Sin
lugar a dudas una de las más grandes películas de terror de todos
los tiempos. No en vano, aún hoy en día, es inconcebible ver una
lista de las películas más terroríficas de la historia del cine y
que no esté entre las diez primeras. Es más, es muy habitual verla
ocupando la primera posición. Para mí desde luego es la película
que más miedo de largo me ha dado. Incluso después de haberla visto
muchas veces, sigue inquietándome.
Vayamos
al origen. Es la adaptación de la novela homónima de William Peter
Blatty publicada 1971, quién a su vez fue quién la adaptó dos
años después, por lo que fue galardonado con el Oscar al mejor
guión adaptado. Blatty confesaba que se inspiró en un artículo
leído en su juventud sobre un chico presuntamente poseído por el
demonio que había sido exorcizado.
Ese
chico era Robbie Mannheim, aunque ese fue un seudónimo que empleó
el escritor que investigó la historia, Thomas B. Allen. Según éste,
“Robbie”, tras la muerte de su tía, a la que se sentía muy
unido, empezó a experimentar con una tabla de ouija para poder
comunicarse con ella. En 1949, en Meryland, y cuando éste contaba
con tan solo catorce años, comenzaron a ocurrir abundantes sucesos
inexplicables.
Mannheim
cumplía con todos los requisitos para ser considerado “endemoniado”,
hablar varias lenguas muertas no aprendidas, cambios físicos
evidentes, fuerza desmedida. Lo que impulsó a la Iglesia Católica,
qué muy habitualmente determinaba y aconsejaba el tratamiento
médico, a aprobar el exorcismo del muchacho, que tras tres intensos
meses aplicándole el Rituale Romanum, de repente cesó en manifestar
esos síntomas.
Oficialmente,
Robbie Mannheim sufrió una grave afección histérica provocada por
la muerte de su tía. Pero lo cierto es que ningún tratamiento
psiquiátrico logró ayudarle. De hecho, incluso le empeoró. La
noticia salió en el Washington Post y a Blatty le impresionó, lo
que hizo que escribiera una novela que se convirtió en best seller
rápidamente. Fue el propio escritor quién ejerció de productor de
la película.
Sin
embargo, no fue nada fácil conseguir su distribución. Fueron
considerados directores como Arthur Penn o Stanley Kubrick. Pero
cuando ya se tenía un acuerdo con Mark Rydel, Blatty insistió en
que el elegido fuera William Friedkin, impresionado por su última
película, “French Connection”. Friedkin era un artesano pero
logró una auténtica obra maestra, nivel que jamás volvió a emular
siquiera, a pesar de realizar buenas películas como “A la caza”
o “Vivir y morir en Los Ángeles”.
No
obstante, el cineasta se entregó totalmente para esta película,
empleando métodos cuando menos curiosos. Cómo rodar varias escenas
del exorcismo en el interior de una cámara frigorífica para que el
vaho y el frío de los actores fuera real. O asustarles con petardos
para que estuvieran en una tensión constante. Al parecer, el vómito que recibió en plena cara el padre Karras (Jason Miller) fue
totalmente por sorpresa así que su reacción es absolutamente veraz.
Menos mal que solo era puré de guisantes.
Para
los papeles de padre Merrin y Karras, se pensó en Marlon Brando para
el primero y Paul Newman o Jack Nicholson para el segundo.
Finalmente, tras sus negativas, se consiguió a Max Von Sydow y el
mencionado Jason Miller. A los que acompañaron Ellen Burnstyn, Linda
Blair y Lee J. Cobb. Ambas actrices fueron nominadas al Oscar por sus
interpretaciones, junto a la de Miller.
Cómo
buen clásico del terror, tuvo su leyenda negra. El rodaje estuvo
plagado de problemas. Rollos de película que se velaban sin ninguna
razón, varios accidentes del reparto (como Ellen Burnstyn y Linda
Blair), o el incendio de todo el set de rodaje. Lo que provocó un
grave retraso del proyecto y que se doblara el presupuesto inicial.
Incluso se considera que Blair arrastró una maldición por toda su
carrera, llevándola de fracaso en fracaso condenándola a la serie B
y a tener que desnudarse muy habitualmente.
Es de las pocas películas en la que los rumores de ataques de nervios, crisis de ansiedad y desmayos en plena sala de cine no era un reclamo comercial sino una completa realidad, lo que llevó a los propietarios de los cines a apostar ambulancias en las puertas de sus establecimientos. El film tuvo diez nominaciones, incluida la de mejor película, pero solo ganó dos, el sonido y el guion adaptado. Y otros cuatro Globos de Oro (aquí si ganó como mejor película dramática). Tuvo varias secuelas, "El exorcista 2, el hereje" (una de las peores secuelas de la historia) por John Boorman. "El exorcista 3", por el propio William Peter Blatty. Y una precuela, "El exorcista, el comienzo" (con dos versiones de Renny Harlin y Paul Schrader, respectivamente). Incluso tiene una parodia, "Reposeída", en la que participaba incluso la propia Linda Blair. Costó 12 millones de dólares y recaudó 440 siendo a día de hoy la película de teror más taquillera de todos los tiempos.
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