martes, 14 de abril de 2020

Escenas Míticas: Pandemias - Estallido




   Otro de los títulos más vistos durante estos días de cuarentena, sino el que más. Tuvo gran popularidad durante la década de los noventa tras ser lanzada con la distribución de toda una superproducción y con el atractivo que suponía tener un director bastante valorado en aquel momento y todo un reparto plagado de estrellas. Sin embargo, conviene aclarar cuál es su origen.




   Inicialmente podría confundirse, así me ha pasado a mí con la novela de Robin Cook (escritor de novelas relacionadas con la medicina tales como “Coma”, adaptada al cine por Michael Crichton), llamada “Epidemia”. El motivo es que la película se estrenó en algunos países, como los sudamericanos, con ese título. Sin embargo, la verdadera inspiración fue el libro de Richard Preston, “La zona caliente”.



   La particularidad de esta obra era que no era de ficción sino que retrataba los hechos reales acaecidos durante una alerta sanitaria ocurrida en un laboratorio de Reston (Virginia) (a unos 25 km de Washington D.C), cuando, un descendiente del virus ébola apareció en casi una treintena de monos que tenían en experimentación, llegados de África.



   Lo que podría haber sido una catástrofe quedó en nada, pero sirvió para que la OMS se convenciera del enorme peligro que suponen ciertos virus africanos similares al ébola. No obstante, la película vagamente se inspira en los hechos reales y salvo el origen del mono como paciente cero, no tiene mucho más que ver con lo que ocurría en la novela de Preston.



   Pero igualmente planteaba ideas interesantes. Como plantea un brote de ébola (en la película se denomina “Motaba” pero claramente sus síntomas y características corresponden, e incluso se utiliza una imagen a microscopio del verdadero ébola) como amenaza potencialmente catastrófica para la población civil. Aunque ya quisiéramos poder tener tan contenida como el film, la pandemia de coronavirus que estamos sufriendo en estos momentos.



   Pero también planteaba la posibilidad de que los gobiernos, concretamente el de Estados Unidos, haga acopio de los virus más peligrosos del planeta para una posible guerra bacteriológica. Además de dejar caer las posibles ideas expeditivas militares como la destrucción de núcleos de población contaminada, lo que por mucho que no ponga la mano en el fuego, cuesta bastante de creer que fuera posible, sobre todo en suelo propio.



   El director alemán Wolgang Petersen, que había filmado joyas en su país natal como “El submarino” o “La historia interminable”, fue el elegido tras dar el salto a EE.UU con títulos como “Enemigo mío”, “La noche de los cristales rotos” y, sobre todo, “En la línea de fuego” con Clint Eastwood de protagonista. Tras “Estallido”, se abonó a las super producciones como muestran sus siguientes proyectos “Air Force One”, “La tormenta perfecta”, “Troya” y “Poseidón”. Curiosamente, una trayectoria similar a la de su compatriota Roland Emerich.



   Como decía, con un reparto de auténticas campanillas encabezado por Dustn Hoffman, que recogía el testigo del papel rechazado por Harrison Ford. Pero es que la nómina de secundarios era brutal, con Renee Russo, Morgan Freeman, Kevin Spacey, Donald Sutherland, J.T.Walsh y unos jóvenes Cuba Gooding Jr. y Patrick Dempsey.



   En general, está bien considerada, aunque la crítica señaló que funcionaba muy bien, especialmente en su primera mitad como película de terror, pero en la segunda se entregaba al mas puro estilo del genero de acción. Costó 50 millones de dólares y recaudó 190 en taquilla. Hubo un proyecto paralelo, basado en la misma novela, con Robert Redford, Jodie Foster y Ridley Scott en la dirección que finalmente se desestimó por el enorme parecido.




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