Finalmente
llegamos a la última película rodada de la saga antes de la que ahora circula
por las salas de cine. Pero que nadie intente enlazarlas porque no tienen
conexión. De hecho, esta se planteó como una especie de reboot alternativo, que
una vez vista, tiene tan poco que ver con el arco argumental de la saga,
tampoco tiene ninguna conexión con su
predecesora “Terminator salvation”, qué más parece un spin-off, si no fuera
por la intervención de los mismos personajes.
Es más, la
nueva entrega, “Terminator, destino oscuro”, se pasa por el arco, pero del
triunfo, desde la tercera hasta esta misma, para colocarse como secuela de las
dos primeras de Cameron. Algo así como lo que hicieron justamente el año pasado
con “La noche de Halloween (2018)”, proponiéndose como remake pero de la
secuela de la original de John Carpenter. Empieza a ser una costumbre, que ya
planteó Neil Blomkamp queriendo hacer una secuela de “Aliens, el regreso” (vaya
también de Cameron), cómo alternativa a “Alien 3” y “Alien resurrection”.
En ese
sentido, si los resultados son tan alentadores como en el caso de “Halloween”,
me parece una opción interesante, más allá de aquello del discurso de que no hay ideas en Hollywood y todo se basa en remakes, reboots, secuelas y porsicuelas. Y
ya en su momento califiqué con buena nota y como una propuesta original el
argumento de “Terminator Genesis”.
Pero
probablemente más producto de mi incondicionalidad con esta saga. Es decir, si
hay Terminators de por medio me pasa precisamente lo mismo que con los Aliens,
que yo lo voy a disfrutar y soy capaz de tragarme casi cualquier propuesta.
Pero si me distancio y la miro de forma objetiva, he de reconocer que es, con
todas las de la ley, la peor de toda la saga, con un argumento demencial,
proponiendo algo tan inaudito coma John Connor prácticamente como villano y un
considerable número de agujeros e inconsistencias.
Al mando del
asunto se colocó a Alan Taylor, un director con excelentes registros en el
mundo de la televisión, con sus participaciones en series como “Juego de
tronos” y “Boardwalk empire”, pero con una sola película para la gran pantalla,
“Thor 2, el mundo oscuro”, bastante maltratada por la crítica y el público, aunque
personalmente no la considero tan mala. No obstante, no fue ni mucho menos la
primera opción.
En la lista
de posibles directores había nombres tan jugosos como Ang Lee, Rian Johnson (personalmente la que creo que era mejor opción, mucho más si además la hubiera
escrito, cómo acostumbra con sus películas), Denis Villeneuve (solo de pensar en
una película de “Terminator” dirigida por él, se me hace la boca agua) y Justin
Lin (se encontraba ocupado con “A todo gas 6”). Cualquiera de esas opciones
hubiera sido mejor que la elegida.
Le
acompañaron Emilia Clarke (Daenerys se bajó de su dragón para hacer de una
joven Sarah Connor). Curiosamente, aparte de Linda Hamilton, la otra actriz en
hacer de Sarah fue Lena Heady, compañera de Emilia en “Juego de tronos”, en la
serie “Las crónicas de Sarah Connor”, aunque también se consideró Brie Larsson
y Margot Robbie. Jason Clarke sustituyó a la primera opción como John Connor,
Tom Hardy. Y Jai Courtney (“Spartacus”) fue Kyle Reece, J.K. Simons completaba el reparto.
La película
fue masacrada por la crítica. Sin embargo, en la taquilla salvó los muebles con
440 millones de dólares de recaudación, habiendo invertido 155 en el
presupuesto. Haciendo balance, las dos primeras películas, las de James Cameron,
me parecen dos obras maestras del cine de ciencia- ficción y acción. La
tercera, bajando considerablemente de nivel, bastante entretenida. La cuarta
interesante. Y la quinta original pero decepcionante.
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