
autoparodia de David Hasselhoff (interpretándose a si mismo) como
vigilante de la playa y los cameos de Christopher Lloyd y Ving
Rhames. Lo peor, el resto. 3.
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