Es relativamente frecuente, aunque discutible, que cuando un director es estigmatizado en un tipo de cine, se revele e intente hacer completamente algo diferente. Un acto de resistencia artística al encasillamiento. Personalmente opino que, aunque el resultado de esta película fue magnifico, uno debe dedicarse a lo que mejor sabe hacer. Al igual que un deportista puede ser muy buen futbolista pero un penoso golfista. Sin embargo, en cuanto a esta película, no fue el caso.
Si ya en “Tesis” trataba un tema un tanto peliagudo, como son las “snuff movies”, mas controversia aportaría esta película, y es que Amenábar se atrevió con una película basada en el tema de la eutanasia, probablemente una de las cuestiones más polémicas a nivel social y moral, y que aún hoy levantan ampollas en la opinión popular.
Las diferencias con sus anteriores proyectos eran notables. De primeras esta basada en una historia real, la de Ramón Sampedro, tetrapléjico, que demanda su derecho a poder morir cuando uno desee. No obstante, y aunque pareciera lo contrario dado la temática en cuestión, la película es un canto de reivindicación al deseo de vivir dignamente. Como decía el propio Sampedro “vivir es un derecho, no una obligación”.
La interpretación de Javier Bardem es sublime. Bien es cierto que es uno de esos papeles que se prestan a ello, favorecedores para el lucimiento del actor. Daniel Day Lewis en “Mi pie izquierdo” o Eddy Redmayne en la reciente “La teoría del todo” son ejemplos similares. Pero eso no resta méritos al actor español, que consiguió aquí la mejor actuación de su carrera.
Si sus anteriores tres trabajos coleccionaban premios, principalmente en los Goya, con ésta, Amenábar ya se llevó la palma. “Mar adentro” monopolizó precisamente la ceremonia de éstos, llevándose 14 premios, ahí es nada. Pero es que internacionalmente fue galardonada en los Independent Spirits Awards, los premios del cine europeo, el León de plata del Festival de Venecia y los Globos de oro. Y la estatuilla más preciada que puede conseguir un director de cine, el Oscar de Hollywood, en la categoría de “Película de habla extranjera”.
Si Bardem estaba sobresaliente, el resto del reparto estaba de notable. También premiadas con sendos Goyas fueron Lola Dueñas, Celso Bugallo, Mabel Rivera, Tomas Novas y una inspiradísima Belén Rueda. Mención especial para esta última que hizo que cambiara mi opinión sobre ella desde entonces.
Por destacar una escena, en la que Ramón (Bardem) rememora el momento de su accidente y como contraposición a ésta, en la que se abre la ventana y echa literalmente (y figuradamente) a volar.
Después de esta, Amenábar tuvo su primer fracaso, con un mal entendida "Ágora”, tras lo cual se mantuvo fuera del panorama cinematográfico hasta ahora, que reaparece con “Regresión” a su género natural, el suspense.
No hay comentarios:
Publicar un comentario