Podría ser perfectamente la versión marina de “Una serie de catastróficas desdichas”. Al menos eso es lo que supuso su rodaje, uno de los más desastrosos de la historia del cine, lo que incrementó considerablemente su presupuesto y junto con las malas críticas que obtuvo hizo que nada menos que una de las grandes, Universal, temblara. Lo vamos a contar aquí más detalladamente, pero también como realmente la cosa no fue para tanto.
Primero porque la película, a pesar de las críticas, logró colocarse en el primer puesto de la taquilla de Estados Unidos, que junto a lo que recaudó en el resto del mundo hicieron un total de 264 millones de los 172 invertido. Si hacemos el balance incluyendo el lanzamiento al formato doméstico y los gastos de promoción, resulta que incluso tuvo beneficios, pocos, apenas unos 30 millones pero no fue tanto fracaso.
Pero sí es cierto que el rodaje fue sobradamente tormentoso. Nunca mejor dicho, porque para ahorrarse dinero en previsión meteorológica, no pudieron prever que hasta dos huracanes en Kona (Hawaii) les destrozaran los decorados, que eran carísimos, lo que hizo que los 96 días en que se había previsto rodar la película se fueran a 220 y los 60 millones de presupuesto a 172.
Lo que la convirtió, a su pesar, en la película más cara de la historia del cine en su momento. Ya dijo el propio Steven Spielberg tras terminar el rodaje de “Tiburón”, que jamás volvería a hacer una película en el agua, y eso que la suya solo se desarrollaba en ese medio en un 50%. Sin embargo, “Waterworld” era en un 95%. Pero hubo más, lo que hizo al equipo recordar otros míticos rodajes malditos históricos como los de “La reina de África” o “Apocalypse now".
De hecho, gran parte del equipo cayó enfermo, en buena parte por estar viviendo en una especie de vivencias flotantes. Las dos actrices principales, Jeanne Tripplehorn y la joven Tina Majorino, cayeron al mar y estuvieron a punto de morir ahogadas de no ser rescatadas por un equipo de buceadores profesionales que tenían contratados para esos menesteres. Kevin Costner también tuvo un accidente que puso su vida en peligro.
Por si fuera poco, creativamente también hubo problemas. Hasta 36 guionistas, incluyendo a Joss Whedon, pasaron por el libreto, aunque solo se acreditaron a David Twohy y Peter Raider. Además, el director, Kevin Reynolds, que había sido impuesto por Costner, con el que había colaborado varias veces, la más reciente en “Robin Hood, príncipe de los ladrones” y de quién era amigo, en lugar de Robert Zemeckis que era quien quería el estudio, abandonó la postproducción por diferencias precisamente con Kevin Costner.
El propio Costner fue quien completó el montaje de la película. Más tarde se reconciliaría con Reynolds cuando ambos hicieron la miniserie, “Hatfields & McCoys”. Pero para el actor, “Waterworld” tuvo consecuencias nefastas. Tras “El guardaespaldas” y “Un mundo perfecto “, se convirtió en una de las mayores estrellas de Hollywood, pero sus siguientes películas, “La guerra” y “Wyatt Earp”(película que siempre defenderé) fueron sendos fracasos de taquilla. A la que se sumó “Waterworld” y más tarde la que puso el último clavo en el ataúd de la carrera de Kevin Costner a nivel de superproducciones (aunque Zack Snyder lo recuperó para su “El hombre de acero”, aunque como secundario), “El mensajero del futuro”.
Después haría buenas películas pero menores. En mi opinión, Kevin Costner ha sido un actor desaprovechado en los últimos veinte años. A parte de las dos féminas ya citadas, Jeanne Tripplehorn y la joven Tina Majorino, el villano fue a parar a Dennis Hopper, tras considerar a Gene Hackman, Gary Oldman y James Caan. Aunque el favorito era Samuel L. Jackson, quien denegó el ofrecimiento para irse a rodar "La jungla 3" junto a Bruce Willis y John McTiernan, buena elección.
Las críticas fueron malísimas e incluso se permitieron mofarse de la película con titulares como "Con el agua al cuello", "Hace aguas", "No sale a flote" o "Se hunde". Además de nominarla al Razzie como peor película. Y a Dennis Hopper, que por cierto, lo ganó. Aunque también el Oscar al mejor sonido.
Personalmente me parece una buena película de aventuras, divertidísima, una especie de Mad Max marino, lo que le daba un tono de western sobre los océanos.
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