Para
los que somos aficionados al western las últimas décadas no han
sido precisamente prolíficas, siendo la producción de películas de
este género un goteo bastante espaciado. Por eso hay que celebrar
cuando llega una joyita como ésta aunque sea una película pequeña,
totalmente independiente y con muy pocos personajes. Además,
introduce una variante en cuanto al foco de la historia. Porque claro
que cumple con ciertos tópicos del western clásico como el modo de
plantear los tiroteos, pero casi más importante es la intriga que
posee el relato, pues todo gira en torno a la identidad del
protagonista. En este sentido no se puede decir mucho más para no
descubrir la sorpresa, aunque la mejor pista la tenemos incluso antes
de empezar a ver la película. Ya, ésto y decir nada es lo mismo,
precisamente de eso se trata. Tengo que decir que a mí la resolución
final se me pasó por la cabeza, pero no pensé que iría por ahí
exactamente. No obstante, de lo que si se puede hablar es de la gran
interpretación de Tim Blake Nelson. Ya me había sorprendido en la
serie de “Watchmen” pero es que aquí está soberbio. No tanto
pero bastante bien está Stephen Dorff como el villano de turno. Así
que, un western tan modesto como recomendable. 7.
Aunque
es una coproducción, la nacionalidad de la película es española.
De hecho, en su momento participó en los Goya, donde consiguió 4
galardones de sus 11 nominaciones. Y su director es Mateo Gil (“Nadie
conoce a nadie”). Por eso me llama la atención que se base en una
leyenda puramente norteamericana, la de uno de los forajidos más
famosos del salvaje oeste, Butch Cassidy. El personaje que ya
interpretó Paul Newman en “Dos hombres y un destino”. Aquí
interpretado por Nikolaj Coster-Waldau y Sam Shephard en sus
respectivas versiones del personaje como joven y ya de bastante
avanzada edad. Porque lo que propone es que Cassidy no hubiera muerto
finalmente en aquel tiroteo que supuestamente acabó con él y su
amigo Sundance Kid. Tal vez por eso la película de Paul Newman y
Robert Redford tenga ese final. La cuestión es que me ha parecido un
western muy digno, con buenas actuaciones, Eduardo Noriega completa
el reparto, y que me ha resultado interesante como historia. Porque
cuenta tanto aspectos de las andanzas como ladrón de trenes y
bancos en su juventud, como de la posible vida que llevó después de
su desaparición. 6’5.
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