Tras
el espectacular impacto de la primera película, la expectación por
la segunda parte de lo que habría de ser una trilogía, fue
desmesurada, y eso inequívocamente llevó a ser muy criticada por
el público. Sin embargo, igual soy crucificado por decir ésto, a mí
me encanta, siempre digo que la buena es la primera. Que
objetivamente, como película, la primera es la mejor, pero que con
la segunda me lo paso incluso mejor.
Paradójicamente,
ésta es la más taquillera de toda la saga. Si bien la inversión
era notablemente superior. De hecho, el doble, 150 millones de
dólares, pero la recaudación en taquilla también fue doblada, 830.
Es cierto que gran parte se debía al hype creado por la anterior
película pero eso no explica que tras los primeros fines de semana
siguiera permaneciendo en el primer puesto.
Sí
que es cierto que esta secuela es más de acción pura que de ciencia
ficción. Es más, en mi opinión, tiene las mejores secuencias de
toda la franquicia. Y si, tiene muchísimas más peleas de artes
marciales, en gran parte tomando la influencia de las peleas con
cable del cine asiático.
Para
la cual ficharon al mejor coreógrafo de artes marciales del momento,
Yuen Woo- Ping, que venía de triunfar con “Tigre y dragón” (hay
combates que guardan una sospechosa similitud con ella) y que tras su
participación en la saga “Matrix”, fue solicitado también por
Quentin Tarantino para “Kill Bill”. Al parecer, Carrie
Anne-Moss acudía a sus clases al reparto aún cuando estuvo lesionada
por un accidente en el rodaje.
Porque
evidentemente, la columna vertebral del elenco se mantenía, por lo
que tanto Keanu Reeves, Lawrence Fishburne, Hugo Weaving y la ya
mencionada Carrie Anne-Moss seguían. Pero también hubo algunas
incorporaciones, como Jada Pinkett-Smith, que estuvo a punto de
hacerlo para la primera parte, incluso como posible Trinity, pero que
rechazó la posibilidad cuando su marido, Will Smith rechazó el papel
de Neo.
También
rechazó Sean Connery el de el Arquitecto, lo que es una auténtica
lástima. También se incorporaron Harold Perrineau, la siempre
sugestiva Mónica Bellucci y Lambert Wilson, cuyo acento francés se
mantuvo en los países anglosajones pero en Francia se cambió. Sus
diálogos eran en francés con acento inglés.
Moss
no fue la única en sufrir lesiones por lo extremo del rodaje. Las
escenas de acción eran de mayor complejidad que la película
precedente. Solo en la larga secuencia de la autopista, donde la
actriz realizaba una arriesgada escena en moto, aunque las partes más
peligrosas fueron a cargo de un especialista, se destruyeron
trescientos coches, cedidos por General Motors. Para la persecución
se construyó un km de carretera específicamente para la película.
En
los efectos especiales también se tiró la casa por la ventana. Se
hicieron más de mil tomas de efectos visuales, cuando en la película
anterior no habían pasado de cuatrocientas. Para abaratar costes se
rodó simultáneamente junto a la tercera parte de la trilogía,
“Matrix Revolutions”. Por cierto, en los monitores de la sala del
Arquitecto, se incluyeron imágenes de Ariel Sharon, Hussein, Hitler,
Bush y la bomba atómica.
Nuevamente
se hicieron referencias a “Alicia en el país de las maravillas”
(los gemelos esbirros de Merovingio son un guiño de Tweedle Dunn y
Tweedle Dee) y “1984” (habitación 101). En los meses previos al
estreno se lanzó el videojuego “Enter the Matrix” y la serie
animada de cortos “Animatrix”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario