martes, 6 de junio de 2023

Escensa Míticas: Multiversos - El final de la cuenta atrás

 


   Este mes se lo dedicaremos a los multiversos y la excusa es doble porque tenemos dos estrenos que abordan claramente esta temática, aunque ambas desde el género de superhéroes. Una de ellas la secuela “Spiderman: cruzando el Multiverso”. Y la otra una de las películas más esperadas del año, al menos para un servidor, “The Flash”.




   Comenzamos con un título de culto indiscutible y una de las películas con las que más cariño recuerdo de mi infancia. Un film con el único objetivo de entretener, y eso desde luego que lo conseguía, pero que además planteaba varios de los temas clásicos del cine de viajes en el tiempo, transportando un portaaviones nuclear a 1941, justo al día antes del bombardeo de Pearl Harbour.



   Nada se explica de por qué esa casualidad de viajar concretamente a ese día o porque ese agujero de gusano solo afecta precisamente a ese portaaviones y a todos sus tripulantes. Sólo la excusa para plantear una serie de dilemas. Uno de los más clásicos es el de que si pudiéramos viajar al pasado si cambiaríamos los hechos. Es lo que se plantean los protagonistas, cambiar el curso de la historia impidiendo uno de los mayores desastres militares de Estados Unidos.



   Para ello mencionan literalmente otro de los clásicos del cine de paradojas temporales. Concretamente la “del abuelo”. Es decir, el supuesto de que si alguien pudiera ir al pasado, se encontrará con su abuelo y le matará, como podría existir él después para realizar dicho viaje. La eterna paradoja de tantas y tantas películas de esta temática.



   Aquí lo resuelven como lo hicieron después muchas otras. El destino no se puede cambiar, y siempre buscará, aunque sea por otro camino, cumplirse. “El futuro es menos moldeable de lo que usted cree” llega a decir uno de los personajes. Incluso la propia intervención de los viajeros que vienen del futuro puede ser clave para que los hechos lleguen a tal destino.



   Más allá de esta temática, la película es de corte militar. Se ven abundantes maniobras con aviones y helicópteros reales. La propia embarcación es el verdadero portaaviones USS Nimitz, en el cual se rodó. Y no es casualidad, su nombre fue en honor a Chester Nimitz, Almirante y comandante en jefe estadounidense de las Fuerzas Aliadas durante la Segunda Guerra Mundial.



   De hecho, la película, como más adelante pasaría con otros títulos como “Top Gun”, sirvió como campaña de reclutamiento para las Fuerzas Armadas de Estados Unidos. Para ello eligieron a un artesano eficaz, como era Don Taylor, para dirigir la película. Taylor había realizado otras como “Traidor en el infierno”, “La isla del Doctor Moreau” (la versión de 1977 con Burt Lancaster) y la secuela de “La profecía”, la muy digna “La maldición de Damien”.



  El productor era Peter Douglas, que eligió a su padre, Kirk Douglas, para “comandar” un elenco en el que se pensaba contar con otro miembro de la familia, Michael, para el papel de coprotagonista, que al final fue para Martin Sheen, porque Michael Douglas se encontraba rodando “El síndrome de China”. Los acompañaban Katherine Ross, James Farentino (el piloto del "Trueno azul” en la serie) y Charles Durnning.



   Por cierto, Katherine Ross tenía que ser trasladada a tierra todas las noches pues no le estaba permitido por aquella época a las mujeres pernoctar en los portaaviones. Otra curiosidad es que las escenas del bombardeo de Pearl Harbour pertenecen a la película “Tora, Tora, Tora” pero pasadas a blanco y negro. La película solo costó 3 millones de dólares y recaudó 16 en taquilla.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...