Pues
me sigue gustando esta serie que sin hacer ruido se ha plantado en su
cuarta temporada. Bien es cierto que son temporadas de tres o cuatro
episodios. Los correspondientes a cada caso al que se enfrentan la
pareja de detectives formada por Tom Burke y Holliday Grainger, que
cada vez tienen más química, basados en unas novelas de la autora
de Harry Potter, J.K. Rowling. Son una docena, así que todavía
podrían continuar. Y no, no tienen nada que ver con lo fantástico.
Son casos de género negro y policíaco, con bastante intriga. En
esta cuarta entrega se ha desarrollado más los personajes
protagonistas a nivel personal y especialmente en cuanto a su
relación de tensión sexual, lo que no le aparta de lo realmente
interesante que son las propias investigaciones y las resoluciones
finales de éstos. Ella ha ganado mucha importancia en esta
temporada. Me entretiene, es cortita, ligera y el carisma de ellos va
creciendo, una serie modesta pero curiosa. 6’5.
Para
mí una de las mejores series en lo que llevamos de año. No es que
sea muy original, tiene una trama muy típica, la de resolver un
asesinato en un pequeño pueblo americano. Pero tiene dos aspectos
tan cuidados que la hacen destacar. Uno es hacer un interesante
retrato del lugar, mostrando un tejido poblacional en el que todo el
mundo se conoce y en el que muchos tiene secretos que ocultar. El
otro es que no descuida por ello el interés de la investigación a
la que va dando empujones a base de giros, muy acertados la mayoría
de las veces. No obstante, no sería posible si no estuviera apoyado
en un reparto absolutamente acertado. Ya no solo por Kate Winslet,
que no voy a descubrir yo ahora el pedazo de actriz que es, que la
carga psicológica que debe imprimirle a su personaje hacía
necesario una intérprete de su talento; pero también del resto del
elenco. Aunque me extraña coger a un actor como Guy Pearce para un
rol tan poco relevante. El caso es que en conjunto es una serie que
engancha, que no tiene episodios de relleno y que no se resuelve
hasta el mismísimo final. Por cierto, muy difícil de adivinar y sin
sacárselo de la manga, lo que se agradece. 8.
Bryan
Cranston vuelve al nivel que tuvo en “Breaking bad” en el papel
de un juez cuyo hijo se ha visto envuelto en un atropello y fuga.
Para colmo el atropellado es hijo de un poderoso capo de la mafia.
Tranquilos, es solo la sinopsis básica inicial. Lo que consigue muy
bien es hacer que te pongas en todos los ángulos, en el del juez, el
del hijo y el del mafioso, y los dilemas en los que se ven envueltos
a la hora de tomar decisiones muy importantes para sus vidas. A
caballo entre el thriller de suspense y el judicial, cada episodio va
añadiendo más tensión, otra vuelta de tuerca más a una trama que
se va complicando por momentos. Es por lo que engancha y va elevando
la apuesta hasta un final explosivo. Aunque es conveniente avisar que
la historia queda abierta a una segunda temporada y quizá la
deberían haber cerrado. 7’5.
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