miércoles, 27 de enero de 2016

Escenas Míticas: Saga Rocky - Rocky Balboa




   Muchas fueron las críticas cuando se anunció el proyecto de esta película. No faltaron los que acusaron a Sylvester Stallone de querer sobreexplotar el personaje, cuando ya había dado sus últimos golpes. Y puede que fuera así, pero el resultado fue más que aceptable y supone un merecido homenaje a toda la saga. Algunos sentimos nostalgia de uno de los iconos más característicos del cine.



    

   Para quien se está preguntando porque me he saltado “Rocky V”, ahora mismo paso a explicárselo. Simple y llanamente reniego de ella. No me parece digna de lo presentado en el resto de secuelas. Stallone patinó pero bien con el guión. Por no haber, no hay ni combate final. El público la castigó en la taquilla siendo esta entrega la que menos ha recaudado con diferencia. Quizá por ello Sly tenía una espina clavada con este colofón y quiso arreglarlo con “Rocky Balboa”.



   Stallone volvió a los orígenes del personaje, a eso valores que habían conquistado los corazones de los espectadores. Volvíamos pues a disfrutar del Rocky entrañable, despejado de su situación económica acomodada, que contaba anécdotas y batallitas a los clientes de su modesto restaurante. Stallone regresó a ese Rocky como ejemplo de superación, recurriendo a colocarle como ese David que se enfrenta a Goliat.




   “Rocky Balboa” supuso el regreso al éxito de Sylvester Stallone, tras algunos años en horas bajas. Y es que el actor debe más de la mitad de su carrera a este personaje, más que al de  Rambo. Esta digna vuelta al cuadrilátero fue recompensada por los seguidores con 115 millones de dólares en taquilla, tras haber invertido nada más que 14. Hasta la crítica se portó bien con sus calificaciones y opiniones sobre el film.



   En cuanto al argumento el guión enfatiza en cuanto a la relación de Rocky con su hijo (Milo Ventimiglia) un chico criado bajo la sombra del mito que era su padre, que intenta escapar continuamente de esa etiqueta de “hijo de mito”. Por otro lado ya no está Thalia Shire, la carismática Adrian y ese agujero se nota y mucho. En parte la subhistoria de Geraldine Hughes intenta compensar la figura pero lo consigue a medias o más bien no.



   Hoy en día la saga Rocky está considerada un fenómeno sociológico de alcance mundial. Un ejemplo de lucha y resistencia. Se entrevistó a numerosos boxeadores actuales y no tan actuales y gran parte de ellos señalaban a Rocky como inspiración, como modelo a seguir. Y esto podría hacerse extensible al resto de deportistas. El efecto Rocky muy pocas veces ha podido repetirse, si es que lo ha hecho.


  
  
    Como anécdota, al final de la película, junto a los títulos de crédito podemos ver éstos con imágenes de las célebres escaleras que subían al Museo de Philadelphia y que tan emblemáticas se hicieron tras concluir allí el entrenamiento de la primera película de Rocky. Por lo que se pensó es dejar a la gente imitar tan costosa ascensión por esas escaleras y los saltos finales a fin de poder sentirse Rockys por un día. Y esas son las imágenes que vemos. Que mejor homenaje que el de los propios fans.


     

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