Tras un buen
puñado de años gestándose, en los cuales el proyecto tuvo tantas posibilidades
de salir adelante como de dar con él al traste, finalmente salió, pero no como
una secuela más sino como una especie de reboot que argumentalmente continuaba
la saga pero que suponía un nuevo aire a la franquicia tirando de aquello que
ese mismo año también haría la saga “Star Wars”; la nostalgia, es decir, volver
a los inicios.
Y la verdad es que fue un acierto porque, como siempre, hubo detractores que la acusaban de no aportar nada nuevo, y puede que en esencia fuera verdad, recuperaba el espíritu de la novela de Michael Crichton, tomando algunos elementos de las dos primeras entregas, dirigidas por Steven Spielberg. De hecho, se nota su mano en la película pues ejerce como productor.
Aunque prefirió no sentarse tras la cámara y colocar al, hasta el momento mayormente guionista, Colin Trevorrow, con un excelente resultado. No en vano, tuvo que rechazar dirigir la secuela de “Jurassic World” para ponerse a preparar el “Episodio IX” de “Star Wars” y claro está, poner fin a la saga era un caramelo imposible de rechazar. Lo que provocó que la secuela de “Jurassic World” cayera en manos de Juan Antonio Bayona.
Trevorrow dio un paso más allá de lo visto hasta ahora en la saga. Por primera vez, los dinosaurios podían atacar al público, por primera vez, el parque estaba en activo. Ya no era un grupo de personas especialistas los únicos conscientes de la resurrección de los dinosaurios. Aun así, salvo el escarceo del final de “El mundo perdido”, aún no se atreven a sacarlos del parque y que podamos verlos causar el terror en las calles de las ciudades. Y mira que el título inclinaba a ello. Quizá en la siguiente.
Aun así, es la entrega más espectacular de la saga con diferencia. Además, tocaba el tema de la manipulación genética con fines comerciales. Así, si recuperaba los stegosauirios, gallimimus, triceratops, y por supuesto, los velociraptors y los tiranosaurios; añadieron el mosasaurious y una especie de híbrido llamado Indominus Rex.
La película contentó medianamente a la crítica, pero sobre todo al público, y bien claro lo dejan sus cifras de taquilla. La inversión fue de 150 millones de dólares, pero es que consiguió 1.670.000 de recaudación total situándose en el cuarto lugar de la lista de películas más taquilleras de todos los tiempos.
Para el reparto
contaron con Bryce Dallas Howard, y con uno de los actores más de moda en el
panorama actual cinematográfico tras ser catapultado desde “Guardianes de la galaxia”,
Chris Pratt. También tenía secundarios como Vincent D´Onofrio o Irrfan Khan. Y
recuperaba a B.D Wong de la primera entrega como experto genético, más un guiño a la saga que otra cosa.
Por cierto, que tanto Bryce Dallas como Chris Pratt estarán a las órdenes de Bayona para la secuela.
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