jueves, 17 de junio de 2021

Escenas Míticas: Especial Monstruos - Un lugar tranquilo

 

 
   Su secuela fue otra de las víctimas cinematográficas de esta pandemia que debería haberse estrenado hace prácticamente un año y que tras varios retrasos, lo hará finalmente. Por cierto que contará con la inclusión de Cilian Murphy y Djimon Hounsou en el reparto.
 



   Hay que señalar que esta película venía de la mano de la productora creada por Michael Bay junto a Brad Fuller y Andrew Forma, Platinum Dunes. Que se ha estado dedicando desde 2001 a hacer reboots de películas de terror clásicos ya, como "La matanza de Texas”, “Carretera al infierno”, “Pesadilla en Elm street”, “Viernes 13” o “La morada del miedo” (Amytiville). Vale, no todas con el mismo acierto pero algunas de ellas bastante interesantes.



   No es ningún reboot lo que nos ocupa hoy pero hay que reconocerle el mérito a Bay de traernos una de las mejores monster movies de los últimos años. Y uno de sus mayores éxitos. La fórmula de Platinum Dunes es hacer una inversión generosa pero contenida, con presupuestos como el de ésta, de 17 millones de dólares. En este caso el negocio fue redondo porque recaudó en taquilla 340.



   Pero el gran acierto es haberle dado las riendas a John Krasinski. Una elección casi clarividente porque es toda una sorpresa lo bien que resultó la idea. De hecho, Krasinski es un actor más bien de perfil bajo, que aparece normalmente de secundario. Ojo, que para nada me parece malo pero solo hay que repasar su filmografía como actor. Y como director, solo había dirigido dos películas, ambas a caballo entre el drama y la comedia, y no precisamente muy bien valoradas por la crítica.



   Sorprende, por tanto, que le dieran la responsabilidad de reescribir el guion, hasta el momento en manos de Scott Beck y Bryan Woods, y diera la versión definitiva. Un buen guion, por cierto. Y sorprende aún más que le encomendaran la dirección. Porque Krasinski se destapa como un gran director de terror, rodando magníficamente las escenas de suspense. De hecho, algunas de ellas resultan asfixiantes.



   Krasinski confiesa que se planteó como referencias principales películas como “Alien”, “No es país para viejos” y “ En la habitación”. Aún hoy desconozco qué pueden tener en común las dos segundas con la primera. Porque si es cierto que él pretendía hacer una metáfora sobre la familia y más concretamente sobre la paternidad pero básicamente es una monster movie en toda regla.



   Cuadra mucho más las películas con las que se documentó, ante su manifiesta inexperiencia en el género, para rodar escenas de suspense. Éstas fueron “No respires”, “Déjame salir” y “Tiburón”. Y esa mezcla de drama familiar y terror salió prácticamente perfecta pues fue muy bien valorada por la crítica profesional que la calificaba como “terror inteligente”, a la altura de títulos como “The babadock” o “La bruja”.


 
   Por cierto, otro de los aciertos fue la creación de las criaturas, qué Krasinski sabe dosificar su exposición pero cuyos efectos especiales le valieron incluso una nominación al Oscar en 2018. Aunque el mejor efecto especial es el sonoro y de como juego con el tema del silencio. Recuerdo estar viendo la película en la sala en total ausencia de ruido, lo que daba una sensación extra de tensión. Uno no quería ni comer palomitas para no romper el silencio.



   No como en buena parte de los títulos de este género, aquí los personajes importan y mucho, y el reparto logra que empaticemos con ellos. Junto a John Krasinski, que además de guionista y director, ejerce de protagonista, está la que también es su esposa en la vida real, Emily Blunt, aspecto relevante porque ambos acababan de ser padres de su segundo hijo. Ella repite en la secuela junto a los niños, Millicent Simmonds y Noah Lupe.


 
 

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