Nos
aproximamos a una nueva edición de los Oscars, el acontecimiento
cinematográfico más importante del año, sin ningún género de duda y le pese a
quien le pese. Las quinielas ya están por todas las redes sociales y ya hay un
grupo de títulos que se perfilan como las favoritas. Pero eso no procede aquí y
si hacer un repaso a las películas más oscarizadas de la historia del cine.
Algunas ya han sido incluidas en otros ciclos, así que tocaremos otras.
“Forrest Gump”
consiguió seis Oscars, pero es que la cosa pudo ser incluso más escandalosa
pues optaba a trece categorías. No obstante, fue la absoluta triunfadora de
aquel año, 1994, haciéndose con las más importantes. Mejor película, director,
actor principal, guión adaptado, montaje y efectos visuales. Fue la noche de
Robert Zemeckis, en detrimento de Quentin Tarantino, cuya segunda película,
“Pulp fiction” tuvo siete nominaciones. Al menos se llevó una estatuilla por el
guión original.
Zemeckis venía
de dirigir películas ochenteras tan emblemáticas como “Tras el corazón verde”,
la saga de “Regreso al futuro” o “¿Quién engañó a Roger Rabbit?”. Tras
consagrarse con “Forrest Gump”, realizó otras buenas películas en los noventa
como “Contact”, “Lo que la verdad esconde” o “Náufrago” (también con Hanks).
Después pasó una etapa con el cine de animación, “Polar Express”, “Beowulf” y
“Cuento de Navidad”. En los últimos años su nivel ha descendido.
“Forrest Gump”
es la adaptación de la novela de Winston Grom. Puede ser de los pocos casos en
el que la película supera ampliamente al libro. Tras leerle, parece imposible
que de ahí pudiera adaptarse a una futura película triunfadora en los Oscars. Y
es que el guión de Eric Roth se tomó numerosas licencias creativas y dispuso de la
obra de Grom más como inspiración que como referencia fija de su guión.
Por cierto, que
con el escritor hubo una polémica en relación con el porcentaje firmado con la
productora en caso de tener beneficios. Winston Grom optaría a un 3%. Sin
embargo, no se lo abonaron aduciendo que habían perdido dinero. Lo que
contrasta con los 40 millones que se embolsaron Robert Zemeckis y Tom Hanks por
cabeza. El film costó 55 millones y recaudó 680. No está mal para considerarlo
por Paramount un fracaso comercial.
Entre otras
cosas, la película se salía de ser una comedia drama al uso por la labor de
recreación histórica de las épocas por las que transita, realizando un
recorrido por la historia política y social de los Estados Unidos. Para ello,
incluso se logró incrustar el personaje de Forrest junto presidentes tan
representativos como Kennedy o Nixon, gracias a la infografía, efectos
especiales que le valieron un merecido Oscar.
En el reparto,
como no, Tom Hanks, agenciándose su segundo Oscar, el cual sigue sometido a la
dictadura del segundo Oscar precisamente, pues parece negársele y en gran
medida es por el peso de tener ya dos. Podría haberlo ganado perfectamente por
“Salvar al soldado Ryan” o “Náufrago”. Le acompañaban Gary Sinise (también
nominado, pero sin premio), Robin Wright, que está maravillosa y no se entiende
que no fuera nominada, y Sally Field.
Por supuesto,
el filme cosechó excelentes criticas en todo el planeta y se erigió, ya con el
tiempo, como un clásico de los noventa por derecho propio. Un drama disfrazado
de comedia que colocaba como protagonista a un chico que, a pesar de su
discapacidad mental, tenía una filosofía de vida tremendamente positiva, aunque
no precisamente su camino fue fácil, y logrando aún así su éxito, la mayoría de
las veces, involuntario.
Personalmente,
la considero una de las películas más emotivas que he visto en mi vida. Tiene
dos o tres momentos en los que es imposible contener las lágrimas. Tiene frases
que han quedado para la historia del cine. Lo sentí por mi admirado Tarantino y
su “Pulp Fiction”, pero ese año era de “Forrest Gump”.
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