No
quería, pero finalmente me he visto abocado a ello. Y no quería por no ser
oportunista o explotar el morbo de la situación catastrófica que estamos
pasando el país y el mundo. Pero desde que la industria cinematográfica, como
la mayoría de los otros sectores se encuentra parado y no tengo estrenos en los
que basarme, y teniendo en cuenta que, por lo visto éstas son las películas que
más está viendo la gente en estos momentos, pues vamos con el tema pandemias.
Que
sean las películas más vistas actualmente dice dos cosas de nosotros, que somos
masocas o bien que simplemente nos interesamos por los temas que nos acontecen.
El caso es que paradójicamente, nos hemos convertido en personajes y
protagonistas de una de esas películas de genero apocalíptico, porque esa
película se ha hecho realidad.
Y
en ese sentido, quizá es “Contagio” la que más se aproxima a los que estamos
viviendo. Tanto que casi diría que es premonitoria. Su visión realista y nada
sensacionalista de lo que podría ser, y así ha sido, una pandemia mundial, fue inspirada
por lo que parecía que iba a ser y al final no fue, de la gripe aviar, y el
brote del SARS (2001, 2008).
Digo ésto porque incluso en el propio año del surgimiento de la gripe A, fue la
gripe estacionaria común la que se llevó más vidas, como hace en realidad todos
los años. Por ejemplo, en esta última campaña 2019-2020 se ha llevado alrededor
de 6300. Para que nadie se confunda, no intento minusvalorar la actual amenaza
del coronavirus, el Covid-19. Para nada, de hecho, mientras escribo estas líneas
siento sobre mis hombros la preocupación y el miedo de caer enfermo cualquier
día de éstos.
Pero
vayamos a la película. Las similitudes con el virus que nos acecha son
notables. Primero el origen es asiático, chino, además de procedencia animal,
concretamente un murciélago. Llama la atención como afinaba tanto en el blanco
adelantándose tantos años. Ambos virus, el de la ficción y el real, comparten
el modo de contagio y la alta facilidad de transmisión del mismo.
Pero, por supuesto, también hay evidentes
diferencias. En la película, aunque los síntomas eran muy similares, venía a
ser una especie de meningitis especialmente virulenta con un porcentaje de
mortalidad de 20/30%. En la película llegaban a morir 25 millones de personas.
Actualmente llevamos noventa mil fallecidos (que ya es). Crucemos los dedos para no acercarnos a la
cifra del film.
Otro
acierto es como representaba con sus personajes a los protagonistas de una pandemia y
que hoy podemos reconocer. Así es que, con un gran reparto coral, vemos como
Gwyneth Paltrow es el paciente 0, es decir, el vector original de contagio,
Marion Cotillard es la representante de la OMS (Organización Mundial de la Salud), Lawrence Fishburne, Jennifer Ehle o Elliot Gould, los especialistas
virólogos. Kate Winslet es la especialista sanitaria infectada. Bryan Cranston
la parte de Defensa. Matt Damon representa a los inmunes o asintomáticos,
además de familiar de víctima. Y Jude Law algo casi tan dañino y contagioso
como el propio virus, el periodismo sensacionalista y origen de los bulos.
Al
mando el que considero uno de los mejores directores de estos años atrás y que,
al parecer, no está lo suficientemente valorado por el público. Es cierto que
tras su saga “Ocean´s eleven” y sus dos
películas sobre el Che Guevara, llevaba unos años bajando al nivel de antes de
“Contagio”. Curiosamente, un par de años después dirigiría otra película sobre
tema sanitario, más concretamente el farmacéutico, “Efectos secundarios”.
El
caso es que aquí hizo lo que personalmente creo que es la película más seria, madura
y realista sobre pandemias, con una estructura de historias cruzadas. Algo
similar a lo que hizo en “Traffic”, en lo que se llama estilo de “cine
hipervínculo multinarrativo”, que tuvo generalmente buenas críticas y que sin
grandes alardes, funcionó en taquilla costando 60 millones de dólares y recaudando
135.
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