Que nadie pregunte por
Hannibal Lecter, por el John Doe de “Seven” o el Patrick Bateman de “American
Psycho”, porque esos ya están en un ciclo de "Psicópatas del cine". Pero este mes
hablaremos de asesinos en serie inspirados en casos reales de la historia
criminológica. Como excusa tenemos el estreno este mes de un psico-killer llamdo "Solace" con Anthony Hopkins y Colin Farrell.
Que si hay alguna diferencia
entre psicópata y asesino en serie? Desde luego. Estadísticamente hay un 2% de
psicópatas en nuestra sociedad, y la mayoría de ellos no llegan nunca a cometer
un crimen. El asesino en serie ya ha pasado a la acción, ha desarrollado un
modus operandi y su evolución suele presentar una escalada de violencia cada
vez más incrementada.
Psicosis se inspira en el
asesino real Ed Gein. Una persona a la que dejó tirada su coche, avanzó hasta una casa y
por casualidad descubrió en un cobertizo un cuerpo colgado boca abajo y abierto
en canal. El propietario era un aparentemente inofensivo granjero llamado Ed Gein. Pero su casa
tenía muebles forrados de piel humana además de otros menesteres igualmente macabros. “La matanza
de Texas” que también recogió este caso como inspiración recurriendo más a estos últimos detalles.
"Psicosis" se centra en la obsesión del asesino por la influencia dominante de su
madre.
Pero aunque a la postre es
considerada una de sus mejores películas, si no la mejor, Hitchcock no lo tuvo
nada fácil. La productora Paramount Pictures no estaba nada convencida con el proyecto y
otorgó a Alfred un presupuesto muy inferior a lo acostumbrado, concretamente
unos 800.000 dólares tan solo. Hitchcock se vio obligado a recurrir al equipo
de la serie “Alfred Hitchcock presenta” para abaratar costes. Y, aunque en
principio no fue un éxito, a la postre consiguió 60 millones de dólares de
recaudación.
La película tuvo efectos
sobre sus protagonistas. Janet Leigh era la estrella pero Hitchcock acababa con ella antes de completar la hora de metraje, dando la primera gran sorpresa.
La actriz manifestó su fobia a la ducha a partir de ese rodaje. Por su parte,
Anthony Perkins logró una gran interpretación pero posteriormente no logró
liberarse del yugo del encasillamiento de Norman Bates y no consiguió destacar fuera de
ese personaje.
Sin lugar a dudas, la escena más recordada es la de la ducha. La
cual tuvo que eludir la censura. Sin embargo, Alfred Hitchcock pretendía
presentar la escena sin música, a lo cual Bernard Hermann, el compositor de la banda sonora original de la película, le pidió la oportunidad
de intentarlo y su composición de violines y violonchelos desafinados supuso
una de las músicas más famosas de la
historia.
Una de las polémicas fue si llegaba a atisbarse uno de los pechos de Janet Leigh. Otra de ellas fue algo tan absurdo como que se viera un plano del WC en el momento que tiran de la cadena. Por cierto, que curiosamente se pensó que Hitchcock rodó en blanco y negro para eludir el color de la sangre. Fue justo lo contrario, lo hizo para acentuar el color oscuro de ésta.
La película tuvo tres secuelas, la primera de ellas bastante aceptable aunque lejos de esta obra maestra. Y recientemente, el biopic “Hitchcock” sobre el rodaje de este film, con Anthony Hopkins metiéndose en la piel del "mago del suspense".
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