No
soy muy dado a incluir animación en estos ciclos, haciéndo memoria
solo recuerdo “Ghost in the Shell” y tal vez “Akira”, pero
sin duda, ésta había ser una de las excepciones porque es una
puñetera maravilla de película que sorprendió a todo el mundo en
2018, como un soplo de aire fresco en el subgénero de superhéroes.
Y que mejor momento que ahora para hablar de ella, ahora que se ha estrenado la secuela.
No
en vano, es por ella y por “Flash” por el que este mes
dedicamos el ciclo a los multiversos en el cine, curiosamente, ambos
estrenos en el plano de los superhéroes. La secuela es, “Spiderman, cruzando el multiverso”, pero está planificada, y
de hecho debería estrenarse el año que viene, al menos otra más,
la que se llamará “Spider-Man, más allá del multiverso”.
Una
obra con muchos padres. De primeras, Dan Slott, creador del cómic
que se va a utilizar como base argumental, “Spiderverse”, de
2014, y que a la postre ejercía como uno de los guionistas del
invento. También en el guion estaba Rodney Rothman, una de las tres
cabezas pensantes de la dirección, y el único con experiencia en el
cine convencional, pues sus dos compañeros, Bob Persichetti y Peter
Ramsey solo tenían experiencia en el campo de la animación.
Pero
la empresa a cargo de dicha animación corría a cargo de Sony
Pictures Imageworks, responsable de los efectos especiales de todas
las películas de “Spider-Man” en imagen real. Inicialmente
pusieron a dos animadores a desarrollar la idea que pretendían los
productores, los cuales crearon tan solo diez segundos de metraje en
el tiempo de un año. Esa fue la base para después aumentar la
nómina de animadores hasta un total de 177.
Entre
los cuales estuvo en un principio el español, ganador de un Oscar en
la categoría de corto de animación, y que es uno de los creadores
más destacados en este campo, Alberto Mielgo. Sin embargo, terminó abandonando el proyecto por diferencias creativas. Otro español, el
dibujante madrileño Jesús Alonso Iglesias, se ocupó del diseño de
los personajes principales.
Se
hace un guiño a todos los que han tenido que ver en la concepción
de la película, ya sea desde los inicios de la creación de
Spider-Man en el cómic, como es el caso del mismísimo Steve Ditko,
como de los que han participado en la película, mencionados todos en
la lista de contactos del móvil del protagonista, Miles Morales.
Porque
sí, el protagonista no es Peter Parker sino un chico afroamericano
llamado Miles Morales. Por cierto, una de las muy pocas veces que un
superhéroe no era de raza blanca, hablo como personaje principal. No
es el único detalle inclusivo. Por primera vez vemos a una versión
de Spider Woman (Gwen Stacy) y una femenina de Doctor Octopus
(Octavia). Aún así, misterios del universo (o del multiverso), no
se le tiraron a la yugular, como a “La sirenita” acusándola de
inclusión forzada.
En
las voces de los personajes había un reparto más que notable, con
nombres como Nicholas Cage, Hailee Steinfield, Liev Schreiber,
Merhershala Ali, Lily Tomlin, Katherine Han o Zoe Kravitz. Y, por
supuesto, el ya célebre cameo de Stan Lee, a quien se le hace un
sentido homenaje en los títulos de crédito pues tristemente nos
dejó tan solo un mes antes del estreno.
La
película cosechó excelentes críticas y premios. Incluido el Oscar
a mejor película de animación, uno de los más cantados pues se
había llevado todo lo anterior, el Bafta, el Globo de Oro, el Premio
de la crítica y el Annie (Festival de Animación). Además, frente
al público también funcionó plenamente a pesar de no ser una
película para niños, por su complejidad argumental. Costó 90
millones de dólares y recaudó 375 en taquilla.
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