Película
típica de estafadores pero que tiene su punto de originalidad en la
manera que tienen de presentarnos la trama, a través de sus
personajes y llevándonos de unos a otros en una especie de formato
episódico. De tal manera que se forma un conglomerado de historias
cruzadas que vienen a ser la misma, a modo de rompecabezas del que
poco a poco van encajando las piezas. El ritmo es pausado pero no
aburrido porque siempre están pasando cosas, para lo cual se toman
su tiempo. Porque la narración es muy elegante y los niveles de
estafa y engaño van subiendo a medida que va a avanzando el metraje.
Llega un momento que no sabes quien está mintiendo, si todo forma
parte de un plan, si hay personajes compinchados, si van todos por
libre, esas son cosas que el espectador debe ir descubriendo y es, en
gran parte, el gran atractivo de la película. De hecho, se esmera
bastante en rizar el rizo. Debo decir que el final me lo vi venir
pero no por ello le resta mérito, porque en general se me dan bien
estas tramas, y por que de todos modos tiene otro aliciente la
película, su reparto. Que está a un gran nivel, con nombres como
Julianne Moore, Sebastian Stan, John Lithgow, un Justice Smith muy
alejado de su habitual tono cómico y una sorprendente y desconocida
Briana Middleton. 7.
Me
ha sorprendido gratamente porque por un lado la historia me ha
parecido mucho más interesante de lo que esperaba. De hecho, he
tenido que informarme de si todo esto era verdad
porque me parecía muy inverosímil, a pesar de que supiera que estaba
basada en hechos reales. Pero es que no conocía toda esta trama sobre la
lucha por hacerse con los derechos de explotación del videojuego
Tetris, tanto para PC, consola, portátil o arcade. Porque por todos
esos campos se pelean en la película, en lo que se asemeja más a
una trama de espionaje pura y dura. Además está narrada
con un gran ritmo, que cuando te meten en la vorágine de giros se
hace muy divertida, porque tiene ese punto de humor que bordea la
comedia sin llegar a abordarla. Uno de los aspectos más originales
es como todo lo emparenta al videojuego del que están hablando. Desde
el guion, cuyas piezas van encajando como si fueran las del
Tetris, y esa manera de montarlo en pantalla no es casualidad, hasta
el propio tratamiento visual de la película, sembrada de fundidos de
los arcades ochenteros, estructurada por capítulos como si fueran
los niveles del juego y hasta con la música característica. Por
otro lado, Taron Egerton está increíble, este chico no deja de
sorprenderme su versatilidad, evitando lo que sería más fácil,
encasillarse en papeles de guaperas. 7.
Retrata
el mundo de las estafas pero no como los grandes planes de engaño de
muchas películas sino desde más a pie de calle, más desde el
realismo del mundo en el que vivimos, del que de paso hace un repaso
de la situación laboral de mucha gente, desde la que es más
sencillo sentirse
seducido por conseguir el dinero por la vía rápida.
Es por eso que es tan fácil empatizar con la protagonista, que se ve
abocada a una escalada de delitos, que comienza con las tarjetas de
crédito y va subiendo a niveles cada vez más graves y peligrosos.
Si que deja claro que para hacer esto no vale cualquiera. Así que no
lo hagáis en casa. Una de las mejores bazas de la película es lo
creíble y cercano que nos puede resultar lo que estamos viendo. En
subirnos a ese viaje que hace la protagonista es de vital importancia
el gran trabajo que realiza Aubrey Plaza, como siempre, por otra parte.
La película, con medios muy escuetos, se hace muy entretenida porque
tiene muy buen ritmo, a lo que le ayuda tener una duración muy
medida, hora y media. Atentos al mensaje final que deja la historia,
no es para nada lo que se podría esperar en un principio. Al menos
no es lo que esperaba yo. 6’5.
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