Primera
de las recreaciones
que se han hecho en forma de miniseries del caso de Candy Montgomery,
que fue acusada de asesinar a su amiga Betty Gore, y allá por los
ochenta tuvo un gran revuelo mediático por lo cruento del crimen y
por la resolución del juicio. Aunque la serie se centra mucho en los
antecedentes de la historia, en las personalidades de estas dos
mujeres y cual podía ser la naturaleza de su relación y los motivos
del asesinato. Al que da una interpretación un tanto abierta, sin
dar totalmente por inocente o culpable a la acusada y dejando que sea
el espectador quien se forme una opinión. Personalmente me habría
gustado que se centrara más en la investigación de los hechos y en
el juicio, aunque entiendo que hay que dar un contexto de la
historia. Pero no por ello es menos cierto que son los episodios
centrales los
que se hacen más pesados. Porque comienza con un muy buen capítulo
inicial, desde el que se hace un flashback y no vuelve hasta los dos
finales para, ahí si, hacer una minuciosa reconstrucción del
crimen. Las actrices encargadas de dar vida a las protagonistas son
Jessica Biel y Melanie Lynskey, y aquí hay que decir que el nivel de
ambas es muy alto, creo
que han sido las dos nominadas a varios premios.
Biel, además ejerce como productora y parece que se ha especializado
en esa parcela en cuanto a televisión se refiere y concretamente
en el género thriller. 6’5.
Si
hace poco señalaba la miniserie “1883” como un western crudo,
sin adornos estéticos y muy realista, esta es todo lo contrario. Y no
lo digo como algo negativo, al revés, simplemente tienen un
tratamiento visual diferente, y también muy disfrutable. Porque esta
es una miniserie de autor, con sus seis episodios
escritos y dirigidos por la misma persona, Hugo Blick (que buscando
información sobre él me
he encontrado que hizo brevemente del Joker joven del “Batman” de
Tim Burton, tiene narices), como si fuera una película por partes. Y
si se adorna con un estilazo en cuanto a la dirección. Lo podemos
percibir por sus encuadres (a veces parecen láminas de una galería
de arte), su uso de la cámara lenta (tan poco habitual en el
western) y la utilización de la música para elevar el sentido
épico. De hecho, creo que el primer episodio (especialmente) le
habría encantado a Tarantino. Sin embargo, su mayor reclamo es tener
a una Emily Blunt absolutamente maravillosa, en una de sus mejores
interpretaciones (si no la mejor), que tiene una química
incuestionable con Chaske Spencer, y que está respaldada por breves
pero muy buenos secundarios a lo largo de su viaje de venganza, como
Ciaran Hinds, Toby Jones, Stephen Rea y un sorprendente Rafe Spall. Un
western atípico, que no rehúye la violencia pero que es sutil en
cuanto a no regocijarse en escenas de masacres y violaciones y que
evidencia el trato a los indios y a las mujeres en el salvaje oeste.
7’5.
La
segunda recreación del caso de Candy Montgomery, por lo que la
comparación con la otra miniserie que trata el mismo tema es
inevitable, ya que nos han llegado las dos en menos de un año. No hay
sospecha de que ninguna copia a la otra porque prácticamente se
rodaron a la vez, aunque esta haya salido más tarde, y el hecho
de que hayan elegido el mismo tema ha sido pura casualidad. No
obstante, lo cierto es que son bastante parecidas en cuanto a lo de
desarrollar sobradamente la historia precedente de las dos protagonistas.
Si es cierto que la estructura de esta es diferente, más lineal, por
lo que la parte digamos más pesada es en los primeros episodios,
pero en su segunda mitad, cuando empieza el tomate (nunca mejor
dicho) experimenta una gran remontada que la hace ponerse un puntito
(solo uno) por encima de “Candy”, porque la reconstrucción del
asesinato en si es mucho más explícita, se mojan más en lo que
podría haber ocurrido y deja menos a la interpretación del
espectador, que lo que quiere son respuestas. Y se las dan. Además,
la parte del juicio está muy bien. En lo que sale perdiendo,
nuevamente por poco, es en el equilibrio del protagonismo. No porque
el trabajo del Lily Rabe como Betty Gore no sea bueno (de hecho, es
muy bueno) sino porque está claramente decantado hacia el lado de
una Elizabeth Olsen que está entregadísima (como se les nota a
todos los que vienen de hacer de superhéroes que quieren demostrar
que son actores) como Candy Montgomery. De hecho, entre Jessica Biel
y ella, habría un empate técnico. La miniserie está creada por
David E. Kelley, el de la maravillosa “Big little lies”. 7.
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