martes, 26 de noviembre de 2024

Escenas Míticas: Especial Péplum - Troya

 


   De todas las películas surgidas a causa del éxito de “Gladiator”, esta es muy probablemente la mejor, que trataba de ser una visión realista de la Guerra de Troya, despojando a la historia de todo su halo mitológico, prescindiendo de toda la parte relativa a los dioses, descrita por Homero en sus poemas, dándole más un carácter de recreación histórica. Aunque incluso los historiadores están divididos sobre si esta guerra se dio realmente.



   Porque todo se basa precisamente en la obra de Homero, “La Iliada”, y también de “La odisea”, del mismo autor, aunque la película también toma como referencia “La Eneida”, de Virgilio. En conjunto describía el conflicto bélico entre los griegos y troyanos, a causa, o como excusa, del rapto de Helena, esposa de Menelao, rey de Esparta. Aunque en la película lo representan como una fuga con el príncipe troyano, Paris.


   No era, ni mucho menos, la primera vez que se adaptaba esta historia. En 1956, Robert Wise dirigió el clásico “Helena de Troya”, con Rossana Podesta en el papel, y en 2003 se estrenó una miniserie del mismo título, con Sienna Gillory esta vez. Curiosamente, el director de “Troya”, Wolfgang Petersen pretendía prescindir del personaje, a lo cual los productores se negaron rotundamente, pues les obligaba a prescindir de la trama romántica.


   Una Helena de Troya para la que se consideró a Katie Holmes pero que finalmente fue a parar a la alemana Diane Kruger, en lo que suponía su primer papel importante y además en una superproducción norteamericana. Rodeada de un espectacular elenco de estrellas a la antigua usanza de las grandes películas históricas de antes, donde Kruger casi era relegada a un rol secundario.


   El reparto estaba integrado por Brad Pitt, Eric Bana, Orlando Bloom, Brian Cox, Peter O’Toole, Sean Bean (de las pocas veces en que su personaje no muere), Saffron Burrows, Rose Byrne (estuvo a punto de ser Keira Knighley), Brendan Gleeson, Julie Christie, o Garret Hedlund (que ahora podemos ver en la serie “Tulsa King” junto a Sylvester Stallone).


   Sobre la elección de Brad Pitt como Aquiles se llegó a bromear sobre si sería precisamente el talón de Aquiles del reparto. Sin embargo, el actor cayó la boca a todos con su interpretación y hoy es difícil imaginar un Aquiles mejor. Un personaje que en el texto original era inmortal, a excepción de ese talón que suponía su punto débil. El enfoque realista de la película les hizo representar la herida en el talón como algo simbólico pero no el motivo de la muerte del personaje.


   Wolfgang Petersen tenía clavada la espinita de haber rechazado la dirección de “Gladiator” por lo que cuando le ofrecieron esta película, aceptó sin pensarlo. Un cineasta que ya en su país de origen, Alemania, había dirigido títulos tan reseñables como “El submarino” o “La historia interminable”, y que en suelo estadounidense, tras “En la línea de fuego”, se había especializado en cine de catástrofes como “Estallido”, “Air Force One”, “La tormenta perfecta” o “Poseidón”.


   El resultado fue bastante bueno porque aunque la crítica profesional no fue unánime si fue mayoritariamente positiva. Y al público también le gustó, por lo que recaudaron 497 millones de dólares en taquilla, habiendo invertido 175 en su producción. Y eso que tuvo la competencia de otras dos películas potentes de tono histórico como fueron “Alejandro Magno” (que terminó pegándosela) y “La Pasión de Cristo”.


   Brad Pitt se negó a usar doble en ninguna escena, lo que paradójicamente le supuso lesionarse precisamente el talón de Aquiles, aunque parezca que forma parte más de la leyenda. En la escena del duelo con Héctor, ninguno hizo uso de doble y acordaron pagar una multa al otro cada vez que se les escapara un golpe. 50 dólares por uno flojo y 100 por uno fuerte. Al final del rodaje de la secuencia, Pitt le debía 750 a Eric Bana.


   Para los efectos visuales se usó el programa Massive, creado por Wetta Digital, que habían utilizado para películas como "El Señor de los Anillos" o la propia "Gladiator" para hacer parecer que había más gente en pantalla. De tal manera que consiguieron multiplicar los 1500 extras reales para algunas escenas de batalla, a un ejército de 50000 soldados. Lo mismo hicieron con la flota griega. 



      Lo que no recrearon fue el Caballo de Troya, que se construyó específicamente para la película pero que al término del rodaje fue donado a la ciudad de Canakkale, en Turquía, donde realmente estuvo la ciudad de Troya. Y lo que no fue tampoco generado digitalmente, sino un gazapo, típico por otra parte de esta clase de producciones, fue un avión que se puede ver en un plano de Brad Pitt.



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