martes, 11 de septiembre de 2018

Escenas Míticas: Leyendas - Mothman, la última profecía




   Si hay unas leyendas que siempre me han atraído son las de la existencia de criaturas, digamos, fantásticas. Muchas de ellas, habitualmente metidas en el saco de la criptozoología, una pseudociencia que busca animales cuya existencia nunca ha sido probada, pero de las que hay ciertos indicios y/o testigos de la posibilidad de que si existan. En este rango se situarían el monstruo del lago Ness, el Mokele Membe, el Yeti, el Kraken, el Megalodón, el Chupacabras y Mothman.




   Quien no sepa quien es Mothman, o el hombre polilla, solo tiene que escribir en Google y una avalancha de ilustraciones, esculturas, dibujos y demás aparecerán ante sus ojos. Una especie de ser humanoide de considerable estatura, con dos enormes alas (algunos dicen que es una gran capa), unos ojos rojos que brillan en la oscuridad y capaz de emitir un chillido profundamente desagradable al oído humano. “Es como si cincuenta hombres gritaran al mismo tiempo” describía un testigo.


   El hombre polilla ha repartido apariciones por todo el mundo y a lo largo de toda la historia reciente desde hace casi un siglo, con multitud de avistamientos por cientos de testigos (sin exagerar). Siempre muy relacionado con el fenómeno OVNI, cercano a sucesos en los cielos terrestres, como en Cornualles, Chihuahua, Santiago de Chile o durante la Guerra de Crimea. Pero su presencia muy habitualmente ha tenido connotación de aviso sobre algún desastre. Incluso llegando a salvar vidas como en una mina de carbón en Alemania en 1978.



   Aunque normalmente, sus advertencias han sido desoídas. Como en los días previos al único terremoto de la historia de Chicago. O ante el derrumbamiento de la presa Xiaon Te Dam en China, en 1926, que vertió 50.000 millones de litros arrasando casas de la población y de los cuales 15000 personas perdieron la vida. Incluso antes del desastre de Pripyat, al menos una docena de testigos, técnicos de la instalación nuclear de Chernóbil, que ocasionó 40 muertos solo en su explosión y cuyos nefastos efectos conocemos desgraciadamente todos.



   Sin embargo, el caso más puramente característico de Mothman fue en el que se basa esta película. El 15 de diciembre de 1967 el puente Silver Bridge de Point Pleasent, del estado de Virginia, se derrumbó, provocando la caída de numerosos coches a las heladas aguas del río Ohio y propiciando 46 muertos. Previamente, se habían producido más de cien avistamientos de un ser que respondía claramente al hombre polilla. Casi 120 testigos afirmaron haberlo visto. De hecho, se dedicó una estatua a este extraño personaje en esa ciudad.



   La película está basada “The mothman prophecies”, del investigador, escritor y periodista, John Keel. Un tipo muy interesado en el fenómeno ufológico desde sus inicios profesionales, muy influyente y divulgador sobre esta temática en la década de los setenta. Prácticamente sacó a relucir el término “hombres de negro” en relación a esos hombres de traje que rondaban a los testigos de OVNIS. En 1970, publicó “OVNIS, operación caballo de Troya”. El de Mothman fue en 1975.



   Sin embargo, aunque la película sitúa a John Keel como protagonista de la historia desarrollada en Point Pleasant, no fue así en realidad y Keel investigó el caso años después. Aunque si se inspiraron en una persona real que respondía al nombre de Woodraw Derenberger. El encargado de dirigir el film fue Mark Pellington que venía de sorprender con la interesantísima “Arlington Road” pero que tras “Mothman, la última profecía”, ha transitado más por el mundo de la televisión.



   Al frente del reparto estaba un Richard Gere, que venía de varios éxitos de critica como “Las dos caras de la verdad” o el remake “The Jackal” y que interpretaba a un periodista llamado John Klein (véase leve variación de Keel). Acompañado por Laura Linney (varias veces nominada al Óscar), el eterno pero efectivo secundario Will Patton, Alan Bates y Debra Messing.



   En mi opinión, injustamente tratada por critica (hubo opiniones mixtas) y público (la película costó 42 millones y logró salvar los muebles, pero por poco, recaudando 54 en taquilla). A mi me parece un muy buen thriller de suspense. Es como un episodio de “Expediente X”, dirigido por Night Shyamalan.

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