Guion: Adam Rockoff (Remake: Meir Zarchi).
LO MEJOR: No le hago crítica extensa porque me parezca una gran película. Ni siquiera una buena. Pero ahora que diez años después llegó doblada a España en las fechas previas a Halloween y quizá por la falta de oferta conematográfica en forma de estrenos, y teniendo en cuenta que la original es la representante más icónica del subgénero “violación y venganza”, pues merece un comentario. Porque supera este remake a su predecente. Cuidado, no por mucho pero lo hace. Principalmente porque está mejor construida, mejor armada en cuanto a guion, por muchas carencias que aun así tenga, que desde luego así es. Pero que nadie se engañe, no deja de ser una pura serie B, una “explotation” en toda regla, cercana al “torture-porn” (pornografía de la tortura, que dicho sea de paso tampoco exige que tenga de producirse una violación, como es el caso de “Martyrs”). No obstante, es justo juzgarla en relación a lo que propone. El “rape and revenge” consta de tres actos muy claros. En el primero, un personaje (normalmente una mujer pero no siempre) es agredido sexualmente y dado por muerto. En el segundo, se recupera y se prepara para el tercero, donde se da una sangrienta venganza. Más que terror, explota uno de sus afluentes, el horror, por lo explícito de las imágenes. Y en eso esta película se luce de lo lindo y consigue ser lo brutal que se propone. Por cierto, no, no me parece que se haga apología de la violencia contra la mujer. Lo sería si los culpables no tuvieran un atroz castigo. Ni tampoco creo que se demonice al hombre. No son tan profundas estas películas. Solo pretenden horrorizar y ésta lo consigue de sobra.
Interpretación: Lo único reseñable en este apartado es el trabajo de Sarah Butler, que cumple tanto en el rol de víctima como en el de vengadora. No se le puede pedir más porque el guion no da para muchas florituras en cuanto a la interpretación del personaje. Y en eso supera a su predecesora en el papel, por muy icónica que fuera Camille Keaton. Por lo demás, nos pueden sonar caras como las de Andrew Howard o Tracey Walter, pero vamos, sin más.
Escena (SPOILERS!!): Es bastante fácil, la violación (en dos fases), que al menos nos ahorra la gresión de todo el grupo, y las distintas muertes de todos los integrantes, a cual más brutal. Solo en “Irreversible” he viso una escena de ataque sexual tan explícita y tan larga. Aunque personalmente me parece mejor tratado todo el periodo anterior en el que es acosada, intimidada y finalmente asaltada. Ese punto de voyeourismo tenso es lo más interesante. Especialmente, al que le sacan los ojos los cuervos o la doble muerte del sheriff y el “retrasado” (es como le llaman ellos), son extremadamente violentas. Porque la castración no deja de ser fuera de plano, lo cual se agradece.
LO PEOR: Le sobra metraje, pero como veinte o treinta minutos muy a gusto. Porque si no los invierten en el segundo acto, que comentaba que es característico de este subgénero, si nos niegan ver la rehabilitación de la víctima, quizá su entrenamiento, entonces ese tiempo me sobra, es relleno absurdo que lo único que hace es bajar el ritmo.
CITAS: “¿Te parece modo de hablarle a una dama?”. “Perdóname padre. Voy a pecar”. “Ya me jodistéis. Pero yo no lo disfruté”. “¿Ésto te suele funcionar?”. “Estás que echas humo. Quizá te tenga que hacer una revisión de bajos”.
REFERENCIAS: También hay títulos fuera de la serie B que se pueden clasificar en este subgénero, como “Impacto súbito” o “Perros de paja”. Pero con la que guarda un paralelismo incluso en sus trayectorias, es con “La última casa a la izquierda”, que también tuvo remake, bastante superior a éste y que también superó a su original. Ambos fueron en la década de los setenta y sus remakes en 2005 y 2010 respectivamente. Por cierto, tiene tres secuelas más hasta la fecha.
CONCLUSIÓN: 5’5. Remake de una de las más icónicas representantes del subgénero explotation de "violación y venganza", a la cual supera y que se acerca al "torture-porn" por lo explícito de sus escenas más brutales.
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