FICHA
TÉCNICA
Título:
Judas
y
el mesías negro
Dirección:
Shaka
King.
País:
Estados
Unidos.
Año:
2021.
Duración:
126
min.
Género:
Drama,
biográfico.
Interpretación:
Daniel
Kaluuya, Lakeith Stanfield, Jesse Plemons, Martin Sheen, Ashton
Sanders, Lil Rel Howery, Algee Smith, Jermaine Fowler, Robert
Longstreet, Terayle Hill, Dominique Fishback, Nick Fink, Darrell
Britt-Gibson, Amber Chardae Robinson, Adam Ratcliffe, Caleb
Eberhardt, Zak Lee, Alysia Joy Powell, Crystal Lee Brown, Amari
Cheatom, Debbie Scaletta, Chris Hahn, Michael Buonomo, James Udom,
Michael Harrity, Matt Hudson, Linda D Gaines, Alonda Shevette, Steve
Rizzo, Laura Allen, David Gragg, Peter Lawson Jones, Mell Bowser,
David Haynes, Aaron Kleiber, Tone Tank, Roger Petan, Todd C. Adelman,
Anthony Garcia, Chris Drexel, Shalanda Fresh, Chris Breen, Bobby
Rodriguez, Chris McCail, Brian Andrus, Suzie Coker, Logan Fry, David
Goebel, Dominique Thorne.
Guion:
Shaka
King, Will Berson (Historia: Keith Lucas, Kenneth Lucas, Shaka King,
Will Berson)
Producción:
Shaka
king, Ryan Coogler, Charles D. King.
Música:
Craig
Harris, Mark Isham.
Fotografía:
Sean
Bobbitt.
Distribuidora:
Warner
Bros.
CRÍTICA
LO MEJOR: En
estos tiempos donde vivimos el proceso judicial por el asesinato (qué
es lo que es) de George Floyd, que dio lugar al movimiento Black
Lives
Matter
cómo respuesta y protesta a
los
numerosos actos de brutalidad policial contra personas de raza negra
(si, no de color, se puede decir negro igual que se puede decir
blanco), asistimos al movimiento que sirve como antecedente histórico
al actual, el del partido
de las Panteras Negras, también surgido a raíz de altercados con la
policía estadounidense. Ojo que la película deja lo suficientemente
que el que ni mucho menos era
una organización pacifista como si lo es la actual, pero tampoco era
terrorista (hay una escena clave con ésto)
como
calificaban J.
Edgar Hoover y su FBI, y
el propio gobierno norteamericano. Eso es lo que se desprende de una
elegante exposición de los hechos que solo pretende que sepamos
quién era el protagonista y como pensaba, no que mostremos
fascinación por él. No, ésto
no es una película de Spike Lee, tan frecuentemente panfletario y
aleccionador desde su púlpito. El título hace una analogía con la
crucifixión de Jesucristo, con ese Judas simbolizado con el
personaje real de Bill O'Neil y el del Mesías negro con Fred
Hampton, uno de los líderes de los Panteras Negras. Pero aunque así
presentado parezca la historia de una traición, realmente es la
historia de un asesinato, algo mucho más importante y relevante, uno
que seguía el de Malcolm X y Martin Luther King.
Interpretación: Ya
son varios papeles en los que me parece totalmente convincente Daniel
Kaluuya y, por tanto, no es casualidad en absoluto, es muy buen
actor. Más sorprendente es la de Lakeith
Steinfield. Ambos están magníficos y no me extrañan
sus nominaciones al Oscar. No tiene que ver con el postureo
hollywoodiense
actual. Y entiendo que sea en la categoría de secundarios para
ambos. También tenemos a Jesse Plemons y a un
Martin Sheen (irreconocible) que prácticamente está caricaturizando
a Hoover
Escena (SPOILERS!!): Obviando
que hay momentos de relevancia como los discursos de Hampton, el
asalto
a la sede de los Panteras Negras, las conversaciones con las bandas
callejeras y, desde luego, la secuencia del asesinato, hay dos
escenas más sutiles que me parecen claves. Una es la visita de
O’Neil a la casa del agente federal Roy Mitchell (que contribuye a
ser su referente) con una amabilidad que contrasta con la del
restaurante cuando le pide y después le exige bajo amenaza que le
haga un plano de la casa de Hampton. La otra es cuando O’Neil
intenta tenderle una trampa a Hampton con la insistencia del poner
una bomba. Esa escena muestra, con el rechazo del propio Hampton, que
los Panteras Negras no eran unos terroristas. Al final de la película
hay un tramo de la entrevista real a Bill O’Neill, tras cuya
emisión, sucedió su muerte, en teoría, por suicidio.
LO PEOR: Más
allá de que hay algunos tramos en los que la narración se hace más
densa y la parte de drama se coma la del thriller, que
es mucho más interesante, hay un detalle que me ha resultado
molesto. El énfasis en las canciones típicas negras. No en
ponerlas, claro que eso es lo que toca, pero es como que le
suben el volumen exageradamente, como si no nos diéramos cuenta de
qué tipo de música es, como
si tuvieran en que
resaltarlo.
REFERENCIAS: El
nombre de “Malcolm X” es mencionado bastantes veces así que la
película de Spike Lee debe figurar como referencia. Otras toman o
tocan temas de disturbios raciales en relación a la acción de la
policía, como “Dark blue” (Rodney King) o l amuy recomendable
“Detroit” de Kathryn Bigelow.
CONCLUSIÓN: 7.
Aunque
el título busque la analogía bíblica, más que la historia de una
traición, es la historia de un asesinato, lo que en tiempos del
Black Lives Matter, resulta más relevante, como antecedente
histórico.
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