martes, 3 de mayo de 2022

Escenas Míticas: Acción al aire - El Trueno Azul

 


   A finales de mes se estrena la muy tardía secuela de “Top Gun”, “Maverick”, al cual volverá a encarnar Tom Cruise. Lo cual nos sirve como excusa para realizar un repaso de todas esas películas de acción desarrolladas en el aire, en su mayor parte de aviones. Aunque en este caso precisamente no.




   Sino que el verdadero protagonista es un helicóptero, lo cual, debido la popularidad que adquirió a principios de los ochenta, dio lugar a una mini moda de películas y series con helicópteros. De hecho, un año más tarde se estrenó una serie secuela con James Farentino como protagonista que, sin embargo, no tuvo el éxito que se esperaba y fue cancelada tras tan solo once episodios emitidos.



   Aunque los motivos fueron diversos. El más importante fue que tuvo que competir precisamente con otra serie sobre un helicóptero, “Airwolf” que tuvo más tirón, qué duró cuatro temporadas y se despidió tras casi ochenta episodios emitidos. Aunque también cuenta que la serie de “El trueno azul” fue programada para las noches de los viernes y tuvo que vérselas con  “Dallas” para la disputa de la audiencia, que perdió.



   Pero vayamos a la película. Al guion estaba Dan O’Bannon, que algunos recordarán por ser el guionista nada menos que de “Alien, el octavo pasajero”. Él tenía muy claro quién era el verdadero protagonista de la función y, aunque en la historia se tocan temas como las secuelas de los pilotos que participaron en la guerra de Vietnam, los métodos para controlar la delincuencia y la polémica de vigilar a la población cuál “Gran Hermano”, eran tocados muy en superficie y meramente accesorios para lo realmente importante.



   Que era poder exhibir todo lo que se pudiera al aparato. El cual no era otra cosa que una modificación del helicóptero Aerospatiale SA 341 Gazelle. Modificaciones que supusieron un quebradero de cabeza porque se les exigió que debían ser homologadas para aprobar su vuelo. Y algunas de ellas, como el morro donde debía ir el cañón rotativo, que desequilibraba la aeronave.



   No obstante, en algunas escenas, se utilizó un helicóptero de radiocontrol. Y como decía, O’Bannon tenía claro que había que explotar la espectacular imagen del cacharro. Por ello se tomó licencias como mantener combates aéreos con otro helicóptero e incluso con dos F-16 en plenas calles de Los Ángeles, dándose lugar el impacto de varios misiles en edificios civiles, algo totalmente impensable en la realidad. Pero esas secuencias son tan disfrutables, tan espectaculares, que al espectador le daba igual.



   En la dirección, John Badham, un realizador del mundo de la televisión que, sin embargo, tuvo varias películas icónicas a finales de los setenta, como “Fiebre en el sábado noche” o en su versión de “Drácula” de 1979, con Frank Langella, y en la década de los ochenta con la que hoy comentamos, “Juegos de guerra”, “Cortocircuito” o “Procedimiento ilegal”. Tuvo más películas en los noventa pero entrado el nuevo siglo volvió a la televisión, en la cual sigue a sus 82 años.



   En el reparto, el protagonista fue un Roy Schneider quizá en el mejor momento de su carrera, tras “Tiburón”, y su primera secuela o títulos como “Marathon man”, “Carga maldita” o “Empieza el espectáculo”. Le acompañaban Daniel Stern (antes de convertirse en uno de los ladrones de “Solo en casa”), Warren Oates, Candy Clark y nada menos que Malcolm McDowell como villano.



   Se gastaron 22 millones de dólares y recaudó casi el doble, 42. Y fue nominada al Oscar al mejor montaje 1983. 



   Hace unos años, en 2015, se especuló con la posibilidad de hacer un remake, pero con un dron el lugar de un helicóptero, pero no debió prosperar la idea porque a día de hoy no se sabe nada.




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