El proyecto no se inició como película sino como un documental sobre una expedición a los restos del verdadero Titanic a cargo del propio James Cameron, lo que explica los primeros veinte minutos de la película, y cuya impresión por parte del director fascinó hasta el punto de proponer un film basado en el naufragio del imponente trasatlántico a cuál se le denominó erróneamente “insumergible”.
El 14 de abril de 1912, uno de los tres gemelos que fueron construidos como total exaltación de la opulencia humana, el Titanic, que realizaba la ruta Southampton-Nueva York, se hundió tras el impacto con un iceberg en el océano Atlántico. Entre tripulación y pasaje sumaban 2223 personas, de las cuales tan solo sobrevivieron 705, ante la escasez de botes y el mal aprovechamiento de los que había. El buque Carpathia recogió a los supervivientes.
La película es una de las más grandes triunfadoras de los
Oscars de todos los tiempos, igualando a “Ben-Hur” y siendo igualada
posteriormente a su vez por “El retorno del rey”. Y eso que las previsiones no
era nada halagüeñas, vaticinando un soberano fracaso por el alto coste del
proyecto. Sin embargo, fue todo lo contrario, las críticas fueron muy buenas y
la taquilla mucho mejor, alzando al film en el primer puesto, el cual no
abandonó hasta ser desplazada por “Avatar”, también de Cameron. La inversión
fue de 295 millones, pero es que la recaudación ha llegado hasta 2.185.000,
incluyendo su reestreno en 3D en 2012.
No se reparó en gastos ni detalles para adaptar lo más fiel
posible la tragedia. La recreación del barco, tanto exterior como
interiormente, se realizó con una exactitud milimétrica. Además, muchos de los
personajes fueron basados en los reales, no los protagonistas pero si algunos
como el capitán, el constructor, la orquesta …..
También se hace un retrato de las clases sociales del
pasaje. El Titanic se hizo para la clase de la alta sociedad, pero también viajaban
gente de menor estado social que, evidentemente, fueron discriminados a la hora
del reparto de botes y, en su mayoría, dejaron su vida ese día en las gélidas
aguas del océano. Los que no se cuentan son los numerosos casos de
premoniciones de muchos pasajeros, los cuales no llegaron a embarcar ante la
intuición del desastre.
No tuvo un reparto repleto de estrellas como otras películas del genero de catástrofes como “La aventura del Poseidón” o “El coloso en llamas”. Pero si algunos rostros conocidos como Leonardo DiCaprio (que no era la estrella que es hoy), Kate Winslet, Billy Zane, Bill Paxton, Kathy Bates o Frances Fisher. Curiosa es la “maldición” que sufrió DiCaprio a partir de este momento, siéndole negados sistemáticamente los reconocimientos a su indudable talento hasta la reciente “El renacido”.
Desde 1912, que se hicieron “La noche y el hielo”, una película basada en el hundimiento del Titanic, se han realizado 17 películas acerca del desastre, entre adaptaciones televisivas y cinematográficas. Las más destacadas podrían ser “Atlántico”, “La última noche”, “Titanic (1953), y la que hoy comentamos de 1997. Incluso una versión muda de 1912 llamada “Salvada del Titanic”.
En mi opinión toda la parte anterior al impacto con el
iceberg es demasiado extensa y uno llega a pensar que es relleno. El comienzo
si me parece interesante desde el punto de vista informativo. Pero lo que es
inapelable es toda la hora final donde se da lugar el desastre. Las imágenes
del hundimiento se encuentran entre lo más espectacular que un servidor haya
visto en un cine.
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