FICHA
TÉCNICA
Título:
Godzilla
vs. Kong.
Dirección:
Adam
Wingard.
País:
Estados
Unidos.
Año:
2021.
Duración:
113
min.
Género:
Eric
Pearson, Max Borenstein (Historia: Terry Rossio, Michael Dougherty,
Zach Shields).
Interpretación:
Alexander
Skarsgård, Millie Bobby Brown, Rebecca Hall, Kyle Chandler, Eiza
González, Shun Oguri, Demian Bichir, Julian Dennison, Zhang Ziyi,
Van Marten, Jessica Henwick, Lance Reddick, Brian Tyree Henry, Ronny
Chieng, Hakeem Kae-Kazim, John Pirruccello, Chris Chalk.
Guion:
Acción,
fantástico,
ciencia
ficción.
Producción:
Mary
Parent, Alex
Garcia, Eric McLeod, Brian Rogers.
Música:
Junkie
XL.
Fotografía:
Ben
Seresin.
Distribuidora:
Warner
Bros.
CRÍTICA
LO
MEJOR: Ya
había ganas de una película de esta envergadura en cines después
de un año, exceptuando “Tenet” y “Wonder woman 1984”, sin
grandes estrenos. Ya había ganas de un gran blockbuster diseñado
para poder disfrutarlo en una sala de cine cuyo efecto está a años
luz del de hacerlo en una plataforma de streaming. Dicho ésto, vaya
por delante que a mí me gustan todas las películas anteriores desde
el inicio de esta franquicia en 2014. Pero además, con esta película
se ha podido cumplir uno de los mayores anhelos de los aficionados al
cine de monstruos, el crossover entre los dos reyes de las monster
movies, Godzilla y King Kong. Digo a este nivel de presupuesto,
porque ésto ya se dio en 1962 en el cine japonés. Pero es que encima
nos han brindado un ejercicio absoluto de escapismo de la realidad,
un puro entretenimiento sin otra pretensión que la de ofrecer un
espectáculo tan disfrutable como la magnitud de las brutales
batallas entre estos dos gigantes. Se nota en el cambio de tono
respecto a su antecesora, no tomándose a sí misma en serio. Algo
más cercano a los orígenes nipones donde los guiones solo existían para dar una leve base a lo realmente importante, las peleas de
monstruos. Un placer culpable sí, pero un placer, al fin y al cabo.
Y las salas de cine que lo agradecen.
Interpretación:
Hay
nuevas incorporaciones respecto a películas precedentes como
Alexander Skarsgard, Rebecca Hall, Eiza González o Demian Bichir.
Pero también desapariciones inexplicables como la de Vera Farmiga o
Zhang Ziyi, entre otros. ¿Afecta eso a la película? No, de hecho, a
nadie le importa quién está en los papeles humanos porque son
personajes tan esquemáticos como sustituibles. Tan solo Bryan Tyree
Henry aporta algo nuevo respecto a anteriores entregas y por su
función cómica, nada más. A día de hoy Bryan Cranston sigue
siendo el único actor con un personaje mínimamente desarrollado,
pero ya hace siete años, y tres películas de aquello.
Escena
(SPOILERS!!): No
hay que engañar a nadie, aquí lo importante son las batallas y en eso
la película cumple con nota. El primer enfrentamiento, con el ataque
de Godzilla a la flota de barcos, con combate submarino incluido, es
brutal. Tanto como el de Hong Kong y, sobretodo, el de los dos a duo
contra el Mechagodzilla, otro personaje sacado del universo japonés,
que incluso fue homenajeado en la película de Steven Spielberg,
“Ready Player One”. Hacen bien de seguir extrayendo elementos de
esa fuente. Pero es que por primera vez vemos explotada realmente la
teoría de la tierra hueca, y visualmente es impresionante. Ahora que
en su minimalismo explicativo, no nos cuentan nada de su existencia.
No sabemos quién realizó esas construcciones, ni cuando ni porque.
Tal vez más adelante.
LO
PEOR: Porque
el guion, aunque es cierto que explota algunas vías interesantes,
está plagado de múltiples situaciones inverosímiles, casualidades
y explicaciones sacadas de la manga. Cada línea del libreto está
destinada a ser el pretexto de poner en funcionamiento el
espectáculo, qué es verdad que es a lo que has venido, pero también
se podría haber pulido mínimamente.
REFERENCIAS:
Sería
el remake del “Godzilla contra King Kong” de 1962. Pero en esta
franquicia vendría unir las dos películas anteriores de Godzilla con
“Kong, la isla Calavera” confirmando que forman parte del mismo
universo. Y tiene alguna cosilla tomada prestada de “Congo”.
CONCLUSIÓN:
7. Ejercicio de escapismo de la realidad con la única pretensión de entretener, mostrando un espectáculo de las dimensiones de sus dos gigantes protagonistas, porque el resto la verdad que poco importa.
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