Pero
a quien se le ocurre. O sea que su mujer en el hospital esperando un
corazón y él decide comprar un robot para que le ayude en casa pero
con la forma de Megan Fox. Menudo pájaro. Si, Megan haciendo de
“M3GAN” o “La mano robótica que mece la cuna”. Ojalá
hubieran tirado más por lo segundo. Porque todo lo que plantea ya lo
han planteado y mejor desarrollado en títulos como “Yo, robot” o
“Ex Machina”. Es decir, aquello de los androides con conciencia
propia, que desarrollan sentimientos, y que se convierten en una
amenaza para sus propietarios, porque, además, están integrados en
toda clase de puestos de trabajo y están metidos en todas las casas.
Y si, claro, el tema de la inteligencia artificial, que hace que
estos trastos cada vez sean más inteligentes, aprendan más y sean
más . . . humanos (Si John Connor levantara la cabeza). Y los
humanos tienen celos y son ambiciosos. Esta baza la utiliza la
película de forma acertada pero, como en general todo, no se llega a
meter a fondo. Porque podría haber explotado la alternativa de thriller
pseudoerótico, aprovechando que tienes en el reparto a un cañón
como Megan Fox, que no tendrá mucho talento pero si presencia en
pantalla, y hacer una especie de Rebecca de Mornay sintética,
salvando las distancias. Que, dicho sea de paso, está bastante
convincente como androide megansexy, tanto en su lenguaje físico como
con la voz. Pero no, tira por el camino más fácil, el de la muñeca
estropeada que se vuelve loca y la lía parda. Y bueno, al menos, entretiene.
Moraleja: no metas un
robot
en tu casa que sea más sexy que una lavadora. De hecho, no metas un
robot en tu casa, en general. Lo sé, ya lo habéis hecho. John!!!!
6.
Soy
perfectamente consciente de lo impopular que supone decir que un
remake es mejor que el original, que lo que mola es decir justo lo
contrario. No entraré en lo absurdo que es realizar un remake tan
solo dos años después de la original. Innecesaria y sobrevalorada
seguramente sean las palabras que más les gusta escribir a la gente
en redes sociales, así que paso. Pero si, voy a afirmarlo
rotundamente, esta me parece mejor que la anterior. Por tres razones;
está mejor dirigida, tiene mejor ritmo y está mejor interpretada.
Ya está, no me ha caído un rayo por decirlo. Muchos dirán que el
final de la danesa
es mucho más impactante y no les faltará razón. Pero estoy
juzgando la película entera, no sus últimos diez minutos. Dicho sea
de paso, sin querer revelar nada a quien no lo haya visto, había
cosas que no me encajaban en ese final. Pero si, era muy impactante.
Yo personalmente he agradecido el cambio. Entiendo que hayan
decidido cambiarlo. Primero porque el propio director, James Watkins,
ya tiene en su filmografía una película con un desenlace de ese
tipo. Y segundo, porque a todos los que hayan visto la otra ya se lo
sabían. A los que no, verán un thriller tremendamente sólido,
excelentemente construido en torno a una tensión creciente y
constante, incómoda hasta en sus momentos de calma. Todo el tiempo
hay una sensación de peligro, de que algo no va bien. Por eso
destaco la dirección, aunque esto también pasaba en la película
danesa. Sin embargo, esta no tiene un ritmo tan lento. Y, sobre todo,
tiene a James McAvoy, que resulta aterrador hasta cuando es amable. Y
una Mackenzie Davis capaz de mantenerle el pulso. 7.
Porque
será que cada vez que se habla de comunidad (y no la de vecinos), me
suena a secta. No, esta no va de sectas pero si en como se podría
llegar a formar una. Pero no es el tema principal. A partir de una
premisa sencilla pero sumamente efectiva, de la cual no revelaré
nada, solo decir que tiene un toque fantástico. No obstante,
transita mayormente en el terreno del drama pero con una especie de
calma tensa que va elevándose poco a poco, porque es una película
que se toma su tiempo para desarrollar la situación, a Dios gracias.
Muchos pensarán que meterla en el género de terror sería algo
exagerado pero si esto no es folk horror, uno de sus subgéneros, yo
no sé que es. Es sobre todo en la ambientación de ese peculiar
micromundo, que me recuerda a películas como “El bosque” o
miniseries como “Misa de medianoche”. Hablo de su atmósfera, de
la importancia del lugar geográfico en el que se encuentran los
personajes, ese aislamiento social. De todos modos, quien aún así
no la vea como terror, que se espere a que termine, que igual lo
reconsidera. Pero mientras llega a un desenlace bastante catártico,
que cada uno puede interpretar a su manera en base a la sensación
que le produzca, se pueden apreciar temas que trata de forma
implícita como la sobreexplotación de los recursos por parte del
ser humano, el miedo a la enfermedad y la reacción ante lo que ni
se conoce ni se entiende. Una película interesante si se tiene
paciencia. Si no, mejor déjalo. 6’5.
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