Los aficionados
a las monsters-movies estamos de enhorabuena pues si, como su nombre indica,
hay un rey de los monstruos, ese es King Kong. Así que el estreno de “Kong, la
isla calavera” ha suscitado gran interés entre los seguidores de estas
películas que son más numerosos de lo que cabría esperar. De hecho, esta clase
de cine siempre ha tenido buena respuesta en la taquilla.
Así que
hablaremos de este mismo personaje, pero en su versión de 1976. Versión que fue
generosamente vapuleada es su momento pero que, si nos atenemos a varios datos
que comentaré, a la larga podremos desmitificar ese halo de fracaso que la
acompaña. Es más, para los aficionados a las películas de monstruos ha pasado a
ser casi un film de culto.
Personalmente
guardo un recuerdo muy cariñoso de ella pues fue una de las primeras películas
que vi de un verdadero monstruo. Por tanto, me produjo una poderosa impresión
la visión de unas criaturas tan enormes en pantalla. De hecho, el productor de
la cinta, Dino de Laurentiis incidió en mostrar una versión con más dinosaurios
y animales gigantescos.
Se barajaron
para la dirección opciones tan dispares como las de Roman Polanski o Sam
Peckinpah. Incluso Michael Winner, director de películas de corte bastante
violento como prueban sagas como “Yo soy la justicia”. Sin embargo, finalmente
fue elegido John Guillermin, que tan solo dos años antes había triunfado con
“El coloso en llamas” y cuya carrera la poblaban títulos de aventuras, aunque
tampoco fue muy prolífica, con solo diez.
Uno de los
aciertos fue la elección de los protagonistas. Pero en ese momento no eran ni
mucho menos las estrellas en las que se convertirían posteriormente. De hecho,
por muchos fracaso que vendieran los críticos sobre la película, lo cierto es
que supuso el lanzamiento de las carreras de sus intérpretes principales. Por
ejemplo, Jeff Bridges ya protagonizaba algunos títulos, pero de poca entidad y
tras su participación en “Kink Kong” vendrían otros éxitos como “Tron” o
“Starman”.
No, por
supuesto que no me he olvidado de Jessica Lange, es más considero que es el
verdadero caramelo del film. También fue amplia y variada la carrera para
interpretar a Dawn. Actrices de la talla de Barbara Straisand, Melanie
Griffith o Meryl Streep. O opciones de tipo más morboso como Bo Derek o Valerie
Perrine. Por supuesto, aún no eran tampoco esas estrellas que algunas son
ahora.
El caso es que
el papel cayó sobre una desconocida Jessica Lange, que por entonces era modelo
y que debutaba en esta película. No salió nada mal el asunto. La Lange se
convirtió en una sex-symbol y fue premiada con un Globo de Oro como actriz
revelación. Como ya sabréis, su carrera ha sido un éxito, siendo galardonada
con dos Oscars por “Tootsie” (actriz de reparto) y “Las cosas que nunca mueren”
(principal).
El antecedente era la versión de 1933 con Fay Wray y la posterior de 2005 de Peter Jackson con Naomi Watts. Aunque ésta de 1976 tuvo una secuela con Linda Hamilton. El caso es que costó 24 millones de dólares y consiguió en taquilla más de 80, así que como que fracaso no fue en absoluto.
Las críticas
negativas en realidad fueron más de los fans de la versión más clásica, la de
1933, pero realmente, la crítica profesional no la trató tan mal y, en general,
tuvo opiniones positivas. Así que lo de fracaso es un poco mito. Es más, aparte
del galardón de Jessica Lange en los Globos de Oro, fue nominada a los oscars
por la fotografía y los efectos especiales, llevándose éste último.
La gran
diferencia respecto a las otras dos versiones, tanto la clásica como la más
moderna, es añadir al propio mito de la bella y la bestia, una tensión sexual
más que evidente. Si, a ese gorilón le ponía y mucho la Lange, prueba de ello
es la escena del baño en la cascada donde incluso llega a bajarla el vestido
por un segundo.
Hubo otros
cambios simbólicos importantes. Como cambiar el Empire State por las Torres
Gemelas (por cierto, la proporción del cartel de la película es exagerada). Y
el final, la muerte de Kong es muchísimo más violenta, tremendamente sangrienta
y que, a un servidor a mi temprana edad, supuso un gran impacto y una honda
consternación.
Por cierto,
existe una versión extendida de la película con unos 40 minutos más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario