martes, 12 de noviembre de 2024

Escenas Míticas: Especial Péplum - Espartaco

 


   Uno de los péplum favoritos del público, o del cine de espada y sandalia, o como las conocíamos en España, “de romanos”. Curiosamente también una de las habituales en Semana Santa, a pesar de que su componente religioso es nulo. No hay ni una sola referencia ni a Jesucristo ni al cristianismo. De hecho, los acontecimientos que se relatan son unos setenta años antes del nacimiento de Jesús de Nazaret.



   Por tanto, no tiene tratamiento de cine bíblico, pero si de cine histórico, épico, bélico, y transita por el terreno del biopic. Aunque no relata la vida de Espartaco de principio a fin, sino unos pocos años de ella hasta su muerte, ni se centra exclusivamente en su figura sino que también pone su foco en los devenires internos de la política romana, en concreto, el enfrentamiento entre Craso y Graco, senadores del Imperio.



   Basada en la novela homónima de Howard Fast, escritor cuyas obras literarias han sido adaptadas al cine en numerosas ocasiones. Pero quien terminó de darle las pinceladas sibilinas de ideas poco habituales en estas grandes superproducciones fue el guionista Dalton Trumbo. Defenestrado en aquella época a causa de ser perseguido por el senador McCarty en la obsesiva caza de brujas a la que sometió a aquellas figuras públicas sospechosas de apoyar el comunismo.



   Trumbo se vio obligado a trabajar bajo seudónimo. Hasta que el propio Kirk Douglas llamó a su puerta. No solo le pidió que escribiera el guion de la película en la que personalmente tenía tanto empeño. Recordemos que ya estuvo muy interesado en protagonizar “Ben-Hur”. Sino que además le aseguró que sería acreditado con su verdadero nombre. Tal era el poder de Douglas en Hollywood, que al conseguirlo, logró que la lista negra de figuras del cine de McCarty, se diera por cancelada.



   Además, Trumbo gozó de cierta libertad creativa, introduciendo carácter político a la historia, con conceptos como la democracia, la dictadura, y planteando a Espartaco como símbolo de la libertad. Quien realmente fue líder de la Tercera Guerra Servil (se llamaban así porque fueron protagonizadas por esclavos), la más conocida e importante, conocida como Guerra de los Gladiadores, la única que logró poner en jaque verdaderamente al Imperio Romano.



   Inicialmente fue dirigida por Anthony Mann, quien ya comenzado el rodaje, lo abandonó por sus numerosos enfrentamientos con Kirk Douglas precisamente. Curiosamente Mann también abandonó otro péplum bastante importante, “Quo Vadis”. La cuestión es que fue sustituido por Stanley Kubrick que, para colmo, también estuvo a punto de abandonar pero en este caso por sus enfrentamientos con los productores.



   Kubrick pidió eliminar todo lo rodado por Anthony Mann y quería centrarse más en todo lo relativo a la política del Imperio Romano. A lo cual recibió sendas negativas del estudio. Quizá por eso, el cineasta considera la película un fracaso personal, pues no consiguió hacer lo que realmente pretendía. Y es cierto, que aunque en ella se perciba su talento narrativo, sus pinceladas estilísticas, es probablemente la película de su filmografía menos Kubrick.



   Un Kubrick que sólo contaba con cuatro películas como director; la desconocida “Miedo y deseo”, “El beso del asesino”, “Atraco perfecto” (ya si muy reconocida”) y la que probablemente sea una de las mejores películas de su filmografía, “Senderos de gloria”, precisamente con Kirk Douglas como protagonista, lo que probablemente tuvo mucho peso para su elección como sustituto de Anthony Mann.



   A Douglas le acompañaba un reparto impresionante. Jean Simmons se llevó el papel de Varinia, al que optaron Elsa Martinelli, Ingrid Bergman y Jeanne Moreau. Acompañados por Tony Curtis, Lawrence Olivier, Charles Laughton y un Peter Ustinov que consiguió el Oscar como mejor actor de reparto. No fue el único que consiguió la película, también los de fotografía, vestuario y dirección artística, de las nueve nominaciones que tenía.



   Se llegaron a utilizar hasta 10500 extras, de los cuales 8000 procedían del ejército español, pues las batallas fueron rodadas en España, concretamente en las afueras de Madrid (Colmenar Viejo y Alcalá de Henares) y Guadalajara. De las cuales se recortaron unos trece minutos por contener excesiva violencia, según un público de prueba al que se le permitió ver el montaje original de 197 minutos, que se redujo hasta 184.



   La película está considerada una de las mejores del género, y funcionó también económicamente. Costó 12 millones de dólares, de los 5 presupuestados en un principio, y recaudó 60 en taquilla. La figura de Espartaco ha sido representada en varias ocasiones, como en una miniserie de 2004, o en la exitosa serie d Starz, "Spartacus".

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