FICHA TÉCNICA
Título: Heridas
abiertas.
Dirección: Marti Noxon
(Creator), Jean-Marc Vallée.
País: Estados Unidos.
Año: 2018.
Duración: 60 min
(10 episodios).
Género: Thriller,
drama.
Interpretación: Amy
Adams, Patricia Clarkson, Chris Messina, Eliza Scanlen, Taylor John Smith, Will
Chase, Jackson Hurst, Catherine Carlen, Madison Davenport, Elizabeth Perkins,
Dylan Schombing, Wes Robertson, Robert Artz, Gunnar Koehler, Jennifer Lamar,
Elsa Morales Myers, Sophia Lillis.
Guión: Marti
Noxon, Scott Brown, Ariella Blejer, Dawn Kamoche, Vince Calandra, Alex Metcalf
(Novela: Gillian Flynn).
Producción: David
Auge.
Fotografía: Yves Bélanger,
Ronald Plante.
Distribuidora: HBO.
CRÍTICA
SINOPSIS: Camille
Preacher es una periodista con serios problemas psicológicos que vuelve a su
pueblo natal para cubrir la noticia de los asesinatos de dos chicas. Pero
estando allí, los antiguos recuerdos afloran y reviven a sus demonios.
LO MEJOR: He
de reconocer que ha habido varias fases en las que me he debatido entre la confianza y la incredulidad de la propuesta.
Por ello, es justo y además recomendable advertir la paciencia que se necesita
hasta prácticamente el final. Básicamente la razón es haber vendido la serie como
un psicokiller, es decir, si haces que la gente crea que va a ser una historia
de asesinatos seriales y la piedra angular es la investigación policíaca, pues
te puede abocar a la decepción. Porque lo que es en realidad es un retrato de
la América profunda, sureña, para más señas, un rural microcosmos aislado del
resto, donde parece haberse parado el tiempo, donde, a falta de mejores
ocupaciones, todos los habitantes beben de más (no solo Camille) y donde aparentemente
nunca pasa nada, pero que esconde una intrahistoria oscura repleta de actos
malvados de los cuales nadie quiere hablar, incluso prefieren simular que no
existen. Por tanto, la ambientación juega un papel principal mediante una
cargada atmósfera inquietante, e incluso terrorífica, a pesar, de desarrollarse
en gran parte a plena luz del día. La
otra pata en la que se apoya la trama es la situación traumática de la protagonista
que ejerce de hilo conductor para mostrar un retrato psicológico también, no
solo del personaje sino de toda la comunidad. De tal manera que esa paciencia
que has de tener se ve recompensada en uno de los mejores finales que he visto
en una serie, afición a la que parece haberse adherido Jean-Marc Vallée tras el de “Big little lies”,
además de hacer exhibición de su peculiar estilo de narración salpicado de múltiples
micro flashbacks (a veces en exceso).
Interpretación: Si ha habido algo que me ha mantenido al pie
del cañón cuando la serie más me desesperaba, sin duda, ha sido el concurso de ese
pedazo de actriz que es Amy Adams. Su interpretación se sobrepone incluso por
encima del propio personaje, una mujer atormentada, dañada, herida, repleta de
cicatrices (físicas y psicológicas). Por cierto, no puede ser más acertada la elección
de Sophia Lillis como su versión adolescente. De hecho, ya sonó Amy Adams como
la versión adulta de la Beverly de “It (2017)” para la segunda parte. Pero atención,
porque se basa en el triángulo femenino de escalonadas edades formado por
Patricia Clarkson, la propia Adams y Eliza Scanlen, excelentes todas.
Escena (spoiler): Es cierto que hay muchos flashbacks puramente
tramposos pero muchos otros son muy reveladores y básicos para atender acciones
del pasado el pueblo de Wind Gap y de la propia protagonista, como una posible
violación o abuso sexual de cualquier tipo a la Camille adolescente. Como el
suicidio de una compañera de centro psiquiátrico o la muerte de su propia
hermana. Que explicarían los incongruentes actos de Camille en sus diferentes
encuentros sexuales durante la historia. Pero es en sus dos minutos finales
donde Vallée nos levanta del asiento, hace que nos llevemos las manos a la
cabeza y abramos la boca. Y no, no es un giro final tramposo. Es justo lo que
hace que todo encaje, lo que hace que todos los cabos queden atados. Y mucho más
si vemos la escena post créditos (Marvel ha contagiado a todo el mundo). Porque
ahí es donde se nos revela que es Amma (Scanlen) la verdadera asesina en serie
y no su madre Adora (curiosos dos nombres Amma-Adora). Incluso ha matado a su
nueva amiga. Los motivos; el más inmediato son los celos de alguien
acostumbrada desde pequeña a reclamar toda la atención. Alguien con la
suficiente capacidad manipuladora (rasgo típico de los psicópatas) para hacer
que la acompañen en sus crímenes. Quizá incluso motivada por el hastío de
vivir en una localidad aburrida e inmóvil, pues los asesinatos provocan que el
lugar sea más “entretenido”. Pero en el trasfondo que Wind Gap es un sitio con
una leyenda negra en la que los jóvenes son eminentemente crueles.
LO PEOR: Da
la sensación de que la complejidad de la historia se daba más al modo en que
nos la muestran que en el verdadero fondo. En realidad, la trama es bastante
más simple y parece que ha habido un esfuerzo extra por retorcerla y
complicarla de más, asumiendo el riesgo de desconectar por momentos al espectador
a base de flashbacks como pistas falsas y, por tanto, tramposas.
CITAS: “Ha habido un asesinato y una
desaparición. Trae un artículo”. “La casa no está para recibir visitas”. “Creo
que nunca te he querido”. “Quien es capaz de hacerle daño a una niña”. “Llevo
el caso de dos niñas muertas. Es otro el que altera a la gente”. “Se nota que
odias este pueblo tanto como yo”. “Alguien en este pueblo oculta algo”. “Mamá
dice que tenga cuidado contigo. ¿Es verdad? ¿Eres peligrosa?”.
REFERENCIAS: Se la ha comparado con “True Detective” por su
atmósfera y con “Twin Peaks” por lo pintoresco de sus personajes. Pero más allá
de esos dos nexos no le veo ningún parecido más. Está basada en la novela de
Gillian Flynn, también autora de “Gone” (Perdida) que nada tiene que ver. Por cierto,
el titulo verdadero es “Sharp objects” (Objetos afilados) mucho más explícito
que “Heridas abiertas”.
CONCLUSIÓN: 7’5. Los asesinatos son solo la excusa para adentrarse en un lugar oscuro de la América profunda. Uno de los mejores desenlaces que he visto en mucho tiempo.
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