Que haya elegido esta de todas las adaptaciones de la novela de Frederick Forsyth, “El día del chacal” no responde a que la considere la mejor, sino porque, a menudo, esta sección, sirve también para reivindicar algunas películas que en su momento me parece que no fueron tratadas justamente tanto por la crítica como por el público. Es el caso de la versión de 1997, a la que considero bastante mejor de lo que se la catalogó.
Que fue calificada por la prensa de forma mayormente negativa aunque no tanto por el público. Su presupuesto fue de 60 millones de dólares, y recaudó 160 en taquilla. Así que, ni tan mal. Sin embargo, entre los que no les gustó estaba precisamente el escritor de la propia novela, hasta tal punto que pidió que su nombre no apareciera en los créditos de la película.
Quizá porque se separaba del texto original más de lo que le hubiera gustado. Pero si algo me gusta a mí de todas las versiones de la novela es precisamente por lo diferente que son entre sí, sin llegar a perder la identidad. Pero si actualizándose y siendo hijas de su tiempo tanto en el enfoque de la historia como en los particulares detalles de su trama.
En la primera versión era la más fiel del libro y, por tanto, la que más satisfizo a Forsyth, la de 1973, dirigida por Fred Zinneman y con Edward Fox como Chacal, con el de primer ministro de Francia, en esa época, Charles De Gaulle, como objetivo. La siguiente versión fue precisamente esta, que ahora daremos más detalles. Y la última ha sido muy recientemente, en forma de miniserie (en un principio, porque ha sido renovada para una segunda temporada) con Eddie Redmayne como protagonista.
La que hoy comentamos le fue encomendada a Michael Caton Jones, originario del mundo de la televisión pero que venía de firmar películas bastante buenas, como “Memphis Belle”, “Vida de este chico” o “Rob Roy”. Sin embargo, tras este “Chacal” no tuvo una filmografía muy destacable, e incluso tuvo el dudoso honor de realizar el desastre de “Instinto básico 2”.
La película tiene un reparto de una gran factura, con nombres realmente potentes, como los de las estrellas Bruce Willis, como “Chacal”, Richard Gere o el veterano Sidney Poitier (fue su última película para la gran pantalla). Pero también con una buena nómina de secundarios, como Diane Venora, J.K. Simmons, Jack Black o Mathilda May, recordada sex symbol de la serie B de los ochenta.
La historia de la elección del casting merece ser contada. El papel del asesino le fue ofrecido primero a Richard Gere, que lo rechazó porque prefería el de Declan Mulqueen, para el cual había una lista interminable de actores propuestos. Pero Gere quería tener el rol de héroe, un error porque en todas las versiones de “Chacal”, el personaje más interesante es precisamente el Chacal.
Finalmente consiguió su botín. Y el de asesino a sueldo fue a parar a Bruce Willis, que no tenía ningún problema en ejercer de villano y que tampoco era la primera vez que se beneficiaba de un papel rechazado por Gere. El primero fue “La jungla de cristal”, si, el de John McClane, con eso lo digo todo. Por cierto, ambos actores declararon que no volverían a trabajar juntos, a pesar de que tan solo coincidieron en un par de escenas.
Como curiosidad, los tres personajes principales, Chacal, Mulqueen y Carter Preston (el agente del FBI) fueron ofrecidos a cada uno de los siguientes actores: Sean Connery, Liam Neeson y Matthew McCounaughey. Los tres rechazaron los tres papeles.
La película está más encuadrada a la modalidad de asesino a sueldo que en la de terrorista. Aquí el protagonista realmente no es terrorista, no tiene ninguna motivación ideológica, solo es un profesional cumpliendo el encargo. No obstante, si se hace referencia a dos grupos terroristas reales, aunque no de forma explícita, que son el IRA y ETA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario