Ríete
tú de Michael Bay. Porque aquí viene la principal advertencia sobre
esta película. Quien no le gusten los montajes rápidos, que
directamente ni lo intente. Aquí es frenético, no da ni un momento
de respiro. Prácticamente es un videoclip de noventa minutos.
Parece que fuera la adaptación de un manga, un anime o un
videojuego, sin embargo, no es nada de eso. Lo que no le impide
mezclar distintos formatos, por ejemplo, insertar imágenes de
animación entre la imagen real. ¿Abusa de ello? Si, abusa de todo
lo que puede porque esto es el descontrol hecho película. Es como si
hubieran mezclado “Scott Pilgrim contra el mundo” con “Todo a
la vez y en todas partes”. Intentar verle sentido al argumento es
una pérdida de tiempo. Es una locura basada en el subgénero de
saltos en el tiempo pero más desde el terreno fantástico, a veces
hasta surrealista, que desde la ciencia ficción. Todo con un tono de
comedia completamente delirante. Lo mejor es dejarse llevar por la
diversión, que tiene mucha. Yo me lo ha pasado bomba con esta
producción china, que no coreana, que era lo que pensaba yo que era.
Porque además, visualmente es una puñetera pasada, con toda esa
mezcla de recursos estéticos. Los combates son impresionantes, que a
muchos les recordarán precisamente al anime, solo que en live
action. Si eres capaz de, no solo soportar, sino incluso disfrutar de
su esquizofrenia narrativa, te lo puedes pasar muy bien. 6´5.
La
premisa principal es que el protagonista no siente dolor. Todo lo
demás es un excusa para poner en práctica esa situación. Ojo, no
tiene la capacidad de sentir dolor, no que no pueda ser dañado. De
hecho, gran parte del humor que se despliega en torno a ello radica
en las múltiples lesiones que se le van produciendo. Todo eso
funciona bastante bien porque resulta divertido. Es muy gamberra en
cuanto al uso de una violencia que en ocasiones llega hasta a tener
unas gotitas de gore. Por tanto, se mueve dentro de los términos de
la comedia negra. Lo que pasa es que se le va la mano con el metraje.
No es que se haga aburrida, de hecho, es bastante entretenida pero da
la sensación que el tramo final está demasiado alargado. Un recorte
le habría venido bien porque la fórmula de estar dándoles leches
al personaje principal se agota en el último acto a fuerza de
repetir una y otra vez. En cuanto al reparto, Jack Quaid está
pletórico, en su salsa. Pero me sigue pasando lo mismo con este
actor, me da la sensación de que siempre está haciendo el mismo
papel. Debería salirse de su zona de confort, que es la comedia, y
demostrarnos que sabe hacer en otros registros porque se está encasillando
a base de bien. Curiosamente, el villano es Ray Nicholson, sin
complejos, por cierto, en un papel en el que se nota que se lo está
pasando bien. Digo curiosamente porque la paradoja es que se
enfrentan en la ficción los hijos de dos grandes actores en la
realidad, Dennis Quaid y Jack Nicholson. 6.
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