EL CULEBRÓN EN POSITIVO
Parece que la palabra “culebrón” encierra en sí misma un carácter despectivo. A muchos les recuerda únicamente a las telenovelas sudamericanas, cuando en el país de las barras y estrellas se hicieron series tan importantes como “Dinastía”, “Los Colby”, “Santa Bárbara”, “Dallas” o “Falcon Crest”, que tomaban esa estructura de culebrón en la cual se mira la serie de “Yellowstone”. Esas historias en torno a familias poderosas, propietarias de grandes emporios por los que pelearse a lo largo de los episodios, riman mucho con ella. Si bien, prácticamente en todas ellas, todo giraba en torno al poder, mientras en “Yellowstone”, aun siendo un elemento importante, se enfoca en la defensa de un modo de vida, y esa es la principal diferencia.
AMOR DE VAQUERO
El que le tiene el creador de la serie, Taylor Sheridan, y que también está implicado en el guion, la dirección e incluso la interpretación ocasionalmente, a un modo de vida en decadencia, condenado a la extinción. No hay ni un solo episodio en el que no tengamos una muestra a modo casi documental de cómo se ganan la vida los vaqueros, como doman caballos, trasladan reses, cabalgan, van a rodeos, etc. No en vano, Sheridan es el máximo representante actual del neowestern, es decir, el western pero desarrollado en nuestros días. Y en otros, porque no se ha quedado en la serie madre, ha creado una serie de afluentes, un universo propio de spin off en torno a la historia de la familia Dutton a lo largo del tiempo. Ya hemos visto “1883”, “1922, y otros vienen en camino.
NO COSTNER, NO YELLOWSTONE
Aunque se especuló con la continuación de la serie sin la participación de Kevin Costner, que abandonó la serie, de muy malas formas, dicho sea de paso, para lanzarse a su propio western “Horizon”, que no está resultando como esperaba, para colmo. Pero sin Costner, la serie no funciona y es imposible que lo haga. A pesar de que, si el actor era su corazón, Kelly Reilly era sus pulmones, y es la que ha liderado la recta final hasta su desenlace. Y esa gran sorpresa que ha sido Cole Houser, un actor que siempre me había parecido mediocre pero que aquí, ya en su madurez, ha completado el pódium de importancia.
LA SOMBRA DE KEVIN COSTNER
A pesar de su ausencia, han conseguido cerrar dignamente la historia, esquivando como han podido el vacío que dejaba el personaje principal y resolviendo como desaparecía. Pero su sombra es alargada y no se ha podido evitar que esta segunda mitad y final de la temporada, y de la serie, sea un tanto bastante descafeinada. Es por eso que lo mejor era acabar aquí, no dejar la posibilidad de continuación más allá de los spin off. El Yellowstone ha cerrado para siempre.
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