martes, 29 de junio de 2021

Escenas Míticas: Posesiones - Stigmata

 


   A algunos les puede parecer que el meter este título en el ciclo de posesiones está un poco por los pelos y casi con calzador. Pero la explicación es bastante sencilla. Aunque inicialmente la trama presenta un personaje que sufre una serie de lesiones emparentadas con las que sufrió Jesucristo, es decir, estigmas, a lo largo del desarrollo de la historia, se plantea que la razón es una posesión, bien la de uno de los apóstoles o del propio demonio.
 




   En la fé cristiana, los estigmas se refieren a una serie de heridas que se corresponden con las que Jesucristo recibió en la “Pasión”, justo antes o durante su crucifixión. Normalmente sufridas en la piel de muy devotos seguidores religiosos. Lo cual no es el caso de la protagonista, y eso ya tiene un mensaje en sí mismo.



   De forma sumamente efectista, Frankie Page (Arquette) manifiesta todos los estigmas uno detrás de otro, pero como si lo sufriera de igual forma que Jesús, no solo apareciendo las heridas. De tal forma, va siendo “atacada” por los estigmas; los clavos en manos y pies, la corona de espinas o la flagelación. La forma en como nos lo presentan es uno de los atractivos de la película.



   Tampoco vamos a decir que sea un film con fines reivindicativos o de denuncia. Hay que dejar claro que es un producto puramente estético y por tanto comercial. Aún así, figura en muchas listas como una película religiosa y más concretamente como una de las más controvertidas de la historia del cine en función del revuelo que levantó en relación con la reacción de la Iglesia, que la catalogaba de blasfemia.



   Las razones son dos. Una es basarse en un texto de origen gnóstico (místico), considerado apócrifo (es decir, no canónico y aceptado por la Iglesia Católica) encontrado en Egipto, el “Evangelio de Tomás”, que básicamente venía a echar por tierra la construcción de cualquier edificio (sea Iglesia, catedral o lo que sea) en su nombre así como toda la parafernalia creada por la Iglesia (obispos, sacerdotes, Papa) en su nombre pues él estaba en todas partes. La otra es plantear una conspiración en pleno seno Vaticano. Aparte de una relación amorosa entre una mujer y un sacerdote.



   Lo cual generó una gran polémica que a la película le sirvió de publicidad extra por mucho que su director se empeñaba en señalar que había sido respetuosa con la imagen de la Iglesia. Pues menos mal porque los pone a caer de un burro. Un Rupert Wainwright venido del mundo de la televisión y el videoclip, lo cual se hace bastante patente en el efectismo con el que presenta las imágenes más impactantes de la película.



   Éste fue su primer film en pantalla grande. El segundo (y último) fue el remake “Terror en la niebla”, bastante fallido la verdad, al que tampoco beneficiaba ser comparado con un maestro de la serie B como el gran John Carpenter. Por cierto, a su estética videoclipera se le sumaba el encargar la banda sonora al líder del grupo de rock “Smashing Pumkins”, Billy Corgan, haciendo un buen trabajo.



   Tiene un reparto bastante competente a pesar de lo que pudieran decir algunos críticos en su momento. Como fueran los comentarios recibidos por Patricia Arquette y Gabriel Byrne (quién incluso recibió una nominación al Razzie). Paradójicamente, ese mismo año, Byrne interpretaría al mismísimo diablo en “El fin de los días”. El elenco lo completaban Jonathan Pryce, Nia Long y Portia de Rosi.



   Respecto a los que dijeron de Patricia Arquette carecía de ningún talento, a pesar de ya haber dejado muestras de él en su anterior película “Carretera pérdida” de David Lynch, tan solo unos años después recibió su primer Emmy, en 2005, por la serie “Medium”. Premio qué volvió a ganar en 2019 por “The act”, por lo que además ganó el Globo de Oro. Premio en el que también repetía, siendo su tercer galardón de este tipo. Aunque su mayor reconocimiento fue por la película "Boyhood", por la que ganó un Oscar y un Bafta. O sea que el recuento es de 1 Oscar, 1 Bafta, 2 Emmys y 3 Globos de Oro. No está mal para no tener talento. Que dios les conserve la vista a algunos.


 
    La película no tuvo muy buenas críticas pero al público si le gustó. Hoy en día sigue siendo recordada positivamente. Costó 30 millones de dólares y recaudó en taquilla casi el doble, 89 millones. Como curiosidad, la estatua que sale al final de la película, al fondo, es la de San Francisco de Asís, considerada la primera persona en tener estigmas.
 

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